Análisis Noticiosos
Javier Milei, una mezcla de predicador mesiánico y estrella del rock
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1 año agoon
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LA REDACCIÓNEl presidente electo de Argentina es un economista ultraliberal que promete dolarizar la economía, niega la dictadura y el cambio climático y se ha mostrado a favor de la libre portación de armas y la venta de órganos
Buenos Aires.-El economista ultraliberal Javier Gerardo Milei ha pasado en dos años de ser un provocativo showman televisivo que rompía en vivo una maqueta del Banco Central a ser elegido presidente de Argentina. Casi 13 millones de argentinos han votado este domingo por este outsider extravagante e iracundo que ha prometido sacar a los políticos a patadas en el culo, dolarizar la economía porque el peso “no vale ni para excremento” y que planea un recorte del gasto social sin precedentes. Milei alcanzó la presidencia después de moderar su discurso en la campaña electoral para la segunda vuelta que disputó contra el peronista Sergio Massa. Durante las últimas semanas, se disfrazó de esos políticos profesionales a los que tanto odia para atraer el voto moderado. El León, como lo apodan, dejó de rugir. Mantuvo la calma incluso al ser contradicho y dio marcha atrás en sus ideas más controvertidas, como la privatización de la sanidad y de la educación y la libre portación de armas.
Su transformación reciente hace pensar en una de las frases más célebres atribuidas al expresidente Carlos Menem: “Si hubiera dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie”. Pero Milei dijo y después se desdijo, como pasó con su apoyo a la venta de órganos, a la venta de niños o las denuncias de fraude electoral. Sus innumerables contradicciones obligan a los argentinos a elegir a cuál de dos versiones del candidato creer. Si gana, su verdadero rostro comenzará a desvelarse a partir del 10 de diciembre, cuando el próximo presidente tome posesión.
Milei entendió mejor que nadie el hartazgo de la sociedad argentina con las sucesivas crisis económicas y con la falta de respuestas a millones de personas. A aquellos que se desloman trabajando pero no llegan a fin de mes, a los que cuando cae el sol se encierran en sus casas porque tienen miedo de salir, a quienes evaden todos los impuestos que pueden porque dudan de su destino: están cansados de que sus hijos se queden sin clases en la escuela pública y de esperar durante meses el turno médico de un especialista.
Dio el salto a la política convencido de que tenía una misión: “Terminar con la inflación para siempre, terminar con la inseguridad para siempre, terminar con los privilegios de los políticos para siempre”. En definitiva, cambiar Argentina para siempre, desterrando al peronismo. Prometió que, si le daban tiempo, en 35 años Argentina podría ser Estados Unidos; en 40, Irlanda. Equivale a diez mandatos presidenciales, pero la Constitución argentina sólo permite dos consecutivos.
Negacionista climático
El cambio de Milei incluye combatir las ideas progresistas de un país que está a la vanguardia de América Latina en la conquista de derechos sociales. Plantea derogar el aborto, legal en Argentina desde 2020. Se ha manifestado de forma despectiva hacia el matrimonio igualitario, vigente desde 2010. Niega la brecha de género, que según las estadísticas es del 26%. Niega que el cambio climático esté producido por el hombre. Propone privatizar las empresas públicas e incluso los recursos naturales de Argentina, como el yacimiento de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, sus ríos y mares. El argumento es que, si los ríos tienen propietario, dejarán de estar contaminados.
El apoyo reciente de sus padres no significa que ellos estén en el círculo íntimo de un candidato al que muchos definen como solitario y desconfiado. Este se reduce a su hermana, Karina, a la que llama El Jefe por ser la máxima autoridad de su campaña, y a sus “hijitos de cuatro patas”: sus perros Murray, Milton, Robert y Lucas, bautizados así por economistas a los que admira. Son clones de Conan, el mastín que adoraba y que falleció en 2017. La muerte no cortó la comunicación entre ellos: Conan y él se hablan a través de una médium, según asegura su biógrafo no autorizado, Juan Luis González, autor de El loco.
