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Opinión

La contra pasó del revés electoral al Plan Desestabilizador, ¿Qué hacer?

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Por Narciso Isa Conde

NARCISO-ISA-CONDE11111121Las fuerzas contrarrevolucionarias venezolanas y mundiales, con el poder imperialista estadounidense a la cabeza, en poco tiempo pasaron del revés electoral en los comicios de alcaldías y gobernaciones al plan desestabilizador en grande, aprovechándose del mal del fondo que afecta al proceso bolivariano y de las indecisión de las fuerzas conductoras frente a imperiosa necesidad de adoptar en firme la vía anti-capitalista y acelerar la socialización.

Retomaron la vía que intentaron instrumentar inmediatamente después de su derrota en las reñidas elecciones presidenciales: la vía de la confrontación violenta, tomando las calles y exhibiendo su rostro neonazi, sin descartar la opción electoral. Capriles Radosky y Leopoldo López son dos caras de una misma moneda.

•Victoria insuficiente

Ciertamente haber contenido en aquella ocasión la sedición con un golpe de masas enrojecidas, ganar a continuación la gran mayoría de las Alcaldías y Gobernaciones y sacar una avalancha de votos a nivel nacional (con un margen muy por encima de las derechas), fue una importante pero insuficiente victoria del PSUV, el POLO PATRIOTICO y el pueblo chavista.

Haberlo hecho en medio de una guerra económica y de un intenso y perverso plan de desestabilización, tuvo todavía un valor mayor. Pero eso no bastaba.

La crisis requería además -tal y como lo expresamos en esa ocasión- radicalizar aun más las medidas contra el gran capital; mucho más de los vulnerables controles y de las limitadas acciones desplegados contra la guerra económica en medio de la pasada campaña electoral.

Los hechos recientes lo confirman. La contra-ofensiva iniciada se apagó y la consecuencia ha sido el rebrote del deterioro económico y el incremento del descontento, usado como caldo de cultivo de la desestabilización en mayor escala y con más violencia.

•Urge contra-atacar las raíces de la contra

Esto indica que es urgente profundizar, radicalizar y expandir las transformaciones anticapitalistas en Venezuela; esto es, expropiar y socializar progresivamente la gran propiedad capitalista y el poder, y subvertir la lógica capitalista todavía preeminente a nivel de Estado y a nivel privado.

Esto implica socializar en forma ascendente lo privado y lo estatal, atacar la corrupción, subvertir la cultura rentista-consumista y  desburocratizar los centros estatales de dirección en el marco; todo esto en el marco de una compleja transición donde lo viejo se resiste a morir y lo nuevo no termina de crecer en grande y desarrollarse.

Esto equivale a atacar las raíces de situación crítica en la que para avanzar sustancialmente, el Estado actual deberá ser progresivamente desmontado para darle paso al poder de la sociedad, tal y como apuntó Chávez en su Aló Presidente Autocrítico (“Golpe de Timón”).

Estoy seguro, que asumidas con vigor la vía anticapitalista, la expansión del poder popular y la democracia directa, éstas erosionarían en mucho mayor grado la base político-electoral de las derechas, que todavía supera el 45% de los votantes y reduciría su creciente poder de movilización de calle empleado para desestabilizar.

Cuando el perro muerde o ladra hay que darle por la cabeza al amo. Y este caso el amo es la burguesía transnacional y local, y la parte corrompida de la burocracia estatal asociada a ellas.

Proceso hacia la revolución que se estanca y aísla, se debilita, retrocede y sucumbe.

Proceso que avanza, profundizándose, radicalizándose a su interior y más allá, resulta muy difícil de derrotar.

Todavía existe la posibilidad de iniciar el Golpe de Timón y revertir el desgaste que alimenta la contrarrevolución, acompañándolo de una ascendente línea de movilización popular-militar que potencie el contra-ataque y disuada al neofascismo. Mañana será tarde.

 

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Baja competitividad electoral en el sistema político dominicano

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Por Rosario Espinal

El PLD y la Fuerza del Pueblo no tienen bases electorales independientes; el peledeísmo está dividido. La división fragmenta y deprime su voto, y ensancha las posibilidades electorales de un PRM unido.

En este siglo, el sistema político dominicano ha registrado una baja competitividad electoral; es decir, el partido ganador a nivel presidencial ha sobrepasado por muchos puntos al partido en segundo lugar (aclaración: comienzo con las elecciones de 2004 por las características especiales de las elecciones del 2000, que no viene al caso abordar aquí).

