Conecta con nosotros

Opinión

La élite capitalista global y su manejo sospechoso de la COVID-19

Published

on

Por Narciso Isa Conde

Bill Gates, cual adivino, anunció en el 2015 esta pandemia en curso y muy activa, con un posible balance de 30 millones de muertos; y  ella ya va camino a los dos millones de víctimas mortales.

“Puede que exista un virus con el que las personas se sientan lo suficientemente bien mientras están infectadas para subirse a un avión o ir al supermercado y eso haría que se extienda por todo el mundo de manera muy rápida”.

Esta fue la predicción que auguró Bill Gates, el fundador de Microsoff en 2015, hace cinco años durante el  brote del Ébola en Africa. (LAVANGUARDIA, REDACCIÓN BARCELONA 18/03/2020)

Esto no parece un simple producto de una “bola de cristal”, pero lo que resulta todavía más llamativo es que de nuevo, en medio de la COVID 19,  Mr. Gates ha anunciado a futuro próximo otra pandemia más, que según él “no será tan destructiva” porque ahora actuarán con más inteligencia y disponiendo de mejores pruebas e instrumentos.

Más bien esto parecería como algo pre-determinado, que incluye una propaganda adelantada sobre una respuesta supuestamente distinta y más eficaz desde el poder; a base de mercancías y tecnologías que siempre dejan muchas ganancias a las elites capitalistas y siempre  la paga  a precios altos sus altos la mayoría empobrecida de la sociedad.

Además, el magnate mayor de la elite capitalista transnacional, que se considera a sí misma como dueña del mundo, confesó (por inocultable) que su fundación “se asoció con gobiernos y patrocinadores para crear la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI), por su sigla en inglés). Dicha iniciativa, en la situación actual, ha logrado aportar a la financiación de vacunas como Oxford/AstraZeneca y Moderna.”

Ahora se conoce mejor el real propósito que tiene que el magnate Bill Gates, fundador y dueño de MICROSOFT, financie directamente el 90% del Programa de Medicamentos de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD-OMS, mientras que el 80% del presupuesto de esa entidad se está financiando con donaciones privadas canalizadas a través de la FUNDACIÓN BILL Y MELINDA GATES.

 Evidentemente Gates se acercó a esa esfera de negocio con un  proyecto superior a su  ya fuerte gravitación sobre la OMS y a su red institucional bajo el manto de la ONU.

Él,  George Soros, Jeff Bezos, Warren Buffett, Mark Zuchenbert, son, entre otros, los principales ideólogos y líderes de la facción capitalista-imperialista globalizadora; con sede en EEUU y ejercicio supranacional; con las recientes ventajas que le ha dado recuperar la Casa Blanca y el Capitolio a través de Biden y el PD. Aunque también –hay que decirlo- con el incordio fascista que lidera Donald Trump y los graves problemas derivados de la división del poder estadounidense.

Steven Rockefeller, aun con fuertes contradicciones con algunos de los “globalistas”, opera  intensamente a nivel mundial, y dado su enorme  capital acumulado en el negocio de las enfermedades, junto con Gates gravita con fuerza en el proceso de privatización de la OMS; influyentes ambos, por demás, en las compras de medicamentos, pruebas y equipos, y en las conexiones con las industrias farmacéuticas, protocolos y decisiones relacionadas con epidemias y pandemias, incluyendo fabricación de vacunas.

Bill Gates -entendiendo limitado el rol de la OMS centrado, según sus propias palabras, en  “monitorear epidemias”  no ha ocultado su decisión de impulsar un  sistema mundial de “salud eficaz” (Jorge Santa Cruz, REBELION: “Coronavirus: La humanidad cautiva y la presidencia mundial de Bill Gates”), en el que evidentemente confluirían los intereses de la industria informática-digital-robótica, con los de los grandes laboratorios farmacéuticos y corporaciones  relacionadas con el tema salud, que a su vez se conectan con la minería de punta, el complejo militar-industrial financiero y la producción de  los sistemas súper-modernos de seguridad, control y monitoreo.