A la exótica familia se ha sumado desde hace un par de meses su nueva pareja, Fátima Flórez, conocida por ser la imitadora televisiva de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Atrás han quedado las intimidades reveladas por Milei años atrás, cuando aseguraba que era profesor de sexo tántrico y lo llamaban “vaca mala” porque no eyaculaba más que una vez cada tres meses.
En el colegio Cardenal Copello era el loco, un apodo que también usaban sus compañeros de fútbol en los clubes en los que jugó de portero: Chacarita Juniors y San Lorenzo.
Sus excompañeros lo describen como un niño retraído, al que no le gustaba demasiado socializar. Una descripción similar hacen quienes compartieron oficina en la Corporación América, un conglomerado de empresas presidido por Eduardo Eurnekián, uno de los hombres más ricos de Argentina y quien es considerado como su primer padrino. Unos y otros coinciden en su temperamento explosivo, fuente incesante de problemas hasta la actualidad. “Vos sos una comunista de mierda, estás arruinando el país”, estalló Milei en el ascensor contra una vecina que le preguntó si en sus clases de Economía daba al británico John Maynard Keynes. “Andate, me estás maltratando”, gritó a la fotógrafa de EL PAÍS cuando le pidió que sonriera para hacerle un retrato. Periodistas y panelistas de televisión, en muchos casos mujeres, están también en la larga lista de quienes han padecido sus estallidos de rabia.
Autoritario
Ese carácter revela rasgos intransigentes y autoritarios, preocupantes para quien aspira a la Presidencia. Él y su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, niegan el terrorismo de Estado y minimizan los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura —y condenados en democracia— para considerarlos “excesos”. “Milei es profundamente antidemocrático. Se siente muy molesto cuando lo contradicen, no le gusta nada que le digan una cosa distinta de la que él piensa, aunque sea con buena onda”, cuenta el abogado liberal y experto en finanzas Carlos Maslatón. Este exmilitante de La Libertad Avanza, distanciado del candidato, pone como ejemplo lo ocurrido en su programa de radio años atrás. Expresó su desacuerdo con un instrumento financiero y Milei, furioso, se levantó y se fue del programa. Tardó tres semanas en volver a llamarle. Maslatón cree que detrás de esos desplantes hay una persona “muy insegura”.
Cuando la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, le pidió que la llamara presidenta y no presidente, él se negó a hacerlo. Al terminar su discurso abandonó el hemiciclo al grito de “casta, casta, casta”.
La alianza entre Milei y Villarruel fue ventajosa para ambos. El primero atrajo a votantes descontentos con las políticas económicas y Villarruel sumó a aquellos que se identifican con valores de extrema derecha, como antiabortistas, opositores a las demandas territoriales de las comunidades indígenas y a los derechos de las diversidades sexuales. Villarruel lo ayudó también a tejer alianzas con la ultraderecha mundial, en especial con el partido español Vox.
Sin embargo, la irrupción de Milei ha agigantado la grieta política de Argentina. Ni siquiera un espacio de la alta cultura como el Colón, el teatro lírico más importante del Colón, ha quedado a salvo de la tensión extrema que se respira en vísperas de las elecciones. La presencia del candidato no pasó desapercibida este viernes. “Milei, basura, vos sos la dictadura”, lo abucheó parte del público y de la orquesta al reconocerlo en un palco. Al término de la función, otros optaron por aplaudirlo.
Enemigo del Estado
La primera vocación de Milei fue el fútbol, pero la hiperinflación de Argentina a finales de los ochenta le llevó a cambiar los botines por los libros de economía. Se licenció en Economía en la Universidad de Belgrano, donde después fue también docente, e hizo posgrados en el Instituto de Desarrollo Económico y en la Universidad Torcuato di Tella. Estudió a fondo las ideas de Keynes para después repudiarlas una y otra vez.
Como liberal, se opone cualquier intervención del Estado en el mercado. Su rechazo ha sido escenificado ante las cámaras a través de metáforas tan violentas que su rival, el peronista Sergio Massa, se ha valido de ellas para deslegitimarlo como candidato a ocupar el sillón de Rivadavia.