En el 2004, el PLD obtuvo 57.1% de los votos y el PRD 33.6%, para una diferencia de 23.5% (los porcentajes incluyen aliados). En el 2008, el PLD obtuvo 53.8% y el PRD 40.4%, para una diferencia de 13.4%.

En el 2012, que fueron las más competitivas en lo que va de este siglo, el PLD obtuvo 51.2% y el PRD 46.9%, para una diferencia de solo 4.3%. En el 2016, el PLD obtuvo 61.4% y el PRM 34.9%, para una diferencia de 26.5%.

Durante ese período, el partido dominante fue el PLD: gobernó 16 años consecutivos.

La pregunta es: ¿qué ha producido esta baja competitividad electoral?

La razón principal, planteo, es la fragmentación de los partidos principales que estructuraron el sistema político dominicano desde la transición de 1978.

Después de la muerte de Joaquín Balaguer en el 2002, el PRSC se dividió varias veces y el PLD absorbió la masa votante balaguerista. Eso, junto a la crisis financiera de 2003-2004 que debilitó al PRD, permitió el retorno del PLD al poder y su afianzamiento en el Estado.

Luego, la división del PRD en el 2013 facilitó al PLD obtener un altísimo porcentaje de votos en las elecciones de 2016 frente al PRM, que había desplazado al PRD como principal fuerza de oposición.

En el 2020, que fueron unas elecciones de cambio de gobierno, el PRM obtuvo 52.5% de los votos y el PLD 37.5%, para una diferencia también significativa de 15%. En esta ocasión, la división del PLD fue un factor clave para la baja votación obtenida por ese partido. Leonel Fernández con su nueva Fuerza del Pueblo y aliados obtuvo 8.9% de los votos, fundamentalmente provenientes del PLD.

La persistencia de la división del peledeísmo, que acude a las elecciones de 2024 con una alianza parcial y candidaturas presidenciales diferentes, es una de las principales razones para que el PRM esté bien posicionado electoralmente.

O sea, así como las divisiones del PRSC y del PRD contribuyeron a que el PLD se convirtiera en el partido dominante por 16 años consecutivos, ahora la división del peledeísmo contribuye a la predominancia del PRM, y también a que se mantenga la baja competitividad electoral.

Que existan tres partidos con potencial electoral no significa que ninguno pueda formar mayoría en primera vuelta. En el caso dominicano, lo que ha ocurrido es que la división del PRSC, PRD y PLD ha generado un sistema de partido dominante: antes el PLD y ahora busca serlo el PRM.

El PLD y la Fuerza del Pueblo no tienen bases electorales independientes; el peledeísmo está dividido. La división fragmenta y deprime su voto, y ensancha las posibilidades electorales de un PRM unido.

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Ese “Caimán” se parece a aquel “Halcón”

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Por Narciso Isa Conde

Observen también que la nueva membresía de esas familias actúa como relevo de viejos capos tipo Florián Félix, Maconi y familia Cuevas; cuyas organizaciones supuestamente fueron desmanteladas hace décadas y al parecer resucitaron.

En el caso de la OPERACIÓN CAIMÁN dirigida por el COMANDO SUR y la DEA, el Ministerio Público (MP-persecución) hizo referencia a posibles conexiones de las narco-familias del Sur con autoridades civiles y militares, políticos y empresas…

El MP publicó 38 nombres de esas “narco-familias”, pero no identificó a sus cómplices a nivel de estado, partidos y empresas.

Además, se mencionaron seis “narco-familias” a las que se les atribuye movilizar 28 toneladas de cocaína desde diciembre del 2021 a la fecha. Un volumen inferior al que históricamente entra por el Puerto Modal Caucedo y los aeropuertos de Punta Cana, la Romana y Portillo.

Esa iniciativa llamada Operación Caimán se parece a aquella que, con participación de la DEA, ejecutaron recientemente fuerzas parecidas en el Cibao. bajo el nombre de Operación Halcón; a raíz de las amenazas del Cártel del Cibao a la magistrada Miriam German. Eso pronto se disolvió y el cartel siguió campante.

Todo indica que el propósito central de la Operación Caimán ha sido crear una situación en la que aparezca como normal la participación del Comando Sur del PENTÁGONO en operaciones militares-policiales en territorio dominicano, para así legitimar una intervención preventiva en esta parte de la isla.

Respecto a los resultados de esa operación, el MP afirma que, “con esas actividades ilícitas realizadas en la región Sur, se ha creado una narco-cultura poblacional”, lo que supuestamente «hace que estos delitos se perciban como una narco-economía que afecta al Estado».

