Opinión
Necesidad de una nueva oposición
Published
12 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Las Izquierdas Revolucionarias-IR fueron precisas al señalar cara al gobierno que preside Danilo Medina:
-Que “el mismo partido, controlado por la misma cúpula que profundizó el camino neoliberal y la corrupción de Estado a niveles descomunales, continua en el gobierno con un nuevo presidente impuesto a través de un proceso plagado de abuso de poder, clientelismo, trampas y alianzas turbias.”
– Que “estamos frente a un gobierno ilegítimo tanto por los espurios recursos empleados para imponérsele al otro polo del corrompido sistema bipartidista nacional como por los niveles de votación alcanzados si se tiene en cuenta el nivel de abstención registrado y los votos a favor del PRD”.
-Y que “el respaldo -agregó expresado a la Constitución neoliberal que garantiza la dictadura institucional y a la Estrategia Nacional de Desarrollo que garantiza la recolonización del país en el contexto de la globalización capitalista en crisis, no deja dudas sobre la ruta principal a ser transitada por Danilo Medina y su equipo de gobierno”.
Eso explica por qué el nuevo presidente optó por encubrir a los beneficiarios de los grandes delitos de Estado y de las políticas neoliberales, por llamar al FMI, por imponer el paquetazo tributario y decretar el borrón y cuenta nueva; explica porque ha dado luz verde al reino de la depredación ambiental y al saqueo de las transnacionales de la minería, camino a la privatización de las fuentes de agua.
Explica también –y esa es la contra-parte positiva- por qué la indignación acumulada comenzó a convertirse en movilización, registrándose ya más 600 protestas de calle en poco más de tres meses de gobierno.
Ahora se trata -pendientes los efectos empobrecedores del paquetazo tributario y del inminente paquetazo eléctrico- de contribuir desde la fuerzas más concientes y organizadas a escalonar y generalizar las protestas en todo el territorio nacional, procurando impugnar desde las calles las instituciones secuestradas por la corrupción y por la voracidad del gran capital, que el gobierno de Danilo Medina ha decidido sostener y proteger.
- Principales ejes para promover y ampliar indignación-movilización:
1.-La impunidad de delitos de Estado (corrupción, asesinatos, narco-corrupción…), con énfasis en la condena al pele-leonelismo y sus conexiones empresariales, sin dejar de señalar los cometidos por otras facciones de la partidocracia perredeísta, balaguerista y satélites; apuntando contra Danilo como su gran protector y contra las instituciones que garantizan su continuidad.
2.- El paquetazo neoliberal y su impacto inflacionario, empobrecedor… en contraste con la opulencia de ladrones de Estado y saqueadores del patrimonio nacional.
3.- Los apagones y el monto criminal de las facturas eléctricas, responsabilizando el tráfico de influencia, la corrupción estatal y especulación de los grandes empresarios privados; enfrentando el nuevo tarifazo, demandando desprivatización y un nuevo modelo de gestión bajo control social.
4.- La depredación y contaminación ambiental, explotaciones mineras onerosas, apuntando contra las transnacionales mineras (Falconbridge, Barrick, Uni Gold, Gold Corp…) y la complicidad del Estado; creando conciencia sobre la necesidad de la nacionalización de esos recursos y la defensa del medio ambiente.
5.- La violencia de género, los femenicidios, que asumen dimensiones dramáticas.
- Línea de intervención en las luchas políticos-sociales.
El nuevo auge de masas y la decadencia de los partidos tradicionales que caracterizan este periodo, posibilitan apuntar hacia la confrontación con un régimen que da señales de agotamiento, impulsando la desobediencia civil.
Proceden denuncias y acciones contra el modelo neoliberal, los representantes del bloque dominante y de la partidocracia corrompida y desacreditada; contra las instituciones que imponen las políticas empobrecedoras y des-nacionalizadoras y el actual reinado de la impunidad.
Es necesario contribuir a convertir en multitudinaria la conciencia de que esas instituciones NO NOS REPRESENTAN y de que hay que reemplazarlas.
Es preciso impulsar las más variadas indignaciones y movilizaciones para generalizarlas, procurando que gran parte de la sociedad confronte las instituciones en tanto éstas se resisten a los principales reclamos y que el pueblo tome conciencia de la necesidad de un cambio de las reglas de juego, de un nuevo sistema electoral y de la Constituyente Popular dirigida a refundar el Estado y a construir una democracia participativa.
Este régimen decadente, bajo la hegemonía del PLD y sus dos facciones, así como las elites sociales y poderes supranacionales que lo apuntalan, debe ser el blanco principal inmediato; sin darle oportunidad al dividido PRD para recuperarse y hegemonizar la oposición.
Por eso hay que hablar de una nueva oposición y resaltar la incongruencia que sería atacar la corruptela y el neoliberalismo imperante apareciendo aliados a las cúpulas de cualquiera de los dos PRD.
En lo inmediato hay que procurar volcar paso a paso el enorme repudio a Leonel Fernández y a su cártel de la corrupción contra el actual gobierno y el régimen compartido que ahora preside Danilo Medina; dados sus amarres y, sobre todo, su resistencia a enfrentarlos y enjuiciarlos. Igual hay que resaltar el carácter neoliberal y de clase de ambas facciones.
