Opinión
¿Gobernó Leonel para el bien común?
Published
12 años agoon
Por Andrés L. Mateo
Leonel Fernández quería dejar una huella esplendorosa de su poder

Por desgracia, en la historia dominicana, son contados los momentos en los cuales se ha gobernado para el bien común.
Ahora mismo, hundidos en el hoyo más profundo de la irresponsabilidad fiscal de un gobernante, valdría la pena preguntarse ¿para quién gobernó Leonel Fernández? Sin dudas, para los poderosos, y para el círculo de nuevos millonarios que lo rodean. ¿Por qué este hombre que alardeó hasta el cansancio de dirigir un gobierno económicamente exitoso, entrega a la nación un cascarón desvencijado, un barco a la deriva, un tesoro público desfalcado? Simplemente porque su afán era construir un poder desmesurado que colmara su vocación de eternidad.
Leonel Fernández ama el poder sobre todas las cosas, su “razón práctica” es reproducirse a sí mismo en el poder, y son muy pocos sus actos de gobierno que privilegian el bien común. Incluso los únicos que pueden ser proclamados, como el asistencialismo de la tarjeta solidaridad y otros similares, eran actos destinados a la construcción del inmovilismo social, y al dominio clientelar.
Es eso lo que explica la irresponsabilidad fiscal que practicó, y el alto nivel de permisibilidad que la corrupción tenía en su gestión de Estado. Lo que ha ocurrido en este país es algo inconcebible. Y no es sólo por el déficit, sino por la mecánica personalista que lo genera. En apenas tres meses de transición la deuda pública creció en 120 mil millones, y el desborde originado causará mucho sufrimiento a la población, y un robo incalculable de la felicidad ciudadana.
Este es el déficit de la megalomanía, se podría llamar así: “Déficit de la megalomanía”, porque se despliega en razón de que Leonel Fernández a última hora quería dejar una huella esplendorosa de su poder, y subió el gasto primario en más de un 44%, sabiendo perfectamente lo que ello significaría, intensificando el despilfarro y la apropiación de fondos públicos, en un gobierno que ocupaba el primer lugar en el mundo en actos de corrupción. He ahí un modelo nítido de irresponsabilidad fiscal, de ausencia absoluta de proyecto social en el ejercicio del poder. Pero en este país hay como una suspensión del juicio moral, y cualquier gobernante se emperra con el poder, y ese devastador desvarío de grandeza terminamos pagándolo todos. Es lo que ha ocurrido, y podría volver a ocurrir.
Durante los últimos ocho años de gobierno de Leonel Fernández yo he sido un cronista empecinado de su gestión, y después de tantos años no puedo más que entristecerme observando impávido todo el daño que ha hecho a este pobre país. Un país dormido en los visajes de la agonía, carente del febril entusiasmo con el que en otros tiempos hacía rodar por el suelo las fábulas impuras, fatalmente atado a la manipulación de políticos inescrupulosos que instrumentalizan su ignorancia y domestican su hambre. Un país aturdido por los rayos del sol, con la pasión en el rostro, que puede arder y desparramarse en la desdichada combustión de su martirio, pero que asusta a sus verdugos cuando se resiente y truena. Como ahora que la inconformidad cunde como un fuerte aldabonazo contra la injusticia, contra el mal gobierno, contra la irresponsabilidad fiscal y la corrupción, que nos depararán miserias y frustraciones sin cuento.
La herencia de Leonel Fernández hemos comenzado a cosecharla ya: incertidumbre, aumento de precios, desempleo, multiplicación de la delincuencia, elevación de impuestos, infuncionalidad de las instituciones, etc. Secuela inevitable cuando el poder se instrumentaliza, y no se gobierna para el bien común.
Artículo originalmente publicado en el periódico HOY.
Opinión
Cuestiones de admisibilidad ante la Corte Penal Internacional
Published
2 días agoon
febrero 6, 2025Por Rommel Santos Díaz
La Corte Penal Internacional teniendo en cuenta el décimo párrafo del preámbulo 1 del Estatuto de Roma, resolverá la admisibilidad de un asunto atendiendo a una serie de circunstancias que se analizaran en este artículo.
Cuando el asunto sea objeto de una investigación o enjuiciamiento por un Estado que tenga jurisdicción sobre él salvo que este no esté dispuesto a llevar a cabo la investigación o el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo.
La otra circunstancia es cuando el asunto haya sido objeto de investigación por un Estado que tenga jurisdicción sobre el y este haya decidido no incoar acción penal contra la persona de que se trate salvo que la decisión haya obedecido a que no esté dispuesto a llevar a cabo el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo
Otra situación resulta si la persona de que se trate haya sido enjuiciada por la conducta a que se refiere la denuncia y la Corte Penal Internacional no pueda adelantar el juicio con arreglo a lo dispuesto en el párrafo 3 del artículo 20 del Estatuto de Roma.
