Opinión
Puerto Rico: causas del desastre
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5 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Es conocido, y muy sentido por los seres humanos sensibles ante las desgracias en otros países, que el potente huracán María devastó la isla de Puerto Rico, ocasionándole enormes calamidades a su pueblo.
También se sabe que una reciente cadena de terremotos ha sumado más tragedia sobre aquel desastre colosal.
Mucho se habla –y con razón- del cambio climático y los graves daños ocasionados a la naturaleza por el actual orden mundial como factor acelerador de esos “fenómenos naturales” y sus “poderes destructivos”.
Pero poco se conoce y se dice –algo fríamente calculado en la agenda del poder mediático- que Puerto Rico estaba en quiebra antes del impacto de esos fenómenos.
- LA DIMENSIÓN DE LA QUIEBRA.
En quiebra y amenazado por el plan de austeridad anti-popular, por la Ley Promesa y la imposición estadounidense de la Junta de Control Fiscal destinada a intervenir la administración; todo esto en el contexto y como consecuencia del endurecimiento del coloniaje y las políticas neoliberales.
De las privatizaciones.
Del brutal aumento de las desigualdades sociales, los despidos masivos, cierre de escuelas, centros de salud y traslado a otras zonas más rentables de numerosas empresas productivas.
Del deterioro ambiental y éxodo masivo a la metrópolis de una gran parte de su fuerza intelectual y de trabajo.
De la degradación de la agropecuaria y la corrupción e ineptitud gubernamental a niveles sin precedentes.
De la apropiación privada del sistema eléctrico y el recorte brutal de las políticas sociales.
De la profunda dependencia de las importaciones de alimentos y mercancías vitales.
Del endeudamiento externo a tono con la usura imperialista.
De la voracidad y las mega-ganancias del gran capital.
- CAPITALISMO DEL DESASTRE Y CICLÓN NEOLIBERAL.
Así, la economía y la vida social recibieron en Puerto Rico, antes del huracán María y los terremotos, golpes tras golpes que la condujeron a la quiebra.
El poderoso ciclón neoliberal, y lo que los boricuas críticos del poder establecido han llamado “capitalismo del desastre”, pasaron antes con sus efectos devastadores por esa hermosa isla caribeña.
El verdadero desastre ha sido, por tanto, causado por una tragedia política y social impuesta por EEUU y los súper-ricos boricuas, que a su vez han incrementado dramáticamente la vulnerabilidad de la sociedad y el territorio puertorriqueño frente a huracanes y terremotos.
Una tragedia a la que han pretendido agregarle el pago compulsivo de una deuda de 73 mil millones de dólares; disfrutada y saqueada por los detentadores del poder, y rechazada por gran parte de la sociedad.
En ese sentido tienen gran tino y valor las palabras de la Alcaldesa independentista Carmen Yulín Cruz cuando caracterizó así la situación de su país después del impacto de los dos últimos huracanes:
“Los huracanes Irma y María han desenmascarado el colonialismo al que enfrentamos en Puerto Rico y la desigualdad que fomenta creando una grave crisis humanitaria” (Comentario al libro “LA BATALLA POR EL PARAÍSO.- Puerto Rico y el capitalismo del desastre” de Naomi Klein, contraportada, Haymarket Book, Chicago, Illinois.)
Algo similar puede también afirmarse luego de los daños ocasionados por los fuertes temblores de tierra que en días reciente volvieron a azotar el archipiélago borinqueño.
Pero vale decir en este caso que “no hay mal que por bien no venga”, porque la conformación de ese cuadro dramático ha abierto cauce a una interesante confrontación de ideas y acciones respecto al qué hacer para superar la tragedia social y la destrucción material del país; confrontación a todas luces irreconciliable entre los/as patriotas puertorriqueños/as, de una parte, y los colonialistas y pro-colonialista súper-enriquecidos, de la otra.
- EL CAMINO A SEGUIR.
¿Cómo recrear la isla?
¿Cuál modelo establecer?
Es obvio que el colonialismo y sus recetas han fracasado.
Está claro que el neoliberalismo le ha impreso con dureza el sello del desastre al capitalismo de estos tiempo; desastre agravado por la gansterización de la globalización del gran capital y sus vasallos.
Pero los sustentadores de los modelos derivado de la nefasta restructuración del capitalismo ejecutada desde sus centros de decisiones en EEUU y Europa Occidental, se empecinan en profundizarlos y remodelarlos con una fuerte impronta post-moderna, que en el caso de Puerto Rico procura transformarlo en “epicentro de un mercado de miles y miles de millones de dólares”, esto es, abrir paso a su “conversión en el HONG KONG del Caribe”, a partir de estos ejes:
-Financierización total de la economía de la isla.
-Paraíso fiscal sin nadie que pueda hacerle competencia.
-Eliminación de impuestos a los ingresos de las corporaciones y magnates especuladores que operen en la isla o hacia la isla (siempre que pasen allí 183 días, equivalente justamente al invierno estadounidense).
