Análisis Noticiosos
Suiza adora el dinero en efectivo, mientras en Suecia lo odian.
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2 años agoon
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LA REDACCIÓNEl país helvético va hacer un referéndum para prohibir que la economía vaya por completo al dinero digital
Madrid.-Suiza es el país del mundo más apegado al dinero en efectivo. Suecia, en cambio, es uno de los más partidarios del dinero digital. Los suizos acumulan de media 11.000 francos en billetes y monedas (algo más de 11.000 euros), unos 22.000 francos por familia, mientras que en Suecia la gente tiene menos de 500 euros en casa. En Suiza se va a celebrar en breve un referéndum para consagrar en la constitución el derecho a mantener efectivo. En Suecia hacen gala de ser el país más avanzado del mundo en el destierro de los pagos en metálico. Allí solo los ancianos siguen utilizando los billetes y monedas. ¿Cómo pueden ser tan distinta la relación con el dinero?
En Suiza, un colectivo denominado Movimiento de Libertad Suiza ha recogido 157.000 firmas entre la ciudadanía referéndum a nivel nacional. Detrás de esta iniciativa está el temor de que el dinero en papel desaparezca en algún momento y que todas las transacciones pasen a ser digitales, lo que consideran que aumentaría también el riesgo de ser vigilados. Curiosamente, allí ni el Gobierno ni el banco central han anunciado que quieran acabar con el efectivo.
La idiosincrasia suiza está muy vinculada a la libertad y a la neutralidad. Desde hace siglos, sus ciudades han sido refugio para perseguidos políticos y religiosos de toda Europa. También han sido la cuna de largas sagas de banqueros (los Rothschild, los Lombard Odier, los Pictet…) donde millonarios de todo el mundo podían dejar parte de sus fortunas a buen recaudo.
ABBA y la tierra sin efectivo
En el caso de Suecia, su interés por ir dejando atrás los pagos en metálico se puede rastrear hasta uno de los emblemas nacionales, el grupo ABBA. Uno de sus fundadores, Björn Ulvaeus, es el principal defensor de la deriva del país hacia una sociedad sin efectivo. De hecho, en el Museo ABBA de Estocolmo no se pueden comprar las entradas con billetes desde hace más de 20 años.
La inquina de Ulvaeus contra el dinero en metálico se remonta a 2008, cuando unos ladrones robaron en el apartamento de su hijo Christian. El joven quedó tan afectado como para decidir mudarse. Para su padre, todo el episodio fue un escándalo. “Empecé a pensar que solo habían asaltado su casa para ver si tenía billetes”, contaba Ulvaeus en una entrevista con una televisión local.
Así que Ulvaeus, que conserva su influyente estatus de ídolo pop (al menos en Suecia), empezó a escribir artículos de opinión para periódicos y sitios web. Su argumento era sencillo: La economía criminal depende del carácter anónimo e imposible de rastrear del dinero en efectivo. De hecho, gran parte del dinero en efectivo que hay en el mundo, quizá la mayor parte, simplemente no se sabe dónde está. A menos efectivo, menos delincuencia. Su campaña tuvo un enorme éxito
Entre 2006 y 2016 la moneda en circulación disponible ha caído a la mitad, siendo sólo el 1% de la economía frente al 10% de la eurozona. Y en 2018 sólo uno de cada seis suecos declaraba haber hecho una compra reciente con dinero en efectivo. Y ya hay más de 4.000 personas que se han implantado un microchip en la mano para poder pagar si ni siquiera utilizar una tarjeta o un móvil.
Suiza y el billete más caro del mundo
Todos estos avances, en Suiza serían impensables. Para la mayoría de suizos, los pagos en efectivos son sinónimo de anonimato y privacidad. Cuando se hacen abonos con tarjetas de crédito o con sistemas de pago vinculado a grandes grupos tecnológicos (Google o Apple Pay), siempre quedan rastros de las transacciones.
Desde el portal Moneyland explican que: “a medida que ha avanzado la digitalización, también lo han hecho la ciberdelincuencia y el fraude online. Las cuentas en bancos suizos y las tarjetas de crédito son regularmente el objetivo de ciberdelincuentes y estafadores. El dinero en efectivo puede ser robado físicamente en un lugar, pero el ‘dinero digital’ puede ser robado en cualquier lugar y en cualquier momento”.
