Opinión
Huchi y las metas de Marcha Verde
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8 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Huchi lora, con sobrados méritos anticorrupción para hablar desde la tribuna de marcha verde, en ocasión de la reciente concentración frente al palacio nacional, fue invitado a leer una de sus interesantes -y muchas veces impactantes- décimas.
Previamente solicitó a la concurrencia, que antes de leerla, le pusiera atención a una denuncia “muy importante” sobre una provocación montada por el nieto del tirano trujillo, nutrida de una fuerte dosis de racismo-antihaitiano, de nazi-trujillismo, con participación de personas violentas vinculadas a la delincuencia. algo inaceptable dentro de la limpia trayectoria de marcha verde.
Hasta ahí todo bien.
Pero resulta que en su extensa exposición y en el texto de su décima, huchi afirmó que la meta de marcha verde en su lucha por el fin de la corrupción y la impunidad se circunscribe a lograr “una justicia independiente”; por demás pactada con este régimen, como ha sugerido sistemáticamente.
Y eso no es así y, por demás, resulta inaceptable.
Porque reduce un problema mayor a una reforma, que aunque justa, ha sido persistentemente obstruida por las características corrupta y corruptora de la institucionalidad plasmada en la constitución del 2010.
Y porque, además, para alcanzarla sugiere presionar por un pacto con un gobierno que lo prostituye todo; cuando esencialmente se trata de superar este gobierno y la institucionalidad pervertida y corrompida que tutela. (véase la historia de los pactos, incluido el eléctrico).
Cierre de los cambios institucionales progresivos en el marco de esta institucionalidad pervertida.
Ese bloqueo institucional infranqueable incluye todas las instituciones estatales electas (controladas por Danilo y la cúpula del pld), a todas las seleccionadas por las electas y a las creadas por decretos y leyes (poder ejecutivo, empresas y organismos centralizados y descentralizados del estado congreso, consejo de la magistratura, sistema electoral, régimen de partidos, altas cortes, cámara de cuentas, tribunal electoral, jce, banco central…).
Además, cuenta con la férrea complicidad de los llamados “poderes fáticos” (o de hecho), secuestrados por cúpulas mafiosas y aliados, o bajo control del cogollo del pld (policía nacional, fuerzas armadas, DNCD, CONEP, cámara minera, cámara americana…).
Reducir el trascendente reclamo del fin de la impunidad a la ilusión de una reforma del poder judicial -a través del corrupto congreso nacional dominado por el pld y por lo peor de la partidocracia (a su conversión en asamblea revisora de la constitución con esos fines)- ignorando la dictadura institucional mafiosa que bloquea todo lo que atente contra el poder mafioso, equivale a seguir sembrando falsas expectativas, aferrándose tozudamente a un concepción institucionalista que solo ha conducido -y seguirá conduciendo- al fracaso de los cambios planteados y al reciclaje del poder en descomposición.
Equivale a pretender transformaciones sustantivas dentro de una institucionalidad y un orden constitucional putrefacto que estamos obligados/as a reemplazar mediante el ejercicio de la democracia de calle y el despliegue de un proceso constituyente, que anule el poder constituido y desemboque en una constituyente popular y soberana.
Prolongar demasiado esa pretensión infundada -ya evidente en el destino fallido de esa y otras propuestas similares formuladas a este gobierno y este estado a lo largo del 2017- podría afectar sensiblemente la credibilidad conquistada por marcha verde y su sintonía con el pueblo verde movilizado.
• Una concepción en vía de superación, que algunos sectores prestantes de mv se resisten a abandonar.
y lo peor es que discursos “propositivos” de ese tipo han sido sensiblemente superados por otras ideas alternativas tanto en los debates y acuerdos de la comisión de análisis y contenido (y otras) como en los de organismos de decisión de marcha verde (asambleas, encuentro nacional verde, coordinadora nacional); aunque luego éstas han sido lamentablemente disminuidas, excluidas o mutiladas en grados Diversos en pronunciamientos como ese… y hasta en declaraciones y proclamas a cargo de portavoces de instancias ejecutivas y de propaganda del movimiento verde.
Resoluciones y textos consensuados o votados por amplia mayoría contrastan con esa decadente visión reduccionistas e institucionalista. y de eso doy constancias y puedo presentar pruebas, luego de haber participado activamente en esos mecanismos de elaboración y decisión a lo largo del 2017 y en lo que va del 2018.
Para muestras unos botoncitos.
Estos son tres de los párrafos del análisis que sustentó el plan de acción de mv, aprobados en todas las mesas del ii encuentro nacional de marcha verde:
“en su impactante ascenso, marcha verde ha puesto en evidencia la determinación del gobierno del presidente Danilo medina del partido de la liberación dominicana (PLD) y aliados de continuar rechazando la demanda nacional de justicia y de intentar perpetuar -mediante un control total de los tres poderes del estado- el actual sistema de robo e impunidad que contribuye a empobrecer a gran parte del pueblo y a despojarlo de medios de subsistencia, bienestar social, derechos esenciales y democracia real.”