— El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los nenes encadenados y bañados en vaselina.
Así lo definió en 2019, cuando aún no había entrado en política. “Si yo tuviera que elegir entre el Estado y la mafia, me quedo con la mafia, porque la mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente y, sobre todas las cosas, la mafia compite”, dijo un año después.
Por esa época, Milei se presentó en un festival de cosplayers en Buenos Aires disfrazado de General AnCap (anarcocapitalista) con un antifaz y un tridente. “Vengo de Liberland”, anunció a los presentes, un país “donde nadie paga impuestos”. “Mi misión es cagar a patadas en el culo a keynesianos”, proclamó. Cuatro años después, ese superhéroe llegado de un país de ficción lidera las encuestas.
Milei entró y creció por los márgenes, como muchos populistas antes que él. Las redes sociales le sirvieron para conquistar a jóvenes durante la pandemia de covid-19, en especial aquellos furiosos contra un Gobierno que les impedía salir por el estricto confinamiento. Se reían con las barbaridades que escuchaban, pero también comenzaban a convencerse de la importancia de la batalla cultural con la que Milei prometía cambiar Argentina. Estos pregonaron más tarde la palabra del ultra entre sus padres y abuelos. “Mi hijo se volvió un fanático de Milei e insiste cada día para que mi marido y yo lo votemos. Pero yo no sé, es un loco, no sabemos lo que puede hacer”, admite la vendedora de una papelería de Buenos Aires que está entre ese 10% de indecisos que puede decantar la elección.
La desconfianza está extendida entre los empresarios, que recelan de la prometida dolarización de una economía sin dólares y temen el caos que puede provocar. Un centenar de prestigiosos economistas firmaron una carta en rechazo de esta y otras medidas económicas del candidato, pero su discurso se mantiene intacto en este punto. Ha cedido en las formas, pero no piensa hacerlo en el área económica. “El ministro de Economía voy a ser yo”, le respondió a alguien de su equipo cercano cuando le pidió un nombre para esa cartera central. De ser elegido, nombre habrá, pero Milei planea que sea sólo un empleado que acate sus órdenes.
Con su look postpunk adolescente —melena despeinada y chaqueta de cuero aunque el termómetro supere los 30 grados— Milei se transforma en sus mítines en una mezcla de estrella de rock y predicador mesiánico. Es su escenario predilecto. “Estar en el centro de atención de cualquier situación sin la necesidad de entablar un diálogo de ida y vuelta con los presentes sigue siendo el lugar en el que más cómodo se siente”, escribe González, el biógrafo no autorizado. Desde niño buscó ocupar ese lugar. En el patio de su escuela imitaba los bailes de su adorado Mick Jagger sin imaginar que décadas más tarde miles de personas corearían con él “Yo soy el rey de un mundo perdido”.
“Le cuesta estar en una reunión social y mantener un diálogo relajado con varias personas”, asegura el abogado liberal y experto en finanzas Carlos Maslatón. Tampoco acepta con gusto que le interrumpan. “Le gusta dar un discurso y retirarse”, continúa. La interacción puede incluir gritos y cánticos, pero no ser parte de una charla colectiva.
Milei es católico, pero hace años comenzó a acercarse al judaísmo y no descarta convertirse a este credo en un futuro. Durante la campaña presidencial contó que su máxima referencia es Moisés, al que definió como un gran líder que no tenía el don de divulgar. “Dios le mandó a Aaron para que divulgara. Kari [en referencia a su hermana Karina] es Moisés y yo soy el que divulga”, aseguró.