También cuando el asunto no sea de gravedad suficiente para justificar la adopción de otras medidas por la Corte Penal Internacional.
A fin de determinar si hay o no disposición a actuar en un asunto determinado, la Corte Penal Internacional examinará, teniendo en cuenta los principios de un proceso con las debidas garantías reconocidos por el derecho internacional, si se da una o varias de las siguientes circunstancias, según el caso:
a) Que el juicio ya haya estado o esté en marcha o que la decisión nacional haya sido adoptada con el propósito de sustraer a la persona de que se trate de su responsabilidad penal por crímenes de la competencia de la Corte Penal Internacional, según el artículo 5 del Estatuto de Roma;
b) Que haya habido una demora injustificada en el juicio que, dadas las circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la justicia;
c) Que el proceso no haya sido o no esté siendo sustanciado de manera independiente o imparcial y haya sido o esté siendo sustanciado de forma en que, dadas las circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la justicia.
Finalmente, a fin de determinar la incapacidad para investigar o enjuiciar en un asunto determinado la Corte Penal Internacional examinará si el Estado, debido al colapso total o sustancial de su administración nacional de justicia o al hecho de que carece de ella, no puede hacer comparecer al acusado, no dispone de las pruebas y los testimonios necesarios o no esta por otras razones en condiciones de llevar a cabo el juicio.
Rommelsantosdiaz@gmailcom
Por: Edgard Paniagua Miguel
¿Era verdaderamente un sueño que se aprobara mediante una sentencia del TCRD la figura de las Candidaturas Independientes, una utopía?
Al parecer, para muchos Juristas y Políticos, la respuesta era un sí, rotundo. Era un sueño imposible, una utopía.
Las razones para que no se aprobara esa figura podrían ser las siguientes:
- El sistema partidario vigente no lo permitiría.
- La gran influencia negativa que desde el ámbito político partidario tradicional se produce cuando algo no le favorece o le perjudica.
- Porque los jueces de las altas Cortes responden en ese tipo de materia a los políticos y partidos que facilitaron o le negociaron sus respectivos puestos. Siendo así mas fieles a los políticos que a la Constitución y las Leyes de la Republica.
- Porque la Constitución es un pedazo de papel y podía seguir siendo desdeñada y opacada.
Pero un joven, brillante y valiente Jurista, académico y profesor en materia Constitucional decidió, harto del sistema y las opciones que nos da, hacer lo siguiente:
- Hacer cumplir la Constitución de la Republica.
- Se retó así mismo, por cuanto es profesor en esa Materia
- Se retó ante sus alumnos, presentes y pasados para que ellos vean la necesidad de la acción de hacer cumplir la Constitución por parte del Profesor que le enseñó.
¿Que hizo el Joven Jurista?
- Constitución en manos, inscribió su candidatura independiente ante la JCE en las elecciones generales del 2024-2028
- La respuesta del Sistema fue, RECHAZADO.
- Escaló convencido de lo que hacía, en reclamo ante el Tribunal Superior Electoral.
- La respuesta del Sistema fue, RECHAZADO.
- Sabiendo lo que hacía y quería, y con determinación, escaló otro peldaño, esta vez ante el TCRD
La espera debió ser tensa, pero la respuesta del TCRD fue una tremenda sorpresa, y el Joven Jurista debió haber exclamado, ¡¡EURKA!! Ante la sentencia.
La Providencia Divina debió haber iluminado a esos 9 jueces para que la justa demanda del Lic. Alberto Fiallo obtuviera ganancia de causa.
En ese momento de la sentencia la Constitución de la Republica dejó de ser un pedazo de papel y tomó su validez.
Alberto Fiallo logró vencer sus propios retos. Logró despertar la legalidad y vigencia de la Constitución en los 9 jueces. Logró acertar un duro golpe al sistema político partidario que tenía secuestrada, monopolizado el tema de las candidaturas en el País en la forma de elegir y ser elegido.
Alberto Fiallo logró con tenacidad, valentía y Constitución en manos devolverle al País una esperanza democrática, otra oportunidad.
Alberto Fiallo ha logrado junto al TCRD evitar que el País se hunda más en el sistema partidario actual, ha evitado el caos en la Republica, ha arrebatado a los secuestradores la falsa democracia que solo ha podido ofrecer, corruptos a menos corruptos, a más corruptos, sin que el pueblo pueda darse el lujo de elegir un Candidato Independiente alejado de ellos.
Y no porque los Partidos sean malos, sino porque allí dentro todavía no han sido capaces de reformarse, purgar sus escorias y limpiarse.
¿Que nos queda?
El sensato y honesto, aquellos que desean democracia abierta y más creíble, apoyar la Constitución de la Republica para que esto sea una realidad, y no aparezcan estorbos en el camino. Pues ya se oyen las voces y los lamentos de los Partidos, las quejas y los gritos de aquellos que se sentían dueños y señores del sistema.