 Gates habla de un nuevo sistema de salud que se apoye en “celulares, mapas satelitales”,  en los avances en la ciencia “biológica”, la fabricación de “vacunas rápidas” y decorto ciclo inmunológico, las “drogas de última generación” y una organizacióncuasi militarasociada o apoyada por fuerzas militares y policiales regulares. Ese proyecto cuenta con el respaldo de las corporaciones Welcome y Master Cart, entre otras. (Jorge Santa Cruz, articulo citado)

  • COVID 19  Y TIPO DE MANIPULACIÓN.

En esa elite concentrada se producen interconexiones y confluencias entre diversas ramas productivas y  variados conglomerados financieros.

Las pandemias tipo COVID 19 -cual sea  el origen del virus y la causa de su propagación- resultan funcionales y son oportunistamente aprovechadas por esos grandes conglomerados industriales, comerciales y financieros; sobre todo cuando son manejadas desde mecanismos con las ambigüedades de la OMS o con las complicidades presentes en las programaciones estatales condicionadas por intereses económicos enmarcados en el predominio del afán de ganancias empresariales y la acumulación del capital privado por sobre las necesidades de los pueblos.

Las versiones sobre el nuevo corona virus, detectado primero en China, van desde el impacto ambientalmente degradante del industrialismo y la súper-urbanización sobre la naturaleza no humana, hasta el tema de su manipulación en laboratorios o su empleo en la guerra biológica.

 En marzo del 2020 -después que la cúpula imperialista acuñó el término del “virus chino” para estigmatizar al Gigante Oriental- China denunció que éste había sido introducido en Wuhan por una delegación deportiva-militar con el objeto de causarle graves problemas a ese país.

 Concomitantemente, Philip Giraldi, ex funcionario de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), declaró que su país podría haber “creado” al temido virus en colaboración con el régimen de Israel como un arma de guerra biológica para dañar a China e Irán.(FacebookTwitterTelegramWhatsAppMeneameCompartir InternacionalHispan TV / 08/04/2020)

Hasta ahora, sin embargo,  no se ha podido determinar científicamente la verdad sobre este fenómeno.

  • DOS ACTITUDES DIFERENCIADAS FRENTE A LA PANDEMIA.

Sin embargo, es evidente que existen dos actitudes diferentes frente al agravamiento de la crisis sanitaria y la depresión económica global que ella ha precipitado:

  • Una se inclina por la manipulación de la pandemia desde de la lógica neoliberal, para producir una restructuración del poder capitalista a nivel mundial y local, que conlleva mayor acumulación y concentración de riqueza a favor de las elites de la burguesía transnacional que disponen de más posibilidades de expansión en medio de esta multi-crisis. Y aunque no se confiese, eso implica convivir el mayor tiempo posible con la COVID 19 para usarla en función de intereses espurios.
  • La otra consiste priorizar la salud colectiva acompañada de la determinación de aplicar una estrategia de eliminación o aislamiento de la pandemia, sin poner a depender este delicado asunto solo del empleo de las vacunas y condicionando a la vez la apertura progresiva de la economía a la efectividad de eso plan.  Eso implica la firme decisión de poner en primer plano el interés de los pueblos, sin sujetarse a las pautas condicionadas de los organismos multilaterales tipo FMI, BC, OMS, FORO ECONÓMICO MUNDIAL, G8…; e implica también ejercer soberanía y sensibilidad humana.

Los resultados de ambas actitudes frente a la misma pandemia están a la vista y son incontrovertibles.

A más neoliberalismo, a más privatizción de los servicios de salud y de las decisiones, peores resultados, aún se trata de países “altamente desarrollados” y con muchos recursos de todo tipo.

A mayor orientación a favor del interés colectivo, del predominio de lo social sobre lo privado o de una orientación socializante, mayores logros colectivos y mejor status comparativo.

En este último sector sobresalen CUBA, CHINA, AUSTRIA, URUGUAY, NICARAGUA, VIET-NAM e incluso VENEZUELA (pese al bloqueo y sus largas fronteras terrestres).

  • CONSIDERACIONES DE “THE ECONOMIST” TRASLUCEN PROPOSITOS NO CONFESADOS POR LA ÉLITE GLOBAL.