Ataques al papa Francisco
En el campo laboral, Milei alternó durante años la docencia universitaria con trabajos como economista. Fue asesor del general Antonio Bussi y economista jefe de la Fundación Acordar del excandidato presidencial Daniel Scioli. Pero en su currículum destaca sobre todo su trabajo durante una década a las órdenes del magnate argentino de origen armenio Eduardo Eurnekián. El multimillonario le dio el empujón mediático —a través de su televisión América TV— y los contactos que necesitaba para su carrera política. Más tarde, al menos en público, se arrepintió. “Tengo 3.700 empleados en mi empresa y uno salió fallado, ¿qué querés que haga?”, dijo días atrás. Lo que más le reprocha son sus críticas abiertas al papa Francisco, al que considera un “imbécil” que tiene “afinidad con comunistas asesinos” y al que ha llegado a calificar de “representante del maligno en la Tierra”. “No está a la altura para juzgar ni opinar sobre el Papa”, criticó Eurnekián.
“Nos acusan de haber creado al monstruo”, confiesa una fuente de este gigante empresarial. De ser cierto, no fueron los únicos. Exaliados de Milei cuentan que el entorno de Massa también le echó una mano para el armado inicial de listas con la esperanza de que Milei dividiese el voto opositor y desgastase a la derecha conservadora clásica. “Creía que sacaría un 15%, un 18% como máximo”, dicen. Cuando duplicó esa cifra y dejó en el camino a Juntos por el Cambio, quien le tendió la mano fue el expresidente Mauricio Macri. Si llega a la presidencia necesitará cerca de 5.000 amigos para ocupar los cargos de mayor confianza en el Estado. No los tiene, pero Macri está dispuesto a presentarle a muchos. El riesgo es que eso dé pie a una presidencia bicéfala, con una cara al sol y la otra en la sombra.
La unión de fuerzas entre Macri y Milei ha multiplicado y diversificado su público: los varones jóvenes ya no son una amplísima mayoría sino que hay también hombres y mujeres de mediana y avanzada edad. Mientras los primeros encontraron en Milei un dique de resistencia frente al avance del feminismo y de las minorías sexuales, los segundos ven en él al hombre que los puede salvar de otros cuatro años de peronismo. Los recién llegados corean con más timidez que los veteranos el hit La casta tiene miedo porque formaron parte de ella hasta un mes atrás. Se han perdido además el show del macho alfa subido a una camioneta con una motosierra encendida. Ese agresivo símbolo de los recortes ha sido reemplazado por el peluche de Pochita, un personaje del anime Chainsaw Man. Representa a un demonio, pero por su aspecto tierno nadie lo diría.
Su inexperiencia se hizo visible como nunca antes en el último debate contra Massa. El candidato peronista lo arrinconó y le asestó un golpe verbal tras otro en forma de preguntas. Milei intentaba responderlas como podía, pero a la vez peleaba una batalla no verbal: mantener las formas frente a las cámaras y no perder el control. Lo logró. Massa desnudó la falta de preparación de Milei para ponerse al frente del país, pero la paliza fue tan grande que muchos empatizaron con la fragilidad y las dudas del economista acorralado.
Milei llegó a la recta final de la campaña seguro de que sólo el riesgo de fraude se interponía entre él y una victoria en las urnas. Desde Córdoba, la provincia más antikirchnerista de Argentina, este hombre sin miedo pidió a los argentinos que se liberen y lo pierdan ellos también. “¿De qué riesgo me hablan, ¿De qué salto al vacío? ¡Si estamos yendo al infierno!”. Casi trece millones de argentinos decidieron este domingo darle una oportunidad.
Análisis Noticiosos
El déficit comercial de E.U se disparó un 60% en febrero por los aranceles de Trump
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2 días agoon
marzo 27, 2025Las importaciones crecieron con fuerza al acelerar las empresas las compras para evitar la subida de impuestos del presidente
Washington.-Los aranceles de Donald Trump están teniendo por ahora el efecto contrario al deseado por el mandatario. Las amenazas del presidente de Estados Unidos de imponer altos impuestos a las importaciones de mercancías de todo tipo han provocado una aceleración de las compras. El déficit comercial ya pulverizó récords en enero y en febrero sigue disparado, según los datos provisionales publicados este jueves por la Oficina del Censo de Estados Unidos. Ese desfase contribuye también a lastrar a la economía estadounidense, a la que no le están sentando nada bien las políticas de Trump.