Hacer un frente, un movimiento Cívico y Social que se una a Alberto Fiallo en la defensa de la sentencia, en todo terreno. Porque, hasta ex jueces del TCRD han opinado que dicha sentencia no debió darse de esa forma, sino “Exhortativa”
Por mi parte felicito a Alberto Fiallo por su iniciativa y nos unimos a Él en todos esto.
Felicito también a los jueces del TCRD que mostraron independencia de criterio, valentía, coraje y supieron entender su papel. Son jueces puestos por Dios para ejercer Justicia. Cuya lealtad primero es a Dios mediante el ejercicio correcto de la aplicación de las leyes y la Constitución de la República, luego lealtad a ellos mismos y finalmente al Pueblo.
Por Isaías Ramos
La reciente participación de la República Dominicana en la feria turística FITUR ha sido anunciada como un “éxito rotundo”. Se habla de inversiones por 6,750 millones de dólares, la construcción de 7,400 nuevas habitaciones, la llegada de 713,000 turistas adicionales y la creación de 47,800 empleos.
Pero detrás de estos titulares optimistas se esconde una realidad alarmante: el sector financiero nacional está siendo utilizado como apalancamiento de empresas extranjeras del turismo, asumiendo todos los riesgos mientras los beneficios quedan en manos foráneas.
Muchos creen que estas cifras reflejan capital extranjero inyectado en el país. Nada más lejos de la verdad. Gran parte de estos recursos no provienen de inversión extranjera directa (IED), sino de endeudamiento interno y externo, en su mayoría dinero de los propios dominicanos a través del sistema bancario.
Un verdadero inversionista extranjero arriesga su propio capital y asume los riesgos del mercado. Pero en este modelo, es la banca nacional la que está prestando los recursos, comprometiendo su estabilidad y, con ella, la seguridad de los ahorrantes y los fondos de pensiones del país.
El turismo dominicano, basado en el modelo de “todo incluido”, es fiscalmente privilegiado pero económicamente vulnerable. Genera empleos mal pagados, mientras goza de exenciones fiscales masivas. Al mismo tiempo, sectores estratégicos como la agroindustria, la manufactura y el emprendimiento local enfrentan enormes dificultades para acceder a financiamiento.
El crédito nacional, en lugar de impulsar la producción y fortalecer la soberanía económica, se está desviando hacia el turismo extranjero, dejando a la economía productiva en el abandono. Esto ha provocado consecuencias devastadoras para el país.
El campo dominicano se estanca. Sin inversión en infraestructura, riego y tecnología, la producción local cae, las importaciones aumentan y la soberanía alimentaria se debilita. La agroindustria no crece, pues empresas que podrían generar miles de empleos se ven obligadas a paralizar proyectos por falta de financiamiento, mientras que grandes cadenas hoteleras extranjeras reciben préstamos multimillonarios con condiciones preferenciales.
La industria local queda rezagada. Mientras los productos importados entran con ventajas arancelarias, la manufactura dominicana pierde competitividad y cada vez depende más de insumos y tecnología extranjera.
El emprendimiento se asfixia. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que generan más del 50% del empleo en el país, se enfrentan a barreras financieras que limitan su crecimiento y sostenibilidad. Es inaceptable que estos sectores tengan que luchar por financiamiento mientras las grandes cadenas hoteleras extranjeras reciben miles de millones con condiciones privilegiadas.
El turismo es un sector altamente vulnerable. Una crisis internacional, una pandemia, un desastre natural o una caída en la demanda global puede colapsarlo de inmediato. Cuando eso ocurra, ¿qué pasará con la banca dominicana, que ha apostado todo a este sector? El sistema financiero nacional quedará expuesto, los ahorrantes y pensionados pagarán las consecuencias y el país enfrentará una crisis de endeudamiento interno con impactos devastadores.
Desde el Frente Cívico y Social (FCS) demandamos medidas urgentes para corregir este desbalance. Es necesario establecer políticas públicas que obliguen a la banca a financiar la producción nacional con tasas preferenciales y garantías estatales. Se requieren reformas que establezcan un mínimo obligatorio de crédito para el sector agropecuario, agroindustrial e industrial.
Es urgente reducir los incentivos fiscales al turismo extranjero y fomentar más estímulos a la producción local. Se debe fortalecer un banco de desarrollo nacional que impulse proyectos estratégicos en sectores clave en lugar de favorecer la especulación y el enriquecimiento de cadenas extranjeras.
El turismo, bajo un modelo de responsabilidad social y equidad, es importante. Pero no puede seguir absorbiendo los recursos que deberían fortalecer la economía productiva del país. Si no se cambia esta política de financiamiento, seguiremos siendo un país dependiente, vulnerable y al servicio de intereses particulares y ajenos al desarrollo de la nación.
¡Despierta, RD!