La revista británica THE ECONOMIST, posiblemente “sin querer queriendo”, aunque con bastante azúcar, realizó la publicación “Hacia una nueva normalidad 2021–2030”, en la que describe cómo cambiará la sociedad, sus relaciones y la economía del mundo luego de los cambios que provocaría la crisis sanitaria a nivel mundial.

Ese texto y especialmente el resumen de los 20 puntos que fueron analizados por más de 50 expertos sobre lo que se viene para este 2021, trasluce quienes serían los grandes beneficiarios de esa tendencia empujada por la “élite globalista” al interior de la clase capitalista transnacional, de tornarse realidad sus planes. (Teletrabajo, economía, reciclaje y turismo son solo algunos de los puntos que cambiarán para este año, en una completa transformación de este década. Felipe Alcaíno 1 Febrero, 2021)

Procedo a mencionar los puntos más relevantes de ese análisis, evidentemente inductivo y a tono con los anhelos, pretensiones y programas de los magnates de la informática, cuyas arcas, bolsillos y propiedades se van a reventar,

  • El trabajo a distancia llegó para quedarse. Las oficinas cerrarán en alto porcentaje. Desaparecerán las juntas en hoteles relacionados al trabajo. Las casas se volverán más tecnológicas. La productividad ya no dependerá de un jefe que te revise, sino que serán las plataformas. Todo lo repetitivo se vuelve virtual y se fomenta el esquema de suscripción También aumentarán los servicios a domicilio por medio vía virtual.
  • Las empresas que no inviertan por lo menos un 10% de sus ganancias en nuevas tecnologías desaparecerán. La empresa tradicional llegó a su fin en el 2020 y solo queda esperar a su muerte definitiva. Las personas apreciarán más que nunca visitar turísticamente lo natural,  pero con soluciones altamente tecnológicas apoyadas con asistencia digital 24/7. Se reducirá la fuerza laboral, optando por la inteligencia artificial.
  • -La educación no regresará igual. Se retomará lo presencial, pero se adaptará tecnológicamente tanto en colegios como en universidades. La medicina también se adaptó a lo digital con tecnología a distancia y las citas en teleconferencia serán normales. Por otro lado, la gente se seguirá realizando pruebas de Covid el 2021 para sentirse seguros y la vacuna se acelerará, pero también encontrará retos en el camino. Aumentará el comercio en línea con jugadores como Facebook, Tik-Tok y YouTube para competir contra Amazon. Cerca del 50% de tiendas físicas globales cerrará. Entrarán en el campo nuevos modelos de información y noticias por suscripción. (Fuente: The Economist.).
  •  El dulce  gringo-británico se expresa así: “El mundo está viendo este año como un nuevo inicio. Un renacimiento. Le gente replanteará sus metas personales, de trabajo, de salud, de dinero y espirituales. Vienen grandes oportunidades… La innovación, la tecnología, lo natural y el pensamiento lateral son la base de la nueva realidad”.

Claro que ese análisis no perseguía visibilizar la depredación minera, la crisis ambiental, la destrucción de las fuentes de agua,  la profundización de las desigualdades, el incremento del hambre por desempleo bestial, la salud “virtualizada” como negocio de alto precio, la conquista violenta de territorios y de recursos naturales: todo esto acompañado de los policía globales tipo Pentágono y OTAN y de todas las calamidades que para los pueblos conlleva ese paraíso informático, esa sociedad robotizada, ese  saqueo digitalizado.

No era de su interés el examen prospectivo del impacto de una depresión económica cargada sobre los pueblos, brutalmente empobrecedora. Tampoco calcular las posibles rebeldías y estallidos sociales  a falta de alimentos, viviendas virtuales.

Mucho menos detenerse a pensar si China le gana a EEUU y a Occidente en la carrera del 5 G.