-Parque de atracciones para los multimillonarios de la “cripto-divisas”, incluido yoga, drogas, juegos, surfing, golf, playas hermosas y ciudades privadas.
-Infierno para el pueblo empobrecido, compelido a un éxodo mayor.
-Sectores medios forzados a vender sus propiedades a precios irrisorios.
-Religiones ficticias usadas para encubrir la real: la evasión de impuesto y la especulación financiera.
A contracorriente de ese nuevo engendro de los capitales volátiles, como resultado de la convicción colectiva de no pocos componentes de pueblo boricua apabullado por el capitalismo del desastre, brota la necesidad imperiosa de otro modelo.
Sí, esa necesidad brota de hechos que muestran como sobreviven o renacen con rapidez -después del impacto desbastador de esos fenómenos naturales- sobre todo lo que se sale de las imposiciones foráneas.
Las alternativas brotan precisamente de lo que ha estado fuera de los mecanismo de importación, los sistemas energéticos convencionales, la depredación ambiental, la burocracia corrupta, la transformación de los servicios públicos en negocios, la usura sin límites y los mega-proyectos vulnerables a las descargas naturales.
El drama sufrido, la dimensión del desastre, el descubrimiento de sus causas… están permitiendo aquilatar el valor los huertos escolares, del trabajo colectivo en la reconstrucción, los proyectos comunitarios, los proyectos agro-ecológicos, las unidades de energía alternativa, la igualdad de género, la auto-gestión, los programas de educación agrícola, los centros de apoyo mutuo, la vida comunitaria…
Es la lucha por su sobrevivencia como pueblo y como país, que desde la indignación acumulada, está obligando a buscar y a crear rutas de igualdad, predominio de lo común y avances hacia una sociedad solidaria, justa y sostenible.
Está ya más claro que todo eso fue caldo de cultivo -ahora más potenciado que antes- de las movilizaciones multitudinarias que se llevaron de paro al elitista y corrupto Gobernador Roselló, apuntando a fortalecer ejercicio de la democracia de calle y el poder de revocación del soberano.
Opinión
Procedimientos relevantes del Estatuto de Roma
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17 horas agoon
septiembre 11, 2024Por Rommel Santos Diaz
Una vez que se remita a la Corte Penal Internacional una situación que requiera atención a la CPI, o una vez que el Fiscal de la CPI identifique la aparente comisión de un crimen con competencia de la CPI, el Fiscal de la CPI debe determinar si existe fundamento razonable para iniciar una investigación. El Fiscal deberá solicitar a la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI la autorización de cualquier investigación iniciada de oficio por el Fiscal.
Desde el momento en que el Fiscal inicie la investigación basada en la referencia de un Estado Parte, se debe notificar a todos los Estados Partes. El Fiscal debe también notificar a cualquier otro Estado que normalmente sería competente sobre los crímenes en cuestión.
Se debe de resaltar que el Fiscal puede notificar de forma confidencial, y limitar la información provista a los Estados, si es necesario para proteger a ciertas personas, prevenir la destrucción de prueba, o impedir que ciertas personas evadan la justicia.
El artículo 18 del Estatuto de Roma señala que los Estados cuentan con un mes después de la recepción de la notificación, para informar a la Corte Penal Internacional de que esta llevando o ha llevado a cabo una investigación respecto al mismo caso, y para solicitar al Fiscal que renuncie a su competencia a favor del Estado.
Ese corto plazo asegura que la Corte Penal Internacional no padezca de retrasos innecesarios con el cumplimiento de sus funciones. El artículo 18 del Estatuto de Roma también prevé que ¨el Estado podrá informar a la Corte de sus propias investigaciones¨.
En otro orden, los Estados no están obligados a informar a la Corte Penal Internacional de sus propias investigaciones, por lo que seria aconsejable que un Estado informará a la Corte sobre sus propias investigaciones, para así evitar una duplicación innecesaria de esfuerzos y asegurar que la CPI se inhiba de su competencia a favor del Estado.
Una vez que un Estado solicite la inhibición de competencia de la Corte Penal Internacional de una investigación, el Fiscal esta obligado a suspender la investigación del caso. Sin embargo, el Fiscal podrá solicitar a estos Estados que le informen periódicamente de la marcha de sus investigaciones y del juicio ulterior. Los Estados partes deben responder a esas peticiones sin dilaciones indebidas.
Aun si un Estado no solicita al Fiscal la inhibición de su competencia a favor del Estado, el Fiscal puede suspender la investigación de la CPI. El Fiscal podra solicitar al Estado de que se trate que le comunique sobre las actuaciones. En ese orden los Estados pueden solicitar que dicha información sea confidencial.
