De Teatro
Ibsen vuelve sin pelos en la lengua
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LA REDACCIÓNUn proyecto internacional de traducción recupera palabrotas y matices perdidos que contribuyeron al escándalo en los estrenos de ‘Casa de muñecas’ o ‘Un enemigo del pueblo’
Cuando en 1879 se representó por primera vez Casa de muñecas, de Henrik Ibsen (1828-1906), se armó un gran revuelo. Nora, su protagonista, es una perfecta esposa burguesa que un día se da cuenta de que su marido y los hombres en general la mangonean como si fuera menor de edad y les da portazo a todos. El personaje se convirtió enseguida en icono del feminismo, pese a que el autor negara repetidamente que tuviera esa intención, amado y odiado por igual. Aquello fue solo el principio de una larga sucesión de polémicas: prácticamente todas las obras que el dramaturgo noruego estrenó desde ese momento suscitaron controversia, especialmente Un enemigo del pueblo (1882), su más furibundo ataque a la corrupción de la democracia. Podría decirse que con Ibsen llegó el escándalo al teatro.
Esto es historia conocida, pues aquellas obras son hoy clásicos representados en todo el mundo. Menos sabido es que una de las cosas que contribuyeron al escándalo en el estreno de Un enemigo del pueblo fue que su protagonista, el vehemente doctor Tomas Stockmann, aderezaba sus arengas con tacos de alto calibre, pues ese detalle se perdió hace años en la mayoría de las traducciones y retraducciones que ha tenido la obra a lo largo de más de un siglo. También en los parlamentos originales de Nora se advertían grandes deseos de maldecir.
Muchos otros matices de la escritura de Ibsen se han perdido con el tiempo. Suele pasar con los clásicos, pero se acentúa cuando el original está escrito en un idioma minoritario como es el noruego, que a menudo se ha traducido partiendo de versiones francesas o inglesas. Por eso el Centro de Estudios Ibsenianos de la Universidad de Oslo, en colaboración con el instituto NORLA y el Ministerio de Exteriores de Noruega, puso en marcha hace una década un monumental proyecto llamado Ibsen in Translation para volcar directamente del original sus 12 obras más importantes a ocho idiomas: árabe clásico, egipcio, hindi, japonés, chino, ruso, iraní y castellano. Las primeras conversaciones tuvieron lugar en 2008 y por fin acaba de llegar a las librerías el primer volumen de la versión española, editado por Nórdica, con ocho dramas traducidos meticulosamente por Cristina Gómez-Baggethun. Los otros cuatro títulos se publicarán el próximo año.
“Se dice que las literaturas nacionales las crean los autores y la mundial los traductores. Y lo cierto es que las traducciones envejecen de manera distinta a los originales y, por tanto, conviene hacer nuevas cada cierto tiempo”, subraya Frode Helland, coordinador internacional del proyecto desde Olso. “Por otra parte —añade Helland—, los desafíos son distintos en cada idioma. Detalles como el uso de palabrotas y elementos como el alcoholismo o las jerarquías que establece el lenguaje suelen ser más difíciles de trasladar a culturas como la china o la japonesa”.
Es asombrosa la cantidad de matices nuevos que salen a la luz en estas revisiones. No hay que olvidar que en España prácticamente no hay traducciones directas, solo las cuatro que publicó Alianza en los ochenta (Casa de muñecas, Hedda Gabler, El pato silvestre y Un enemigo del pueblo) y otras dos de la propia Gómez-Baggethun que Nórdica publicó en 2010 (Casa de muñecas y Solness, el constructor). “Pero la más difundida es la que hizo Pedro Pellicena de las obras completas a principios del siglo pasado, basada en múltiples fuentes, sobre todo francesas —recuerda la traductora—. Tanta intermediación ha hecho que estos textos hayan llegado hasta nuestros días en un castellano muy pulido y literario, pero sin los giros o expresiones del habla oral que Ibsen utilizó muchas veces para marcar el carácter o el origen de sus personajes”.