Para sus fines le era conveniente invisibilizar las contradicciones, ignorar la crisis crónica del capitalismo, ocultar la decadencia de la civilización burguesa, borrar a los pueblos del análisis y crear un paraíso virtual de elites dispuestas a derramar bienestar luego de sembrar terror, guerras, penurias…

Pero de todas maneras hay que felicitar a THE ECONOMIST por develar “dulcemente” a quienes se enriquecen obscenamente en tiempo de COVID y convierten en instrumentos de dominación y muerte de los pueblos los grandes adelantos tecno-científicos aportados por la inteligencia humana. (3-2-2021, Santo Domingo, RD)

El mundo está viendo este año como un nuevo inicio. Un renacimiento. Le gente replanteará sus metas personales, de trabajo, de salud, de dinero y espirituales. Vienen grandes oportunidades para satisfacer todos esos requerimientos y cambios de pensamiento. Un nuevo inicio con valores más reales. Muchos comportamientos se transforman y nunca regresarán. Acumular, consumir y vivir por lo material pasa al lado negativo de la conversación.

La innovación, la tecnología, lo natural y el pensamiento lateral son la base de la nueva realidad. Seguir haciendo lo mismo sin replantearse en el 2021 es ir directo al desfiladero. Todos están a tiempo de encontrar nuevos caminos. Las directrices están definidas. Simplemente hay que encontrar las nuevas rutas personales o empresariales.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Opinión

La CIA, Mockingbird y los periodistas

Published

on

(I)

Por Oscar López Reyes

Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.

En estos 78 años, la CIA ha invertido miles de millones de dólares en el enlistamiento de periodistas anti-éticos y anti-democráticos y en infiltración en medios de comunicación para divulgar programas propagandísticos, engendrando el descrédito y la desconfianza ciudadana, así como la animadversión de adversarios en guerras.

La operación Mockingbird, que inicialmente consistió en escuchas telefónicas periodísticas sin orden judicial, fue llevada a cabo por la CIA para identificar fuentes de filtraciones de datos de alta inteligencia. Principió grabando conversaciones privadas de Hanson Baldwin, reportero de seguridad nacional del New York Times, entre el 12 de marzo y el 15 de junio de 1963, desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Las grabaciones fueron por iniciativa del presidente de Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, luego que se incomodara por un reportaje de primera plana publicado por Baldwin (ganador del Premio Pulitzer en 1943 por su cobertura de la Segunda Guerra Mundial) en la edición del 26 de julio de 1962 del New York Times en el que, amparado en una información clasificada, revelaba el número de misiles nucleares en el arsenal estadounidense. A su vez, comparaba esos depósitos atómicos de Estados Unidos con los de la Unión Soviética, y el afán de esta última superpotencia por resguardar sus emplazamientos de misiles balísticos intercontinentales.

A seguidas, la CIA también intervino los teléfonos residenciales de los columnistas Robert S. Allen y Paul Scott (The Allen-Scott Report, publicada en unos 300 periódicos), tras estos dar a conocer secretos clasificados de Estados Unidos. Más adelante, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se incorporó a las averiguaciones y vigilancia para detectar quienes desde los organismos de inteligencia estaban infiltrando informaciones a la prensa. También produjo la intercepción telefónica a la periodista de Newsweek, Lloyd Nornam, y el secretario de Estado Dean Rusk presionó para que CBS News no difundiera un reportaje del periodista Daniel Schorr sobre el espectacular escape de ciudadanos de Alemania Oriental a través de un túnel bajo el Muro de Berlín.

Por intermedio del proyecto Mockingbird -según variadas fuentes- para divulgar propaganda proestadounidense y truquear a la opinión pública contra la influencia comunista, aceptaron ser asalariados de la CIA cientos de periodistas de The New York Times, The Washington Post, Newsweek, ABC, CBS, NBC, la revista Time, Louisville Courier Jounal, Copley News Service, la agencia internacional Reuters y otros medios de América Latina, Europa y otras regiones.

Los objetivos bien definidos de la contratación a sueldo de la red de periodistas, publicaciones, televisoras y emisoras tengo que segmentarlos en siete:

1.- Difundir relatos preescritos por la CIA, para tratar de cambiar la percepción global sobre situaciones y personas, siempre favorables a Estados Unidos.