Además del descrédito del Poder Judicial tal y como está conformado, el Congreso Nacional sobresale entre las instituciones en descomposición. En ese escenario confluyen todas las fuerzas políticas corrompidas y también todas la expresiones del modelo neoliberal y de la voracidad del capital transnacional y local, a las cuales las cúpulas peledeísta, perredeísta y balagueristas están atadas y no se atreven a combatir.
Pasa igual con la Policía Nacional, la DNCD y los mecanismos represivos corrompidos y criminales.
Esto implica la necesidad de asumir con fuerza el plateo de su disolución y reemplazo por la vía del ejercicio de soberanía popular a través de un proceso constituyente.
Y en lo inmediato el despliegue esa política transformadora por una nueva oposición, exige no pactar con esas cúpulas tradicionales, neutralizar a los sectores no hegemónicos que dentro o fuera del régimen fungen de opositores o disienten de su rumbo actual, concentrando los ataques ofensivos y las acciones agresivas y de masas contra los que controlan la dictadura institucional y el régimen político en declinación, para tratar de producir la ruptura necesaria; a plena conciencia de que el primer paso hacia la revolución anticapitalista es desmontar el modelo neoliberal y el régimen de la partidocracia tradicional con un pueblo movilizado y abrazado a la idea de ser poder.
Más adelante -en armonía con esa línea de acción- se impone abordar el diseño y ejecución de una nueva política de intervención dentro de un escenario electoral que en perspectiva es preciso modificar tanto en sus mecanismos antidemocráticos como en la correlación de fuerzas, en estrecha relación con los avances de las luchas extra-electorales.
Por Miguel Guerrero
En nuestro país la capacidad de exageración no tiene límites. Como para muestra vale un botón fundamentaré la apreciación en un mito farandulero. Diva, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, se usa como sinónimo de diosa o “divina”, para exaltar el talento especial de una voz femenina.
Por eso, en el ámbito operático se suele llamar así a las grandes cantantes líricas, a aquellas voces en cualquier registro, grave o agudo, especialmente en este último, que muestren incomparable talento para alcanzar los más altos niveles artísticos. A María Callas se le llamaba Diva, como también solía decirse de Renata Tebaldi, Anna Moffo, Rosa Poncelli, Monserrat Caballé y muchas otras que deslumbraron los escenarios con sus timbres de extraordinaria potencia y belleza.
En el ámbito de la televisión y la farándula nacional no se necesita de esas cualidades excepcionales para ser una diva, pero hay en ese mundo del entretenimiento más divas que las que nunca han existido en los escenarios líricos a nivel mundial, incluso con una categoría especial, la de “megadiva”, que ni Onassis se atrevió a otorgar a la Callas, en sus mejores momentos juntos en el Cristina, el yate que la alejó del mundo donde se le amó como tal vez a ninguna otra de su generación.
Las “megadivas” nuestras se cuentan por montones, como los ramilletes de un limoncillo, ya sea que canten, no importa el género, amenicen bailes o cumpleaños, lean noticias por televisión o tengan incomparables figuras de magnitud tal que poco importe como se conduzcan en las tareas que se les asignen. Me pareció siempre que el calificativo no resalta el talento de muchas de ellas, porque de alguna manera se centra la atención sobre el aspecto físico, lo cual a mi juicio es tremendamente injusto, porque muchas de esas “megadivas” superan con su talento y consagración la superficialidad del sobrenombre que no les hace honor alguno.
Opinión
Las remesas: el gran regalo de los inmigrantes dominicanos
Published
4 días agoon
enero 3, 2025Por Rosario Espinal
Los inmigrantes dominicanos no solo envían remesas regularmente, también llegan con las maletas cargadas, sobre todo en época navideña, y los bolsillos dispuestos a auxiliar a sus familiares y amistades, o a gastar para disfrutar en su terruño.
A fin de año siempre es pertinente abordar el tema de las remesas y los inmigrantes dominicanos porque muchos regresan a pasar la Navidad.
Las cifras oficiales del Banco Central muestran que, en el 2021, la República Dominicana recibió 10,402.5 millones de dólares en remesas familiares, en el 2022 fueron 9,856.5 millones, en el 2023 un total de 10,157.2 y en el 2024 al mes de septiembre la suma iba por 7,998.7 millones. Y que conste, la cantidad real de aportes en dólares y euros de los inmigrantes es mayor que lo computado, porque hay transacciones informales que no captan los radares del Banco Central.
Las remesas familiares representan pues la mayor fuente de divisas para el país, y nadie movió un dedo en el mercado laboral dominicano para generar esos ingresos. Llegaron gracias a la solidaridad familiar de miles de dominicanos que han emigrado al extranjero, sobre todo a los Estados Unidos, de donde proviene el 85% de las remesas.
Unos enfatizan la consecuencia negativa de las remesas familiares, argumentado que la población receptora se acostumbra a no trabajar o hace pocos esfuerzos laborales. Otros señalan el mayor bienestar y la movilidad social de las familias que reciben remesas, así como la disponibilidad de divisas en la economía nacional.