El déficit comercial internacional fue de 147.914 millones de dólares en febrero, según los datos con ajuste estacional. Aunque supone una ligera reducción frente a la cifra sin precedentes de enero, es la segunda cifra más alta de la serie histórica y aumenta un 60% frente a los 92.309 millones del mismo mes del año anterior.
El tirón de las importaciones y del déficit se concentra en los suministros industriales (donde se incluye el petróleo), bienes de capital y de consumo. Los datos avanzados por el censo no desglosan la evolución de las importaciones, las exportaciones y el déficit por países, datos que se publicarán más adelante.
Los aranceles decretados por el presidente apenas habían entrado en vigor en marzo. Dentro de su errática política comercial, Trump aplazó los gravámenes a los productos mexicanos y canadienses poco antes de que entrasen en vigor, después de haberlos aprobado. En cambio, en el caso de China sí entró en vigor un impuesto del 10% a todas las importaciones antes de que el presidente rectificase y dejase exentos a la mayoría de los envíos, los de menos de 800 dólares, tras provocar el colapso aduanero con su improvisación y falta de preparativos.
Trump ha seguido dando pasos adelante y atrás en la guerra comercial que ha declarado a todo el mundo. En marzo entraron en vigor los aranceles del 25% al acero y el aluminio, se aplicó otro 10% adicional a las importaciones chinas (excluidas las de pequeño volumen) y entraron en vigor fugazmente los aranceles a México y Canadá, antes de otra rectificación que dejó exentos hasta el 2 de abril a los productos acogidos al Tratado entré México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
Esta misma semana, Trump ha autorizado imponer aranceles del 25% a los productos procedentes de todos los países que compren petróleo a Venezuela y, además, ha aprobado aranceles del 25% a la importación de automóviles y componentes a aplicar desde el 3 de abril con unas mínimas excepciones. El arancel del 25% se aplicará a los vehículos de pasajeros importados (sedanes, SUV, crossovers, minivans, furgonetas de carga) y camiones ligeros, así como a las piezas clave de automóviles (motores, transmisiones, piezas del tren motriz y componentes eléctricos). Cabe ampliar los aranceles a piezas adicionales si es necesario, según la Casa Blanca.
Los importadores de automóviles en virtud del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) tendrán la oportunidad de certificar su contenido estadounidense y se implementarán sistemas para que el arancel del 25% solo se aplique al valor de su contenido no estadounidense. Además, las piezas de automóvil que cumplan con el TMEC permanecerán libres de aranceles hasta que el secretario de Comercio establezca un proceso para aplicar aranceles a su contenido no estadounidense.
Con todo, la gran andanada de la guerra comercial llega en teoría la semana próxima (sujeta siempre a los caprichos y cambios de humor del presidente). Trump ha bautizado el 2 de abril como “Día de la Liberación”. Se espera que en esa fecha se apliquen los que la Administración estadounidense llama de forma engañosa “aranceles recíprocos”. Es una cifra arbitraria fijada por el secretario de Comercio, Howard Lutnick, para las importaciones de cada país o bloque comercial.
Trump quiso este miércoles quitar hierro a las medidas a adoptar. “Vamos a ser muy indulgentes”, dijo en el Despacho Oval. “Creo que la gente se va a sorprender mucho. En muchos casos, será inferior al arancel que nos han estado cobrando durante décadas. Otros países no nos han tratado bien, pero nosotros vamos a ser amables. Así que creo que la gente se llevará una grata sorpresa”, añadió. La credibilidad del presidente en materia comercial está muy en entredicho tras sus medidas erráticas y sus declaraciones contradictorias.
Los criterios no parecen ser realmente los aranceles que los demás países imponen a Estados Unidos, sino más bien la cuantía del déficit comercial. Así, aunque los aranceles europeos son menores que los estadounidenses, Trump quiere castigar a la Unión Europea por su éxito en el intercambio comercial alegando falsamente que el impuesto sobre el valor añadido (IVA) es proteccionista o que la UE pone otras barreras no arancelarias a los productos estadounidenses.