De hecho, en ciudades como Basilea o Zúrich todavía es habitual que haya algunas personas, ya de cierta edad, que siguen pagando el alquiler de su apartamento en efectivo. Y muchos negocios en los que no se acepta el pago con tarjeta. El Banco Nacional de Suiza (BNS) sigue emitiendo billetes de 1.000 francos (unos 1.000 euros) que son el papel moneda corriente con más valor de toda la tierra. En la Unión Europea, en cambio, ya se han dejado de producir billetes de 500 euros, para tratar de reducir la economía sumergida y el dinero negro.
El vicepresidente del BNS, Fritz Zurbruegg, habla del efectivo como un “fenómeno cultural” y explica que si siguen teniendo billetes de 1.000 francos “corresponde a lo que la gente quiere”. Es popular para las compras de bienes de alto valor y el pago de facturas en la oficina de correos, además de ser “un depósito de valor”, añadió.
Convergencia: Covid y exclusión financiera
Aunque parece que Suecia y Suiza tienen dos estrategias diametralmente opuestas en relación al uso del dinero en efectivo, en cierta medida también están convergiendo. En Suiza, la epidemia del coronavirus provocó un fuerte incremento de los pagos con tarjetas y móviles, al tratarse de un método de pago más aséptico.
Antes de la pandemia, hasta el 70% de los pagos puntuales (en restaurantes, supermercados, comercios…) se hacían aún en efectivo. En cambio, en julio de 2021 esa cifra había caído hasta el 43%, de acuerdo con una encuesta del BNS.
En Suecia, que hace unos años llegó plantearse el desterrar por completo el dinero en metálico, las autoridades han visto que hay algunos colectivos de personas desfavorecidas que siguen dependiendo de las monedas para vivir. Obligar a que todas las personas hagan todos los pagos con dinero electrónico implica presuponer que todo el mundo tiene una cuenta corriente, una tarjeta bancaria o un móvil. Sin embargo, muchas personas, sobre todo migrantes, sufren exclusión financiera y no tienen acceso a esos servicios básicos.
También la Organización Nacional Sueca de Pensionistas está en contra de suprimir por completo los pagos en metálico. Incluso la Agencia Sueca de Contingencias Civiles ha recomendado a los ciudadanos que guarden en sus hogares algo de efectivo para emergencias, ya que no se sabe qué podría ocurrir en el país en caso de que cayesen los sistemas de pago, se provocase un ciberataque o, bueno, se declarase la guerra.
Análisis Noticiosos
Los ahorros de los bolivianos podrían estar financiando la deforestación
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2 semanas agoon
noviembre 5, 2024Un estudio revela que el 10,8% de las inversiones de los fondos de pensiones -2.500 millones de dólares- respaldan al sector de la soja, del azúcar y el ganadero a través de préstamos a bajo interés
Bogotá.-Cuando habla de deforestación en Bolivia, Matthew Hansen, científico y docente especializado en el mapeo del cambio de cobertura terrestre, define al país como “el lejano oeste” y los datos lo corroboran. Desde 2001 hasta 2022, Bolivia perdió 3,73 millones de hectáreas de bosque primario húmedo, lo que representa 51% de su pérdida total de cobertura arbórea. A pesar de que es uno de los países con mayor superficie de bosques primarios, también es el tercero de la región que más rápido la está perdiendo. Desde la pandemia, cada año ha ido rompiendo el lamentable récord del desmantelamiento. Y sólo en 2023, el país había perdido un 27% más de bosque que en 2022. La creciente presencia ganadera, los monocultivos y las políticas del Gobierno parecen subrayar lo que para muchos es ya una realidad: la deforestación vino para quedarse. Con todas estas cifras en mente, Stasiek Czaplicki Cabezas, periodista de datos y economista ambiental, se hizo una pregunta: ¿Quién financia esta devastación ambiental? Tres años de investigación después revelaron una parte de la respuesta: los ahorros de los bolivianos.
“Si América Latina fuera un salón de clase, los peores alumnos serían Bolivia y Brasil, la diferencia es que Brasil sí tiene políticas públicas. En Bolivia, el Gobierno está aprobando medidas que apoyan el sector agropecuario”, explica Czaplicki, el autor del estudio Las finanzas grises del agronegocio en Bolivia y su rol en la deforestación, realizado en colaboración con Alianza por la Solidaridad / Actionaid Bolivia y publicado a finales de agosto. Este informe revela que el 10,8% de las inversiones de los fondos de pensiones bolivianos, una suma de 2.569 millones de dólares, están financiando los sectores de la soja, el azúcar y la ganadería, los principales responsables de la deforestación en el país. Este monto equivale a casi el triple de la inversión realizada en 2024 a las universidades públicas del país.