Interpretaciones dispares
Esto explica también en parte por qué el teatro de Ibsen ha sido siempre objeto de las más dispares interpretaciones. Cada cual, según su ideología. “Espectros (1881), por ejemplo, levantó un gran escándalo cuando Stanislavski la estrenó en Moscú, mientras que en Italia fue un éxito comercial a principios del XX gracias a la lectura moralista que hizo el actor Ermete Zacconi, que la entendió como una advertencia sobre las letales consecuencias de la vida bohemia y artística. Un enemigo del pueblo (1883) fue empleada por los nazis como propaganda contra la cultura democrática, mientras que Arthur Miller la adaptó para denunciar la caza de brujas de McCarthy en Estados Unidos y ahora ha regresado con fuerza a los escenarios norteamericanos ante la crisis de derechos democráticos que sufre el país», explica Gómez-Baggethun.
En España ha habido de todo. En 1971, Fernando Fernán-Gómez consiguió un exitazo con su lectura antifranquista de Un enemigo del pueblo (era la versión de Arthur Miller), pero antes el crítico Alfredo Marqueríe (militante falangista) había realizado una adaptación totalmente inversa para una lectura dramatizada en 1963, según ha descubierto Gómez-Baggethun en sus investigaciones. En 2007, Juan Mayorga y Gerardo Vera la montaron centrándose en la degeneración de los medios de comunicación, mientras que la versión que estrenó el año pasado Àlex Rigola proponía al público que votara sobre quiénes eran los malos de la historia. Recordemos el argumento original de Ibsen: Stockmann descubre que las aguas del balneario del que vive su pueblo están contaminadas, pero cuando quiere hacerlo público sus vecinos lo declaran enemigo del pueblo y es entonces cuando él arremete contra la democracia.
El dramaturgo y director Ignacio García May, que ha asesorado a la traductora en cuestiones de ritmo y fonética teatral, subraya que a los lectores de estas nuevas versiones les va a sorprender la comicidad. “Se suele pensar en Ibsen como un señor con patillas muy espeso. Pero resulta que tenía un gran sentido del humor. Estaba escondido bajo esa solemnidad decimonónica que se le echó encima”, afirma García May.
Grandes actores para grandes personajes
Ibsen dejó para la historia un puñado de personajes codiciados por los mejores actores de todas las épocas. Stanislavski, Steve McQueen protagonizaron Un enemigo del pueblo en Estados Unidos y en España el mismo personajes lo han encarnado con altura Fernando Fernán Gómez, José Bódalo, Francesc Orella e Israel Elejalde.
La noruega Liv Ullmann inmortalizó la Nora de Casa de muñecas en Broadway en 1975 y Antony Hopkins interpretó a su marido en el cine. Hedda Gabler han sido Glenda Jackson, Maggie Smith, Ingrid Bergman, Isabelle Huppert y Cate Blanchett, entre otras. En España se recuerda la Nora de Julieta Serrano en una versión “muy feminista”, según recuerda ella misma, que dirigió para televisión Josefina Molina en 1971.
Lejos de apagarse su estela, el noruego parece hoy más vigente que nunca. Al calor de la nueva ola feminista, proliferan nuevas versiones de Casa de muñecas e incluso secuelas como la que escribió el autor estadounidense Lucas Hnath en 2017 imaginando cómo sería la vuelta de la protagonista a su casa 15 años después de su huida. Tuvo tal éxito en su estreno en Broadway que rápidamente se tradujo a varios idiomas y la temporada pasada se estrenaron en España dos producciones, una en castellano y otra en catalán, protagonizadas por Aitana Sánchez-Gijón y Emma Vilarasau. “Claramente hay una moda Ibsen. Las razones probablemente son complejas, pero una explicación breve podría ser que escribió desde dentro de una cultura que estaba experimentando cambios rápidos y radicales en economía, costumbres sociales y normas culturales, relacionados con la relación entre los sexos y el status del individuo como tal. Desafíos de este tipo también son apremiantes y se sienten profundamente hoy, en nuestra propia fase de globalización», opina el profesor Helland.