Maroš Šefčovič, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la materia, se reunió el martes con Lutnick en Washington para intentar negociar, pero sin éxito. Šefčovič se volvió a Bruselas con la impresión de que Estados Unidos impondrá la semana próxima aranceles de doble dígito, quizá incluso del 20%, a los productos europeos.
“El trabajo duro continúa. La prioridad de la UE es un acuerdo justo y equilibrado en lugar de aranceles injustificados. Compartimos el objetivo de la fortaleza industrial en ambos lados”, tuiteó Šefčovič tras el encuentro con Lutnick y otros altos cargos estadounidenses.
Mientras, el discurso de Trump ha generado incertidumbre y confusión entre los agentes económicos. Las grandes empresas han alertado de los riesgos que supone una guerra comercial para sus ingresos, sus márgenes y su negocio, pero también para la evolución de la economía internacional. También hay compañías que temen una disrupción en su cadena de suministros. La confianza de los consumidores se ha hundido y las expectativas de inflación se han disparado. La economía de Estados Unidos, cuyo producto interior bruto creció un 2,8% en 2024, está perdiendo fuelle.
La Oficina de Análisis Económico ha ratificado este jueves, en su tercera lectura, esa tasa del 2,8% para el conjunto del año 2024, aunque ha revisado ligeramente al alza el ritmo de crecimiento del cuarto trimestre, que pasa del 2,3% al 2,4% anualizado por un menor peso de las importaciones.
elpais.com
Análisis Noticiosos
Panamá cierra ruta del Tapón del Darién ruta hacia Estados Unidos
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2 semanas agoon
marzo 13, 2025El presidente José Raúl Mulino asegura que el tránsito de personas se ha reducido este año en un 98%. Coincide con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca
Bogotá.-El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha anunciado este jueves el cierre de los centros migratorios que ha formado parte de la ruta del Tapón del Darién, la zona selvática que han cruzado más de un millón de inmigrantes desde 2016. Mulino asegura que el tránsito de personas que se dirigían a Estados Unidos ha disminuido un 98%. Las deportaciones masivas ordenadas por Donald Trump han disuadido a muchos inmigrantes, que incluso realizan el camino de vuelta a sus países por este mismo paso fronterizo, solo que en sentido contrario.
“No permitiremos más migrantes en esa zona del Darién y cerramos una operación que comenzó en el año 2016. Me da mucha complacencia haber cumplido y haber cerrado el Darién, con lo que eso significa para la seguridad regional y panameña”, ha dicho en rueda de prensa. Mulino hace este anuncio el mismo día que la NBC ha revelado que Trump le ha pedido al Pentágono varios planes para tomar el control del Canal de Panamá, la joya sobre la que gira la economía de este país.
El Darién lo cruzaban sobre todo venezolanos que huían de la catastrófica situación económica de su país, pero también colombianos, ecuatorianos y hasta gente llegada desde lugares remotos, como Vietnam, Afganistán o Congo. El paso desde la zona colombiana lo controlaban grupos paramilitares que han ganado cientos de millones de dólares con este negocio. Cada migrante debía desembolsar unos 350 dólares si quería tener derecho a pasar. Un número indeterminado de personas ha muerto en estos años víctima de los peligros de la selva, crecidas de ríos y atracos y violaciones de bandas de delincuentes.
El lado panameño lo controlaba el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), que vigilaba el cruce de los viajeros. Antes de abandonar la selva, tenían que parar en Bajo Chiquito y Canaan Membrillo, donde las autoridades panameñas hacían control de pasaportes y atendía médicamente a los inmigrantes. Una veintena de oenegés y entidades de Naciones Unidas se ocupaban también de darles asistencia, cuidar de los menores y proveerles de agua potable, duchas y alimentos.