Esta cifra, según cuenta el autor, es el resultado de una compleja red de inversiones directas e indirectas a través de la banca y fondos de inversión cerrados (FICs) que terminan financiando los principales sectores que generan la destrucción ecosistémica. “Estos préstamos que les dan no consideran el destino de esos fondos y sus implicaciones socio-ecológicas”, lamenta por teléfono.
Hace años que a Czaplicki le llamaban la atención las supuestas crisis del sector de la soja, así que decidió hacerle seguimiento a esas cuentas. “Hice lo que se conoce como ‘follow de money’ (seguir el dinero). Empecé a encontrar cosas sospechosas, pagos de impuestos muy bajos, utilidades casi inexistentes… ¿Entonces dónde está el negocio?”, se preguntó. “Me di cuenta de que hay dos mecanismos para hacer dinero en el agronegocio. El primero es la especulación comercial de la tierra en la que desmontas el terreno y lo revendes, pero no es tan común. Y la segunda, la especulación financiera. Tener tierras activas para conseguir préstamos. De ahí sale la principal ganancia del agro en Bolivia”.
En la última década, la participación de estos préstamos en la cartera bancaria nacional ha escalado del 11,7% al 18,2%, en un contexto donde el volumen total de créditos se ha cuadruplicado. Paralelamente, los fondos de pensiones han experimentado un crecimiento similar, con la obligación de invertir mayoritariamente en el sector formal boliviano, que representa apenas el 18% de la economía del país. “En otras palabras, a medida que los créditos bancarios e inversiones de los fondos de pensiones aumentaron, también creció la proporción y el volumen destinado al agronegocio”, dice.
Hay tres cosas que le preocupan seriamente al respecto. “Por un lado, lo ético. Ya que los fondos de pensión, siendo ahorros para el futuro, están siendo usados para destrozar los ecosistemas del futuro. Después, está el ámbito económico porque promueven la inequidad. Y por último, es que los fondos de pensiones sirven para alimentar la banca y el sector. Lo peor es que la gente ni lo imagina”, reconoce. De acuerdo con encuestas de WWF que coordinó el autor del estudio, entre el 45 y 55% de la poblacion entre los 18 y los 45 años de La Paz y Santa Cruz no concibe que la ganadería pueda generar deforestación.
Para Czaplicki, economista ambiental, otro de los puntos clave de la investigación es la concentración del capital. En el sector soyero, por ejemplo, sólo ocho empresas reciben el 63% de los créditos bancarios, mayoritariamente en pesos bolivianos y a tasas de interés anual máximas de 6% y, en general, mucho menores. “Esta concentración genera un endeudamiento cuestionable e incrementa el riesgo del sistema bancario y de nuestras pensiones”, critica.
Pese a estas facilidades de financiación, estos sectores son intervenidos y apoyados a menudo, según el estudio. El ejemplo más reciente fue la creación de un fondo público de unos 300 millones de dólares de apoyo a los productores de soja y palma a un 0,5% de interés anual. “Estas condiciones en comparación con las de los préstamos sociales son muy diferentes. Para la vivienda social, el interés anual está entre el 5,5 y el 6,5%”.
La deforestación no la generan (sólo) los incendios
El experto lamenta que siga existiendo una fuerte estigmatización alrededor de las comunidades indígenas y campesinas vinculada a la deforestación. Estas comunidades suelen usar quemas controladas para sus cosechas. Si bien algunas de ellas se han descontrolado y han causado daños en los ecosistemas, al ser estos muy visibles, la percepción boliviana es que son los principales responsables del desmantelamiento. Sin embargo, el 88% de la conversión de bosques es producto de una deforestación planificada y ejecutada, en gran medida, con maquinaria pesada, sin incendios.
Es por ello que el economista cree que hay que informar más y mejor a la población. “Como sociedad tenemos que exigir una mayor transparencia y empujar la desinversión de actividades de sectores extractivos de las pensiones”, dice. “El problema es que no hay muchos otros sectores donde invertir, tenemos que replantear el presente y el futuro. Estamos hipotecando nuestro futuro y el de las generaciones venideras”.
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México con crédito por 35.000 millones de dólares con FMI.