“…. Esta realidad determina que marcha verde se encuentre hoy ante el desafío de construir -junto a los millones de hombres y mujeres de corazón verde del territorio nacional y de la diáspora dominicana- una nueva fase de lucha en la que se plante la bandera del fin de la impunidad en cada rincón de la patria, con la firme determinación de desplazar de una vez y para siempre toda la podredumbre política e institucional.” …..
“Esto implica reflexionar y debatir tanto las opciones de reformas legales e institucionales dentro del actual marco constitucional, como también lo relacionado con la transición a otro orden institucional y la necesidad de una constituyente participativa y soberana; procurando construir las soluciones mas acertadas…” (La coyuntura actual, trayectoria y perspectiva de marcha verde (pags 2 y 3/ plan de lucha para el próximo periodo/ 3-9-2017)
Y este es uno de los párrafos contemplados en el plan de acción aprobado sobre la forma de construcción del programa para el fin de la impunidad:
“las asambleas presentarán sus aportes al programa verde del fin de la impunidad, que finalmente recoja las reformas y transformaciones institucionales, políticas, económicas y sociales indispensables para alcanzar el fin de la impunidad y la corrupción; incluidas las consideraciones que se tenga sobre la democracia necesaria, el rol de poder constituyente y de asamblea constituyente, y otras opciones de cambios o reformas.” (plan de lucha para el próximo periodo pag 7 /santo domingo 3-09-2017)
Pero hay más.
El ii encuentro nacional verde ratificó la propuesta del juicio político a danilo con el propósito de convertirlo en un juicio de toda la sociedad a su inaceptable condición de actual jefe de la mafia gubernamental y del régimen de impunidad.
y hay más aún.
El programa para el fin de la impunidad no está concluido, pero ya los 6 foros verdes realizados hasta la fecha sugirieron incluir lo relativo al cierre de las corrompidas vías institucionales asumiendo mayoritariamente la propuesta de la constituyente popular y soberana o constituyente por elección popular.
Así también incluyó cambios estructurales y coyunturales de carácter político, económico, social y cultural que atacan raíces del modelo neoliberal y, sobre todo, los graves y diversos males agravados por la corrupción y la impunidad (daños ambientales, minería destructiva, violencia de género impune, transporte caótico, carencia de seguridad ciudadana, mafia de los combustible, mafia importadora, mafia eléctrica, deterioro de la salud y la educación, marginación y empobrecimiento de la juventud, carteles de la construcción, sistema de justicia, sistema electoral…)
Esto, sin desistir de reclamos inmediatos, exigencias de reformas específicas y demandas que presionen contra esta dictadura institucional mientras esté vigente; todo esto en estrecha relación con los cambios estructurales de mayor profundidad y la constituyente como norte.
Igual la reciente coordinación nacional de marcha verde aprobó esa visión y esas propuestas, incluida la constituyente popular y soberana (con ese nombre que la diferencia del actual congreso actuando como la asamblea revisora de la constitución); enfatizando que del poder constituido jamás podría surgir un poder constituyente, como el que se necesita para ponerle fin a la corrupción y a la impunidad de carácter estructural que padece la sociedad dominicana y degrada al sistema establecido en forma alarmante.
(I)
Por Oscar López Reyes
Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.
En estos 78 años, la CIA ha invertido miles de millones de dólares en el enlistamiento de periodistas anti-éticos y anti-democráticos y en infiltración en medios de comunicación para divulgar programas propagandísticos, engendrando el descrédito y la desconfianza ciudadana, así como la animadversión de adversarios en guerras.
La operación Mockingbird, que inicialmente consistió en escuchas telefónicas periodísticas sin orden judicial, fue llevada a cabo por la CIA para identificar fuentes de filtraciones de datos de alta inteligencia. Principió grabando conversaciones privadas de Hanson Baldwin, reportero de seguridad nacional del New York Times, entre el 12 de marzo y el 15 de junio de 1963, desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Las grabaciones fueron por iniciativa del presidente de Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, luego que se incomodara por un reportaje de primera plana publicado por Baldwin (ganador del Premio Pulitzer en 1943 por su cobertura de la Segunda Guerra Mundial) en la edición del 26 de julio de 1962 del New York Times en el que, amparado en una información clasificada, revelaba el número de misiles nucleares en el arsenal estadounidense. A su vez, comparaba esos depósitos atómicos de Estados Unidos con los de la Unión Soviética, y el afán de esta última superpotencia por resguardar sus emplazamientos de misiles balísticos intercontinentales.
