Opinión
Sí, delirando, Guillermo…
Published
7 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Sí, delirando, hoy acerca del inestimable valor de la participación de un partido “centro progresista” como Alianza País en un “frente opositor” junto a partidos como el PRM, PRSC, PQD, FNP, PUN…dechados de patriotismo, honestidad, vocación transformadora y sensibilidad social.
Delirando sobre la importancia de la renuencia y repliegue de ALPAÍS del Espacio de Unidad de Izquierda integrado por organizaciones tan moralmente despreciables como el Movimiento Patria para Todos y Todas (MPT) / Izquierda Revolucionaria-IR (MPD, LST-CURR, MC, FEPAV, FALPO, FELABEL y FPD) / Partido de la Unificación Comunista (PUC) / Movimiento de Acción Nacional Dominicana (MANDO), el periódico TRINCHERA UNITARIA y quienes las integramos, incluido el autor de este artículo.
Delirando…
Delirando…
Respecto a la genialidad del camarada Moreno de proponerle a Marcha Verde un “pacto electoral” con ese “frente opositor” para participar conjuntamente -materia en que sus pulcros componentes balagueristas son sobresalientes- en los comicios nacionales del 2020.
Delirando acerca de la inminente posibilidad, de que con la permanencia del Consorcio PLD al frente del Estado, con su JCE, su Tribunal Supremo Electoral-TSE y todos los poderes bajo su control- puedan lograrse condiciones que garanticen unas elecciones “limpias y equitativas”.
Delirando…
Fantaseando…
Acerca de la similitud del PRD del 1978 y del PRD del 1994 con el actual “frente opositor”, el parecido de aquellas coyunturas y la supuesta validez de la vía institucional para el “cambio democrático”; obviando las variaciones en los protagonistas y como la Constitución del 66 y las instituciones vigentes posibilitaron reciclar gran parte de los males acumulados en la era balaguerista, e incluso catapultar de nuevo a Balaguer al Palacio Nacional (1986-96) y reciclar el balaguerismo en alianza y a través del PLD ( 1996-2000 y 2008 hasta la fecha…).
Delirando…
Fantaseando…
Sobre la sapiencia del argumento que atribuye los objetables resultados de entonces solo a las ocasionales “inconsecuencias” de los liderazgos de aquel periodo, algo que al parecer no sería posible ahora dado el brillante rol de los nuevos salvadores o del nuevo mecía opositor; capaces de ganarle a la trampa colosal que prepara el danilismo pelediano y de vencer en elecciones a mafias peores que las de ayer; ponderando incluso a su manera lo acontecido en los comicios del 2012 y el 2016 y el valor invisible desplegado por esos opositores en ambas coyunturas. Capaces ahora –según experiencias no vividas- de iniciar exitosamente la “democratización, reforma y moralización” de estas instituciones irremediablemente podridas.
Delirando y fantaseando respecto a la certeza, pertinencia y viabilidad de la convergencia de Marcha Verde con el conjunto de esos virtuosos partidos y grupos tradicionales, sin dañar ni su imagen ni su unidad interna; y garantizando que una parte de ellos y de sus facciones no se venderán de nuevo al Consorcio del PLD, depondrán sus ambiciones, renunciarán a sus candidaturas tipo Hipólito, Abinader, Quique Antún, Pelegrín Castillo, Wessin… y apoyarán incondicionalmente (sin las cuotas consabidas y los repartos correspondientes), o al innominado mecía del “frente opositor”, o a cualquier otro aspirante vestido de verde.
Delirando…en medio de la ilegitimidad de este gobierno y de su carácter mafioso -aun después del reciente brote de sustancias purulenta de la contrata de los escáners y las evidencias de un fraude asqueroso en los pasados comicios- sobre las seguras perspectivas de que la nueva JCE de Danilo-PLD acepte la limpieza a toda prueba de las elecciones programadas para del 2020, bajo un equitativo gobierno reeleccionista presidido por su impecable mandatario, que debidamente presionado por un liderazgo opositor de una trayectoria también impecable, habrá de cederle una de sus matrículas o registros electorales a la amada Marcha Verde para concretar esa convergencia.
Delirando…
Fantaseando…
Acerca de lo ilusorio, absurdo, impertinente, delirante… que es -aun frente a un régimen y una institucionalidad ilegitima, desacreditada, repudiada masivamente y con escasa basa de apoyo social- proponernos hacer lo que ha hecho el pueblo dominicano en otros momentos históricos y lo que recientemente hicieron pueblos como el venezolano, boliviano, ecuatoriano y argentino: ejercer a plenitud la democracia de calle para echar abajo presidentes y gobiernos, desplazar regímenes políticos impopulares y corrompidos, echar al zafacón las partidocracias neoliberales y corruptas, crear poder constituyente y realizar Asambleas Constituyentes Soberanas que cambien Cartas Magnas al servicio de la corrupción y la impunidad, y construyan una nueva institucionalidad.
Pero sucede que esa manera de delirar no tiene nada de sueño realizable, ni de direccionalidad política para avanzar. Sencillamente tiene la virtud de reciclar el pantano con viejos o nuevos actores.
Porque carece del poder de atreverse a ejercer una democracia extra-institucional, una necesaria democracia de calle con vocación de poder; cuando abundan las pruebas de que la dictadura constitucional montada, corrupta y corruptora -suma de mafias articuladas y dirigidas desde el Palacio Nacional- ha cerrado todas las vías institucionales.
Esta realidad dictatorial parte de la lógica perversa de que las mafias políticas, empresariales y militares-policiales NO SE SUICIDAN, no ceden, se aferran aberrantemente a su poder, el cual solo puede ser resquebrajado y desmontado con movilizaciones y paralizaciones plebiscitarias capaces de generar una crisis de gobernabilidad que de pie al desplome de estas instituciones y a la recreación de Estado y del proyecto de Nación y sociedad.
Esa es otra vía democrática, diferente a la electoral, incluso no necesariamente violenta. Una ajena a cierta manera de delirar que favorece la permanencia de esta institucionalidad decadente.
Por eso prefiero “delirar profundamente” y de otro modo, con todos los riegos de lugar, en este caso en sentido inverso a como lo hace el jefe político y candidato a la Presidencia de Alianza País; lo que a breve plazo, en la agenda verde de verdad, incluye el juicio y la condena de esta sociedad a Danilo Medina y compartes, y la construcción del PROGRAMA de cambios estructurales por el FIN DE LA IMPUNIDAD.
¡Magnífica y útil forma de “delirar”, Guillermo! ¡Que nadie intente despojarme de ella!
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.