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2 semanas agoon
noviembre 1, 2024Las autoridades mexicanas reconocen que han ratificado esta herramienta de financiamiento en un entorno de incertidumbre e inestabilidad de los mercados financieros
México .-El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ratificado su línea de crédito flexible a México por 35.000 millones de dólares. El financiamiento, a dos años, fue otorgado al país en 2023 y, ahora, es su evaluación a medio término, el organismo multilateral ha resaltado que el país mantiene los requisitos necesarios para acceder, en caso de que lo requiera a este fondeo. Las autoridades mexicanas han explicado que ante un entorno de riesgos externos y volatilidad han decidido mantener esta herramienta de financiamiento activa. “El entorno externo sigue presentando incertidumbre y riesgos. Entre ellos destacan los derivados de la dinámica de la economía global y de la volatilidad en los mercados financieros. Esta medida refuerza la posición del país frente a escenarios de volatilidad internacional”, indicaron por escrito. La Línea de Crédito Flexible es un instrumento disponible a algunos países del mundo que les permite fortalecer sus reservas y atender choques inesperados.
La Comisión de Cambios, integrada por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, han informado este viernes que México continúa cumpliendo con todos los criterios de habilitación necesarios para acceder a los recursos disponibles a través de este instrumento, en caso de requerirlo y sin condicionalidad por parte del FMI. “Las autoridades refrendan su compromiso con políticas macroeconómicas prudentes que contribuyan a la estabilidad financiera y al crecimiento económico sostenible e incluyente”, añaden.
El organismo admite que México tiene un historial sostenido en la implementación de políticas macroeconómicas sólidas y sigue contando con fundamentos económicos y marcos de política institucional muy fuertes; un nivel de reservas internacionales adecuado; un historial de acceso a los mercados de capitales en condiciones favorables y finanzas públicas sanas. Además, de un marco de política monetaria y cambiario sólido y un sistema financiero bien capitalizado que se mantiene sólido frente a los riesgos sistémicos del sector financiero.
Entre los riesgos y desafíos, el FMI, advierte de que se espera que el crecimiento económico del país se modere aún más en 2025, debido a la retirada del estímulo fiscal de este año y a la continua restricción monetaria. Se necesita una consolidación fiscal anticipada, respaldada por medidas creíbles y bien identificadas, para reducir la deuda pública a lo largo del tiempo y proporcionar un margen de maniobra en caso de shocks negativos. “Existe una necesidad crítica de fortalecer la gobernanza, combatir la corrupción y el delito, mejorar la infraestructura física y movilizar el ahorro privado para financiar inversiones privadas”, sugiere.
El monto del financiamiento renovado en esta ocasión es igual al de 2023, sin embargo, desde 2018, México ha venido reduciendo la línea de crédito con el FMI. En 2018, México decidió recortar la línea de 88.000 millones de dólares a 74.000 millones de dólares. Esta línea de crédito internacional es un instrumento de carácter precautorio frente a condiciones externas adversas que refuerza la reserva de activos internacionales y complementa las herramientas de las autoridades mexicanas para preservar la estabilidad económica y financiera.
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Análisis Noticiosos
Estudio asegura que jardines Suizos esconden toneladas de oro de sus propietarios
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3 semanas agoon
octubre 24, 2024Agencia Efe
Ginebra.- Las familias suizas acumulan en total, a modo de inversión segura, unas 200 toneladas de oro valoradas en 15,000 millones de francos (16,000 millones de euros), y una parte de ellas han sido enterradas en los jardines de sus propiedades, revela un estudio publicado por la Universidad de San Galo (este del país).
A esta conclusión han llegado los autores del estudio del que se hace eco este jueves la televisión nacional RTS, realizado mediante encuestas a unos 3,000 residentes en el país, a los que se les preguntó si poseían reservas de oro y dónde las guardaban, lo que dio resultados inesperados.
Un 15 % indicaron que guardaban su oro en un lugar secreto de la vivienda y un 5 % enterrado en el jardín, lo que en este último caso equivaldría a 10 toneladas del metal precioso valoradas en 750 millones de francos (800 millones de euros).
El estudio se refiere únicamente al oro en lingotes o en monedas y excluye el utilizado en joyas y otros objetos.
Aunque dos tercios de los encuestados en el estudio consideran que el oro es un valor seguro para la inversión, son más los ciudadanos del país que invierten en el sector inmobiliario o en el bancario.
Los encuestados con reservas de oro aseguraron que no venderían estas peculiares fortunas más que en caso de absoluta necesidad, pese a que actualmente el precio del oro se encuentra en valores récord que se aproximan ya a los 2.800 dólares (2.600 euros) por onza (medida de peso de metales preciosos equivalente a unos 31 gramos).