La verdad, sin embargo, es que la narco-corrupción existe en todo el territorio nacional y la narco-economía va de la mano del narco-estado, con fuertes complicidades del poder imperialista que regula oferta y demanda y aprovecha la política antidroga para intervenir militarmente con su Comando Sur

Observen también que la nueva membresía de esas familias actúa como relevo de viejos capos tipo Florián Félix, Maconi y familia Cuevas; cuyas organizaciones supuestamente fueron desmanteladas hace décadas y al parecer resucitaron. Su continua existencia era vox populis y estuvo protegida por la propia DNCD y la DEA.

En la Operación Caimán, el MP identificó unas 37 personas de esos seis narcos-familias integradas por el “tigueraje” que controla esos trajines delictivos en las provincias Peravia, Barahona, Pedernales y Azua. Pero curiosamente no se habla de los enlaces con los carteles y con el Estado, y faltan las referencias a los integrantes de la cúpula de esas estructuras criminales con raíces aquí y en el exterior.

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Un Futuro Digno, Libre y Democrático

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Por el Dr. Isaías Ramos

En una época marcada por desafíos sociales y políticos sin precedentes, la necesidad de fortalecer los cimientos de una sociedad basada en la dignidad, la equidad, la libertad y la democracia es más urgente que nunca. La búsqueda de un futuro más justo y equitativo para todos nuestros ciudadanos requiere un compromiso renovado con estos principios fundamentales, esenciales para el bienestar y el progreso de nuestra nación.

La libertad individual permite a cada persona expresar sus ideas, creencias y opiniones sin temor a represalias. Es un derecho intrínseco y un pilar indispensable de cualquier sociedad que aspira a ser justa y equitativa. Esta libertad es la esencia misma de la dignidad humana y debe ser defendida con vigor en todos los frentes, especialmente en tiempos donde puede ser amenazada por intereses partidistas o agendas autoritarias.

Paralelamente, la democracia, entendida como el sistema político que facilita la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones que afectan sus vidas, es crucial para la salud de nuestro tejido social. A través de una democracia robusta y vibrante, podemos garantizar que los derechos fundamentales de cada individuo sean respetados y que las políticas públicas reflejen verdaderamente las necesidades e intereses del pueblo.

Sin embargo, debemos reconocer que la libertad y la democracia no son solo aspiraciones ideales; son principios concretos y palpables que deben guiar nuestras acciones cotidianas. La defensa constante y la promoción de estos valores son cruciales para mantener una sociedad justa, libre de opresión y capaz de adaptarse a los cambios de nuestro mundo globalizado.

Es esencial fortalecer las instituciones democráticas existentes para garantizar su transparencia, eficiencia e integridad. El respeto irrestricto al Estado de Derecho y el cumplimiento riguroso de las leyes son fundamentales en la protección de los derechos individuales y colectivos. Estos principios no solo preservan el orden, sino que también promueven un clima de confianza y seguridad que es vital para la estabilidad social y el desarrollo económico.

La educación desempeña un rol crucial en este panorama, actuando como el medio por el cual se inculcan los valores cívicos necesarios para fomentar una cultura basada en el respeto mutuo, la tolerancia y el diálogo constructivo. A través del acceso universal a una educación inclusiva y equitativa, podemos formar a ciudadanos informados y críticos, capacitados para participar de manera activa y consciente en la vida política y social del país.

En el Frente Cívico y Social entendemos que en estos tiempos donde las amenazas contra la libertad individual y los principios democráticos son evidentes y crecientes, es responsabilidad de todos nosotros defender estos derechos inalienables con valentía y determinación. No podemos ser complacientes ni pasivos; el compromiso con la libertad y la democracia debe ser activo y constante.

Es por esa razón que en el  FCS creemos que un  llamado a la acción no es solo un imperativo moral, sino también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con un futuro donde cada persona pueda vivir con dignidad y equidad bajo un sistema robusto basado en principios sólidos e incluyentes. Juntos debemos trabajar incansablemente por fortalecer nuestra democracia, preservar nuestra libertad individual e impulsar una sociedad donde reine la justicia social para todos sus habitantes.

No dejemos pasar la oportunidad de ser parte de la construcción de un país que no solo aspire a la grandeza económica, sino que también fomente un ambiente de respeto mutuo y oportunidades equitativas. ¡Juntos, podemos construir el país digno, libre e igualitario que todos anhelamos!

¡Despierta, RD!

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