El mayor flujo de remesas a la República Dominicana en los últimos años es producto de un factor coyuntural y otro estructural. El coyuntural fue la pandemia que llevó a Estados Unidos a distribuir subsidios, y una parte de los recursos que recibieron los inmigrantes dominicanos los enviaron a sus familiares. El estructural es el incremento constante de la migración dominicana.
Aunque el Gobierno dominicano no lleva estadísticas precisas sobre la cantidad de dominicanos que emigran, la República Dominicana se encuentra entre los principales países del mundo que reciben visas de inmigrante de Estados Unidos con relación a su población. Eso ilustra la magnitud.
¿Por qué tanta migración dominicana?
Hace 60 años se inició el proceso migratorio de dominicanos hacia los Estados Unidos porque, durante la intervención militar de 1965, el consulado aumentó la cantidad de visas de inmigrante que otorgaba a dominicanos.
Ese mismo año, Estados Unidos cambió su Ley de Migración para favorecer la reunificación familiar. O sea que, cada dominicano o dominicana que emigraba con visa de residencia tenía la opción de pedir sus familiares cercanos. Esto ha generado una espiral migratoria sin precedentes en los últimos 60 años que aún no se detiene.
Los inmigrantes dominicanos no solo envían remesas regularmente, también llegan con las maletas cargadas, sobre todo en época navideña, y los bolsillos dispuestos a auxiliar a sus familiares y amistades, o a gastar para disfrutar en su terruño.
Para la República Dominicana, la migración dominicana ha sido una tabla de salvación económica. Los inmigrantes son el verdadero seguro social de muchas familias, aportan divisas que la economía dominicana necesita, contribuyen al crecimiento económico y de la clase media.
Demos pues la bienvenida navideña a los inmigrantes dominicanos.
Por Elba García Hernández
Independiente del comportamiento histórico del pueblo dominicano frente, sobre todo, del dominio de la nación por extraños, ha sido de mucho arrojo y gallardía. Ahí está la reacción del pueblo dominicano ante la dominación haitiana y el imperio español. Son muchos los ejemplos que se configuran en cada batalla que se produjo para liberarse el país de la intromisión foránea.
Sin embargo, en el curso del tiempo las cosas no parecen ser iguales, porque en segmentos importantes de la sociedad se observa en muchas ocasiones más miedo que vergüenza. No importa que tan amenazada esté la dignidad de la gente. Probablemente el fenómeno tanga su explicación en la aparición en el país de la figura de sicariato. Es decir, que cualquier individuo disponga de la vida ajena por una paga de unos cuantos pesos y que como reacción la gente tenga miedo porque el sicario no tiene rostro y puede aparecer en cualquier momento y lugar.
El asunto reviste una gran importancia sociológica y política porque se observa que muchas personas prefieren tolerar lo peor y echar por la borda su dignidad cuando tienen que poner en una balanza el miedo y la vergüenza. Y no es que se trate de caer en una irracionalidad que lleve a la persona a ser desaprensiva y dar una respuesta violenta a cualquier ataque que se produzca en su contra.
Pero la realidad es que la vida sin dignidad es como convertirse en la peor de las basuras, en no ser nadie y por consiguiente perder hasta el respeto de los demás. Incluso, hay personas que tienen como principio de vida no tener problemas, lo cual es muy sensato, pero cuando el individuo sacrifica su dignidad por esa causa entonces se convierte en un pusilánime que será irrespetado por todo el mundo.
En el campo del derecho, incluso del penal, lo que no se invoca se queda en la impunidad, ya sea por negligencia o miedo, sobre todo en los hechos cuya persecución sea a instancia privada, porque además existe la razón temporal para que los casos mueran y que prevalezca la impunidad, así se trate de un crimen horrendo.
De manera, que el miedo si pesa más que la vergüenza entonces la gente y toda la sociedad se vuelve inservible y no funcional, sobre todo en el campo de los derechos y obligaciones, cuya última figura es una parte muy importante del Derecho Civil.
En la República Dominicana la tendencia a que impere una nueva dictadura, tan férrea y criminal como la trujillista, podría ser el resultado del miedo, más que de la vergüenza, pero hay centenares de situaciones que podrían perdurar en el tiempo como consecuencia del primer elemento de preocupación.
En esa virtud, el 2025 tiene que ser un año de arrojo y de echar a un lado el miedo para que prevalezca la vergüenza y de esa manera enfrentar todos los males sociales que nos aquejan y acechan.
Este nuevo año 2025 debe sobresalir para enfrentar las amenazas en contra de la dignidad de los dominicanos a través de sobreponer la vergüenza por encima del miedo, lo cual será una forma de recobrar o recuperar los derechos perdidos y el respeto frente a los demás.
No se trata de cualquier realidad, porque cuando un pueblo, un ciudadano o cualquier persona pierde la vergüenza y se deja vencer por el miedo, entonces desaparecen los derechos subjetivos y en consecuencia impera la ignominia y la desigualdad.