elpais.com
De Teatro
“Luz Rabiosa”, Hony Estrella, o el grito ahogado de los cinco sentidos
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60 mins agoon
noviembre 14, 2024Santo Domingo, R.D.-“Por más que me encuentre un tesoro en las Fuentes del Nilo, quiero bailar un slow with you tonight, tonight. Y aunque seas la Monna Lisa o la Venus de Milo, quiero bailar un slow with you tonight…”. Slowly, fragmento. Luis Eduardo Aute suena, pausado, elocuente e intermitente, en un “spanglish” perfecto, durante los 65 minutos que dura la obra “Luz Rabiosa”.
Por momentos sirve de apoyo a una Hony Estrella que, nueva vez, asume un protagónico teatral en el que debe enfrentarse a un público que siempre espera lo máximo de ella.
Son varios personajes los que interpreta, valiéndose de poquísimos elementos: su cuerpo, su voz, sus movimientos; una manta, unos lentes, una gorra, una Tablet.
Unas veces lo logra, otras veces, no tanto. La obra es una metáfora a los cinco sentidos, donde los personajes, interpretados por la propia actriz y por circunstancias personales o sociales, se hacen llamar por cada uno de ellos: Oreja, Nariz, Mano, Lengua y Ojo (o sea, oído, olor, tacto, gusto y vista).
El metamensaje radica en el drama que cada personaje expresa.
El equipo conformado por Hony Estrella, como la actriz principal; Manuel Chapuseax, como el director; Canek Denis, el productor y actor acompañante; Priscilla Velásquez, autora y Chantal Soler, como invitada especial, se enfocó en resaltar los dramas, frustraciones y, por qué no, las esperanzas de mujeres atemporales, cuyas heridas son sanadas por medio a sus propias resiliencias y el ejercicio de fortalecer sus emociones blandas cada día.
La teatralidad de “Luz Rabiosa” es modesta. Su iluminación es tenue. La escenografía es minimalista y las emociones provocadas son un péndulo entre la tristeza, la alegría y la reflexión.
La actriz Hony es disciplinada, no nos cabe duda. Es poseedora de un talento y un carisma indiscutibles.
Como actriz ha dado la talla, no sólo en el cine, también en el teatro, adonde acude cada vez con más frecuencia.
Con aciertos y desaciertos, se va forjando un camino sin estridencias, sin ruidos, a pesar de su condición de figura pública y mediática, embarcándose en producciones de contenido serio, como esta “Luz Rabiosa”, que vuelve a la Sala Ravelo del Teatro Nacional, del 19 al 22 de diciembre de este 2024.
Quizás pudiéramos colegir que hay técnicas de actuación que aún no logra alcanzar; pero nadie, absolutamente nadie, puede denostar su valentía, su performance y comprometido.
Sobre todo, que en esta pieza da vida a seis personajes con edades, etnias y rasgos distintos. Muchas veces los ortodoxos se escandalizan cuando personas populares (televisión, música, inclusive política o deportes) van al teatro.
A priori, los descalifican. Es cierto, que muchas veces estas figuras no aportan mucho a la escena, pero en el caso de Hony, cuya trayectoria cuenta piezas tan “serias” como “Weekend en Bahía”, que le mereció una nominación como Mejor Actriz en premios Soberano; “A 2.50 el Cuba libre”, “Magnolias de acero”, “Pórtate bien”, “Bodas de sangre”, “Mariposas de acero”, por sólo citar algunas, se percibe a una artista en todo el sentido de la palabra, consciente de que los riesgos se asumen en el campo de batalla, en este caso, encima del escenario.
