El otro objetivo político que pudiera tener el Gobierno con los cheques es hacerle creer a la población que está adecentando la administración pública, para luego, en unos meses, anunciar que han hecho todo lo posible para ahorrar y, de todas formas, hay que aumentar los impuestos.
Por Rosario Espinal
Para sorpresa de unos y malestar de otros, el Gobierno anunció que pagará con cheques de manera escalonada en las distintas instituciones del Estado solo por un mes. La razón ofrecida de tal medida es transparentar la nómina pública. Dicho en dominicano: eliminar botellas y nominillas. El declarado objetivo es loable, pero ¿será así?
El gobierno lleva casi un año. Para transparentar la nómina está tarde: ¿todavía no saben quién realmente trabaja en el Estado? ¡Increíble!
Para identificar posibles botellas o nominillas no hay necesidad de someter el personal público a buscar un cheque, aun sea una sola vez. Un procedimiento más simple hubiese sido requerir que cada empleado asistiera en persona ante su superior a llenar el mismo formulario que se requerirá para recibir el cheque. Los que no asistan quedan excluidos de la nómina. ¡Así de simple!
Si no lo han hecho, y ahora recurren al cheque, hay que pensar en posibles motivaciones políticas, porque ingenuos no son los políticos.
El Gobierno tiene mucha presión de los perremeístas y aliados para ser nombrados en la administración pública. Por tanto, necesitan seguir cancelando personal para sustituirlos (utilizo el verbo cancelar porque detesto desvincular en esta acepción).
Las matemáticas del empleo público son simples: no es posible mantener los que estaban y nombrar también los nuevos. Se duplicaría la ya abultada empleomanía pública; imposible carga financiera. Cancelar unos y nombrar otros es la única fórmula (se acerca agosto y casi se fue un año).
Al anunciar los cheques para transparentar la nómina, se crea un mecanismo que luego permitirá cancelar empleados bajo el argumento de que eran botellas, aun cuando no lo sean. Al final, el público no sabrá a quien cancelaron por ser botella y a quien porque se requerían vacantes para nombrar adeptos.
Habrá que esperar un tiempo para saber si la eliminación de personal que se haga por los cheques será para para atajar el clientelismo o para beneficiar a perremeístas y allegados.
Si el PRM quiere eliminar botellas y nominillas para adecentar la administración pública y ahorrar dinero, es de suponerse que en unos meses la empleomanía pública será menor y costará menos. Esa será la única evidencia. Esperemos.
Por el contrario, si la empleomanía pública el próximo año es igual o mayor que antes, entonces, los cancelados fueron reemplazados por razones políticas (palabrita que suena desagradable en esos tiempos, pero sigue siendo tan válida como antes).
El otro objetivo político que pudiera tener el Gobierno con los cheques es hacerle creer a la población que está adecentando la administración pública, para luego, en unos meses, anunciar que han hecho todo lo posible para ahorrar y, de todas formas, hay que aumentar los impuestos. ¡Ya veremos! La tan cacareada reforma fiscal va y viene.
En el capitalismo subdesarrollado, como es el dominicano, el clientelismo existe porque el Estado es el gran empleador y distribuidor de recursos. Al pasar el tiempo, el PRM habrá hecho desde el poder lo mismo que hacen todos los partidos gobernantes: pasar la aplanadora y emplear su gente.
No pudo hacerlo rápidamente por tres razones: 1) la pandemia, 2) el discurso de cambio y transparencia con que fue electo, y 3) la inexperiencia después de 16 años fuera del poder que requería una transición en la empleomanía más lenta.
Ahora el PRM tiene que responder a las demandas de su base, vital en su eventual reelección en el 2024