El paso migratorio también le cambió la vida a los pueblos indígenas que viven a orillas del río que cruza la selva, mayormente de origen embera. Los habitantes de estas pequeñas poblaciones llevaban en barca a los migrantes y les daban techo y les vendían comida. De repente tuvieron unos ingresos económicos extraordinarios. El cierre supone un golpe económico muy grande para sus comunidades. La caída del flujo de inmigrantes, de acuerdo al presidente de Panamá, ha sido estrepitosa: “Hace un año teníamos 36.841 migrantes cruzando por Darién, hoy marzo llegamos a 112. Una disminución importantísima, que representa de entre el 97-98 % de éxito por parte de las autoridades de Migración y el Senafront”.
El Darién como paso importante empezó a ser relevante cuando en 2016 empezaron a cruzarlo ciudadanos de nacionalidad cubana. Abierta esa vía que parecía más factible que la marítima, las cifras se elevaron en 2021 con 133.726 migrantes, 248.284 en 2022 y 520.000 en 2023. Se convirtió en el cruce fronterizo más importante del mundo. Después llegaban a Costa Rica, donde continuaban hasta México. Desde el norte de ese país entraban en Estados Unidos. La llegada de Trump a la Casa Blanca lo ha cambiado todo. Por ahora, el cruce del Darién queda clausurado.
elpais.com
Análisis Noticiosos
Reforma judicial confronta a Suprema Corte y al Tribunal Electoral en México.
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1 mes agoon
febrero 15, 2025El último lance entre las dos instituciones pone en evidencia cómo se ha menoscabado la autoridad del Poder Judicial en México
México.-Una de las enseñanzas inesperadas de la reforma judicial en México es que las autoridades pueden desobedecer las sentencias de los jueces, o acatarlas a conveniencia, cuando una mayoría democráticamente electa controla todas las palancas del poder en el Ejecutivo y el Legislativo. El último episodio de la crisis institucional lo ejemplifica el intento del Tribunal Electoral (TEPJF), dominado por una mayoría oficialista, de disputar las facultades de la Suprema Corte de Justicia para revisar los juicios de amparo. Detrás del conflicto está la lluvia de suspensiones dictadas por jueces para frenar las elecciones del 1 de junio, en las que los mexicanos votarán a miles de cargos de la Judicatura. El Supremo echó abajo esas suspensiones y dejó a salvo la elección judicial —pues no procede el amparo en materia electoral y menos contra una reforma constitucional—, no sin antes observar que los magistrados del TEPJF se arrogaron facultades inexistentes para invalidar las resoluciones de los jueces en su intento de desatorar el proceso.
El lance puso en evidencia la ruptura institucional en la que se ha sumido el país ante la voluntad de Morena de implementar su reforma sin cortapisas. Ya hace unos días, en el festejo republicano de la Constitución de 1917, la presidenta, Claudia Sheinbaum, decidió no invitar al evento oficial a Norma Piña, titular de la Suprema Corte y del Poder Judicial. Así, solo estuvieron representados dos de los tres Poderes de la Unión: el Ejecutivo y el Legislativo, controlados por Morena. Como represalia a los jueces que otorgaron suspensiones contra la reforma judicial, el Consejo de la Judicatura Federal —el órgano encargado de vigilar la conducta de los juzgadores, también de mayoría oficialista— acordó denunciarlos penalmente ante la Fiscalía General de la República.
Con esas consideraciones, el TEPJF —siempre gracias a la mayoría de tres magistrados alineada a Morena— estableció que las suspensiones dictadas por los jueces no tenían efectos sobre la elección judicial, y dieron vía libre a las autoridades del Ejecutivo y el Legislativo para ignorar esas resoluciones y continuar con los preparativos de los comicios. El último ejemplo vino luego de que un juez ordenó a los Comités de Evaluación que integraban las listas de candidatos frenar el proceso. Solo el Comité del Poder Judicial acató la instrucción. Los Comités del Ejecutivo y el Legislativo desobedecieron al juez sin ninguna consecuencia.