En “Luz Rabiosa”, una y otra vez nos recuerdan, como un mantra, como un mandato, como una oración, que “la magia, si dura mucho, no es magia”.
Esperemos que la admiración que el público siente por Hony, no sea magia y que ella, como la artista capaz de salir a flote en cualquier disciplina, siga considerando que lo más importante para permanecer en el gusto de los demás, es entregar respeto y calidad en todo lo que se hace.
De Teatro
La obra clásica “Sueño de una noche de verano” llega transformada en ballet al Teatro Nacional
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noviembre 14, 2024Santo Domingo, R.D.-Este diciembre, la obra clásica de William Shakespeare, “Sueño de una noche de verano” revive en el escenario del Teatro Nacional Eduardo Brito bajo una versión en ballet, producida y coreografiada por Alina Abreu.
Los días 6, 7 y 8 de diciembre, la Sala Carlos Piantini será el escenario de esta producción que une danza, música sinfónica y una atmósfera llena de magia y mitología.
La versión de Abreu se inspira en los intrincados enredos amorosos y fantásticos de la obra de Shakespeare, que, tras más de cuatro siglos, sigue cautivando al público. Esta adaptación en ballet transforma un bosque encantado de Grecia en un escenario donde hadas, mortales y seres mitológicos cruzan sus destinos bajo el influjo de una flor mágica. En esta mágica noche, los personajes experimentan amores erráticos, hechizos y travesuras que reflejan la dualidad entre los mundos de la realidad y la fantasía.
Además, contará con la participación especial de la soprano Paola González, quien aportará un toque lírico a esta velada artística como solista y directora coral.
La escenografía estará a cargo de Fidel López, mientras que Magaly Rodríguez diseñará los exquisitos vestuarios y Paula Ferry dirigirá la parte teatral de esta producción integral.
Las entradas están disponibles en CCN Servicios, Uepa Tickets, Supermercados Nacional y Jumbo. Los precios son RD$2,795 para platea y RD$2,240 para balcón.
De Teatro
‘Dominus Land: un paraíso incierto’, llega al Teatro Nacional
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1 semana agoon
noviembre 6, 2024Esta obra de teatro estará presentándose del 23 y 24 de este mes de noviembre
El mundo surrealista de Dominus Land llega al escenario de la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional el 23 y 24 de este mes de noviembre, en una obra para toda la familia que busca concienciar a la sociedad ante la vorágine de las redes sociales.
Bajo la producción ejecutiva de Omayra Álvarez, presidente de Juventud Con Una Misión Santo Domingo (JUCUM-SD), Dominus Land, escrita por la destacada actriz y coreógrafa Eva Piccini, plantea un llamado de atención a los padres y madres de cara a sus hijos.
«Para mí, la obra es ese grito de alerta ante lo que estamos viviendo, que es muy obvio, donde las nuevas generaciones están sumergidas en la tecnología y las redes sociales produciendo personas con falta de afecto y sin ningún apego emocional a sus padres», expresó Eva Piccini, quien también es la guionista y una de las coreógrafas de la obra.
Omayra Álvarez, quien además encarna a «Sabina» aseguró a su vez que en Dominus Land se enfatiza la necesidad de mantener la familia como el órgano central de la sociedad.
«Si la familia se sana la sociedad se sana. Es tiempo de unir esfuerzos para juntos volver a nuestra esencia y formar a nuestros hijos en principios y valores para aportar hombres y mujeres de bien, teniendo siempre a Dios como el centro de cada familia», dijo Álvarez.
Dominus Land se desarrolla en un universo incierto y absurdo bajo el régimen de «Asclepio Doupoulus», quien separa de manera cruel a los hijos de sus padres y obliga a estos últimos a servir como cirqueros. Un pequeño grupo intenta rebelarse, buscando la reunificación familiar y el retorno al poder del «Maestro Sapienta» con su pacificador rollo.