A seguidas, la CIA también intervino los teléfonos residenciales de los columnistas Robert S. Allen y Paul Scott (The Allen-Scott Report, publicada en unos 300 periódicos), tras estos dar a conocer secretos clasificados de Estados Unidos. Más adelante, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se incorporó a las averiguaciones y vigilancia para detectar quienes desde los organismos de inteligencia estaban infiltrando informaciones a la prensa. También produjo la intercepción telefónica a la periodista de Newsweek, Lloyd Nornam, y el secretario de Estado Dean Rusk presionó para que CBS News no difundiera un reportaje del periodista Daniel Schorr sobre el espectacular escape de ciudadanos de Alemania Oriental a través de un túnel bajo el Muro de Berlín.
Por intermedio del proyecto Mockingbird -según variadas fuentes- para divulgar propaganda proestadounidense y truquear a la opinión pública contra la influencia comunista, aceptaron ser asalariados de la CIA cientos de periodistas de The New York Times, The Washington Post, Newsweek, ABC, CBS, NBC, la revista Time, Louisville Courier Jounal, Copley News Service, la agencia internacional Reuters y otros medios de América Latina, Europa y otras regiones.
Los objetivos bien definidos de la contratación a sueldo de la red de periodistas, publicaciones, televisoras y emisoras tengo que segmentarlos en siete:
1.- Difundir relatos preescritos por la CIA, para tratar de cambiar la percepción global sobre situaciones y personas, siempre favorables a Estados Unidos.
2.- Controlar la política editorial de medios comunicativos, a través de altos ejecutivos y editores, en una novedosa interacción subrepticia gobierno-prensa.
3.- Ocultar informaciones perjudiciales o desfavorables a Estados Unidos, en una intromisión estatal sin precedentes.
4.- Inclinar la balanza para conveniencia estratégica de Estados Unidos en coberturas informativas, artículos de opinión, editoriales y otros géneros periodísticos.
5.- Contrarrestar la propaganda e influencia de la Unión Soviética, con mecanismos sofisticados de persuasión pública.
6.- Suministrar datos de inteligencia, en una típica tarea de espionaje.
7.- Detectar a agentes o empleados de organismos de inteligencia que confidencialmente suministraban informaciones a periodistas.
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El autor: Redactor principal del Código de Ética del Periodista Dominicano y autor exclusivo del libro “La Ética en el Periodismo. Los cinco factores que interactúan en la deontología profesional”.
Por Isaías Ramos
En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?
La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.
No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.
Primero derechos; después privilegios.
La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.
Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.
Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.
Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:
- ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
- ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
- ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?
Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.
Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.
A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.
Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.
Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.
La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.
¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?
¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?
En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.
Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.
En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.
Despierta RD
Opinión
La Corte Penal Internacional y los Tribunales Penales Internacionales (1 de 2)
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1 semana agoon
noviembre 26, 2025Por Rommel Santos Díaz
A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia y Ruanda son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.
Fue precisamente la gravedad de las circunstancias lo que obligó al Consejo de Seguridad a ejercer las atribuciones que le confiere el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para crear las jurisdicciones penales Ad – Hoc para la Ex Yugoslavia ( Resolución 827 de 1993) y para Ruanda (Resolución 955 de 1994)
En estos casos, ambos tribunales tienen virtualmente estatutos idénticos y también compartieron algunas instituciones comunes, como por ejemplo el Fiscal, dado que a partir del 15 de septiembre del 2003, el Consejo de Seguridad designo a Hassan Bubacar Jallow como Fiscal del Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
La Fiscal Carla Del Ponte ejerce su competencia exclusivamente en relación al Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia. Las características comunes entre ambos tribunales han tenido como consecuencia, al menos en el ámbito teórico, la economía y uniformidad en el ámbito fiscal hasta el año 2003 así como en el desarrollo de una línea jurisprudencial sólida y constante en el análisis de sus respectivos casos.
De esta forma la creación de dichos tribunales Ad-Hoc constituye un desarrollo sin precedentes a favor de la implementación de las normas sobre derechos humanos que a su vez ha favorecido una dinámica positiva en el proceso de creación de un sistema de justicia penal internacional que se concreta casi una década después con el inicio de las funciones de la Corte Penal Internacional.
Por su lado el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda fueron creados por resoluciones del Consejo de Seguridad en virtud de las cuales son considerados como órganos judiciales subsidiarios del mismo.
Se ha establecido que aun cuando fueron creados por el Consejo de Seguridad, el cual no es un órgano judicial, esto no afecta la validez del acto jurídico de creación puesto que ambos son el reflejo del ejercicio del mandato del principal órgano de las Naciones Unidas para mantener la seguridad y la paz internacional.
Esta línea de razonamiento concuerda con la establecida por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión Consultiva sobre los efectos de las compensaciones concedidas por el tribunal administrativo de las Naciones Unidas de 1954.
Por tanto, mientras la Corte Penal Internacional es un tribunal internacional independiente, el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda son órganos judiciales subsidiarios del Consejo de Seguridad Conforme al Artículo 2 del Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional mantiene relaciones de cooperación con el sistema de de las Naciones Unidas, pero ello no afecta su independencia con respecto a dicha organización internacional.