El ministro del Supremo Alfredo Gutiérrez preparó un proyecto para resolver el conflicto competencial entre los jueces de distrito y el TEPJF. En su proyecto, el togado ya se lamentaba por “la simplicidad con la que diversos actores institucionales decidieron ignorar los cauces legales cuando estos no convenían a sus intereses”. Antes de la votación del asunto, el pasado jueves, los magistrados del Tribunal Electoral exigieron al propio Gutiérrez, así como a los ministros Norma Piña, Javier Laynez y Jorge Pardo, no participar en la discusión del proyecto por haber hecho anteriormente pronunciamientos contra la reforma judicial, lo que, supuestamente, demostraba que no votarían de manera imparcial. El TEPJF, sin embargo, no consideró necesario pedir también la excusa de las ministras Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres, claramente militantes de Morena y quienes, desde su posición en el Supremo, están en campaña buscando ser “ratificadas” en la elección judicial.
Nunca antes los magistrados del Tribunal Electoral habían intentado dar órdenes a los ministros de la Suprema Corte. Si bien el TEPJF es la máxima autoridad jurisdiccional en materia electoral, el Supremo es un tribunal constitucional y su presidenta, Piña, es la cabeza de todo el Poder Judicial, por lo que, jerárquicamente, está por encima de cualquier juzgado. Ninguno de los ministros se excusó de la votación del proyecto de Gutiérrez. Hacerlo hubiera dejado a la Suprema Corte solo con seis integrantes, cuando el mínimo para que exista quorum es de siete.
Al final, el Supremo resolvió, como era de esperarse, que no se puede suspender un proceso electoral ni tampoco una reforma constitucional —como la judicial—, y ordenó a los juzgadores dar marcha atrás en sus resoluciones. Los togados también indicaron que el TEPJF no tenía facultades para revisar juicios de amparo y señalaron que sus fallos al respecto debían leerse como una mera opinión de sus integrantes. “Las sentencias [del Tribunal] no pueden tener la capacidad de incidir de manera alguna en las determinaciones de jueces de amparo; no funciona como instancia de revisión y su pretensión de anular los efectos de las suspensiones simplemente carece de cualquier efecto dentro de nuestro orden jurídico”, dice la resolución del Supremo. El ministro Alberto Pérez Dayán fustigó a los magistrados electorales que han actuado a tono con Morena —Mónica Soto, presidenta del TEPJF; Felipe Fuentes y Felipe de la Mata—, a los que se refirió como “la exigua mayoría de un tribunal deliberadamente incompleto, predecible, obvio, complaciente y sesgado con el poder”.
La sesión del jueves estuvo plena de referencias al quiebre institucional que ha supuesto la reforma judicial, una circunstancia que el ministro Gutiérrez calificó de “perturbadora”. “Esta Corte ha observado cómo cada transgresión al orden constitucional ha allanado el camino para la siguiente, hasta llegar al punto donde los límites institucionales, que alguna vez parecieron inquebrantables, se han vuelto porosos”, dijo el togado. “Diversas autoridades han normalizado lo que debería ser impensable: el desacato selectivo de resoluciones judiciales, la intervención e invención de competencias inexistentes y la subordinación del derecho a consideraciones políticas”, ha añadido.

La presidenta Sheinbaum, que siempre defendió las facultades —no existentes— del TEPJF para interferir en las resoluciones de los jueces de amparo, celebró que se haya aprobado el proyecto de Gutiérrez en el Supremo. “La elección de las y los jueces, ministros, magistrados, ¡va! Ya no tiene ninguna barrera de ningún tipo”, ha dicho en su conferencia Mañanera del viernes. La Corte enfila a su desaparición. En septiembre será reemplazada por un nuevo órgano judicial integrado por nueve ministros electos por voto popular, que presidirá quien obtenga más sufragios en la pasarela. La mayoría de los togados actuales decidió no participar en los comicios. Juez y parte, Batres, Esquivel y Ortiz están en abierta campaña y aspiran a ser las más votadas, para entregar a Morena otra institución en la que tendrá mayoría.
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