2.- Controlar la política editorial de medios comunicativos, a través de altos ejecutivos y editores, en una novedosa interacción subrepticia gobierno-prensa.

3.- Ocultar informaciones perjudiciales o desfavorables a Estados Unidos, en una intromisión estatal sin precedentes.

4.- Inclinar la balanza para conveniencia estratégica de Estados Unidos en coberturas informativas, artículos de opinión, editoriales y otros géneros periodísticos.

5.- Contrarrestar la propaganda e influencia de la Unión Soviética, con mecanismos sofisticados de persuasión pública.

6.- Suministrar datos de inteligencia, en una típica tarea de espionaje.

7.- Detectar a agentes o empleados de organismos de inteligencia que confidencialmente suministraban informaciones a periodistas.

……………………………………………………..

El autor: Redactor principal del Código de Ética del Periodista Dominicano y autor exclusivo del libro “La Ética en el Periodismo. Los cinco factores que interactúan en la deontología profesional”.

 

Continue Reading

Opinión

Cuando el privilegio pesa más que el salario

Published

on

Por Isaías Ramos

En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?

La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.

No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.

Primero derechos; después privilegios.

La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.

Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.

Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.

Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:

  • ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
  • ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
  • ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?

Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.

Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.

A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.

Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.

Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.

La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.

¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?

¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?

En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.

Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.

En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.

Despierta RD

Continue Reading

Opinión

La Corte Penal Internacional y los Tribunales Penales Internacionales  (1 de 2)

Published

on

Por Rommel Santos Díaz

A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia  y Ruanda  son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.

Fue precisamente la gravedad de las circunstancias lo que obligó al Consejo de Seguridad a ejercer las atribuciones que le confiere el  Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para crear las jurisdicciones penales Ad – Hoc para la Ex Yugoslavia ( Resolución  827 de 1993) y para Ruanda (Resolución 955 de 1994)

En estos casos, ambos tribunales tienen virtualmente estatutos idénticos y también compartieron algunas instituciones comunes, como  por ejemplo el Fiscal, dado que a partir del 15 de septiembre del 2003, el Consejo de Seguridad designo a Hassan Bubacar Jallow como Fiscal del  Tribunal Penal Internacional  para Ruanda.

La Fiscal Carla Del Ponte ejerce su competencia exclusivamente en relación al Tribunal Penal Internacional  para la Ex Yugoslavia. Las características comunes entre ambos tribunales han tenido como consecuencia, al menos en el ámbito teórico, la economía y uniformidad en el ámbito fiscal  hasta el año 2003 así como en el desarrollo de una línea jurisprudencial sólida y constante en el análisis de sus respectivos casos.

De esta forma la creación de dichos tribunales Ad-Hoc constituye un desarrollo sin precedentes a favor de la implementación de las normas sobre derechos humanos que a su vez ha favorecido una dinámica positiva en el proceso de creación de un sistema de justicia penal internacional  que se concreta casi una década después con el inicio de las funciones  de la Corte Penal Internacional.

Por su lado el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda fueron creados por resoluciones del Consejo de Seguridad en virtud de las cuales son considerados como órganos judiciales subsidiarios del mismo.

Se ha establecido que aun cuando fueron creados por el Consejo de Seguridad, el cual no es un órgano judicial, esto no afecta la validez del acto jurídico de creación puesto que ambos son el reflejo del ejercicio del mandato del principal órgano de las Naciones Unidas  para mantener la seguridad y la paz internacional.

Esta línea de razonamiento concuerda con la establecida por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión Consultiva sobre los efectos de las compensaciones concedidas por el tribunal administrativo de las Naciones Unidas de 1954.

Por tanto, mientras la Corte Penal Internacional es un tribunal internacional independiente, el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda son órganos judiciales subsidiarios del Consejo de Seguridad Conforme al Artículo 2 del Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional mantiene relaciones de cooperación con el sistema de de las Naciones Unidas, pero ello no afecta su  independencia con respecto a dicha organización internacional.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

Continue Reading

Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
www.larepublicaonline.com  / Email: periodico@larepublicaonline.com
Copyright © 2021 Blue National Group