Si el Fiscal o la Sección de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional tienen reparos sobre la conducción de la investigación y el juicio llevado a cabo por un Estado, la Sala de Cuestiones puede autorizar al Fiscal para que proceda con una investigación , ya sea por primera vez, o después de un periodo de suspensión, o cuando ha habido cambios significativos de circunstancias en el Estado.
Finalmente, los Estados pueden apelar la resolución preliminar ante la Sala de Apelaciones. Cuando el Fiscal decida inhibirse de su competencia en una investigación sin notificación del Estado, el Estado de que se trate deberá ser notificado si el Fiscal decide posteriormente reabrir la investigación, según el artículo 19 del Estatuto de Roma. En algunos casos, los Estados podrán impugnar la admisibilidad del caso, según el mismo artículo 19 del Estatuto de Roma.
Por Nelson Encarnación
En cada momento de la historia de la humanidad, las personas se hicieron dependientes emocionales de los instrumentos de modernidad que correspondieron a cada época, los cuales fueron reemplazados por otros más adelantados, y estos por otros, y así hasta que el cautiverio se ha prolongado.
Las herramientas de modernización jugaron su papel en cada etapa, instrumentalizando a las personas y convirtiéndolas en parte de un tinglado del que no pudieron escapar, sino hasta refugiarse en el otro mecanismo de dependencia.
Así, de la radio se pasó a la televisión fija y de esta a las emisiones por cable, satélite e internet, y de estos mecanismos de comunicación caímos en el más brutal de todos: el teléfono celular, dominante, cautivador y adictivo.
Sin embargo, ninguno, con toda y su brutalidad existencial, se puede comparar con las redes sociales, el ecosistema comunicacional y de interrelación más inhumano que jamás existió.
Las redes sociales son un permanente campo de batalla donde lo humano carece de importancia y lo trivial es lo que domina, aunque sea un predominio tan fugaz como el relámpago.
Nos hemos convencido de que somos importantes por la cantidad de seguidores que logremos captar o por los likes que genera nuestra exposición, aunque la “audiencia” esté conformada por cuasi humanos, cuyo pensamiento no alcanza para más de un saludo en la jerga mediática de moda.
Nuestro mundo en las redes muchas veces nos convierte en individuos tóxicos, no porque lo seamos realmente, sino porque la línea en boga nos conduce a la dinámica factual de una civilización ciberespacial que nos utiliza sin que nosotros lo percibamos conscientemente.
Ignoramos que no somos nosotros, sino que somos una pieza de un ajedrez cibernético que se juega en lugares que no sabemos; por mecanismos que no conocemos, aunque se ha demostrado que formamos parte utilitaria de los algoritmos que colonizan nuestras voluntades.
En las redes compartimos pensamientos ajenos, pero al estar en el momento de las tendencias, participamos porque necesitamos ser “importantes”, cuando en realidad solo provocamos que la colonización de las ideas y de las emociones sirva para activar los mecanismos invisibles que nos aprisionan.
Mientras esa implacable realidad del mundo actual es tan terriblemente avasallante, las aplicaciones que nos instrumentalizan se cotizan en miles de millones de dólares en las bolsas de valores.
Por Miguel Guerrero
Hace meses, en una conversación privada por las redes, una oficial de la Policía de alto rango me envió la siguiente reflexión: “¿Quiénes son, sociológicamente, nuestros policías patrulleros? ¿De dónde vienen y que llevan en sus mentes?” En las respuestas a estas inquietantes interrogantes pueden encontrarse salidas al problema irresuelto de una reforma integral de la institución por la que abogamos desde hace años dentro y fuera de esa institución, llamada a velar por la seguridad ciudadana.
Lo que la oficial trata de hacer ver, y no está equivocada, es que la Policía no es un cuerpo anómalo de la sociedad dominicana, si no tal vez, y la cito, “su producto más directo, la más representativa muestra y consecuencia del despojo histórico de democracia al barrio y a su juventud”.
En esa inobjetable interpretación del problema pudiera estar el quid a través del cual pudiéramos hallar el sendero más corto y efectivo hacia una verdadera y permanente reforma policial. Por eso, he insistido que la visión interior que tiene la Policía de sí misma no puede quedar marginada del esfuerzo para lograrla.
Sería injusto enjuiciar a la institución por el comportamiento deshonroso de algunos o muchos de sus miembros, por difícil que resulte no hacerlo. Pero la Policía debe exorcizarse, emprender, como le respondiera a la oficial, un proceso de oxigenación interior y promover como una faena diaria los valores en los que cree y se nutre. Por ejemplo, la muerte de la arquitecta Leslie Rosado por un agente en circunstancias muy lamentables e injustificadas y la versión inicial que se diera a los medios no es la clase de ejemplo que ayuda a mejorar la imagen de la institución.
Además, es obvio que la Policía paga el precio de haber vivido a espaldas de la sociedad de la que forma parte. Y como resalta la oficial, tanto como una reforma de “equipamiento y mejora salarial”, necesita “una reforma de pensamiento”.