Opinión
Violencia de género, patiarcado y poder mafioso
Published
7 años agoon
Por Narciso Isa Conde
El capitalismo dominicano es neoliberal, patriarcal, racista, adulto-céntrico, dogmático-religioso, ecocida y gerenciado por elites partidocráticas y empresariales mafiosas.
Esto equivale a un modelo empobrecedor, privatizador, parasitario y súper explotador, en el que el predominio abrumador del lucro privado, la corrupción y la usura deterioran los programas sociales y el patrimonio público, destruye y contamina el patrimonio natural de la nación e impone una ideología profundamente conservadora y egoísta.
Equivale a un Estado y una clase dominante que ejercen y protegen la discriminación y la violencia brutal contra las mujeres, niñas y homosexuales. Que asume el poder masculino como absoluto, aplasta la libertad de opción sexual y potencia la dictadura de los adultos contra jóvenes y niños, y la del capital frente al trabajo.
Equivale, además, a un sistema medularmente racista, xenófobo (fomenta el odio contra los/as emigrantes pobres) y brutalmente anti-haitiano.
Equivale también a un sistema institucional asaltado por una gran variedad de mafias políticas, empresariales, policiales-militares; y por grandes bandas y/o carteles civiles que controlan los mecanismos de fiscalización, investigación y de acción justicia, para imponer un régimen de impunidad articulado y manipulado dictatorialmente desde la Presidencia de la República.
Equivale a la oficialización de diversas corrientes religiosas (con predominio de la católica romana), cuyas altas jerarquías son cómplices -por omisión o por promoción- de todos los atributos del sistema capitalista implantado y alimentan las discriminaciones impuestas y muy especialmente la que se relacionan con situar a la mujer como propiedad, instrumento de placer sexual y fuente de plusvalía por agobiantes trabajos domésticos no remunerado o precariamente compensado con salarios deplorables.
EL ALARMENTE AUGE DE LOS FEMENICIDIOS Y DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO.
Este país ocupa actualmente el primer lugar de fenicios impunes en nuestra América.
Esto no escapa esa realidad al hecho de que la cultura patriarcal machista no solo no ha sido enfrentada a través de políticas públicas consistentes, sino a que además, desde todas la instituciones estatales -temporales (“electas”) y permanentes (fácticas)- y desde el poder económico, social e ideológico de la clase capitalista, esa cultura se reproduce y se potencia constantemente.
A esto se ha agregado que cada vez que el poder machista se siente desafiado (a nivel macro o micro) por una conciencia feminista en ascenso o por puntuales expresiones de independencia y rebeldía de mujeres sometidas, abusadas, maltratadas…sus integrantes se saben protegidos para responder con más violencia, las más de las veces criminal y grotescas.
La Policía, el Ministerio Público, los políticos del sistema, las cúpulas eclesiales (la católica en primer plano), los cogollos empresariales, gran parte de los militares y policías…los dueños del Estado y del poder socio-económico, los ejecutores de sus directrices, muchos y los más potentes medios de comunicación, y las agencias productoras de imágenes, publicidad e ideología…responden a ese patrón de dominación machista.
Casi todos los integrantes y beneficiarios de esa supremacía masculina, ejercida cotidianamente en forma abusiva y con expresiones aberrantes, se protegen entre sí con la enorme ventaja de que las instituciones y medios que controlan, y el carácter corrupto y corruptor de las entidades de investigación, fiscalización, justicia y creación de opinión, se prestan sistemáticamente a proteger los delitos de género y a garantizarle impunidad a favor de los hombres que lo cometen, así como a desproteger a las víctimas abusadas y en riesgo de perder la vida.
La represalia cruel frente a las denuncias y reacciones femeninas que procuran ponerle fin a la tortura “crónica”, se agrega a la permanente acumulación de sufrimientos; silenciados y tolerados, a sabiendas los victimarios de que sus desafueros cuentan con un orden de dominación que está de su lado y los respalda.
La acumulación de impunidad, aun frente a todas las críticas justas y a las valientes advertencias planteadas desde el crecimiento de la conciencia feminista -construida paso a paso y dolor a dolor por verdaderas heroínas y persistentes entidades y movimientos sociales que ha asumido la lucha contra las perversidades del patriarcado- es leída por el prepotente poder machista como licencia eterna para golpear, torturar y matar; lo que, entre otros factores, podría explicar el auge de las represalias violentas y de los femenicidios en esta nueva fase de la confrontación.
La insumisión imprescindible, que apunta hacia la liberación femenina respecto a la opresión patriarcal (junto a otras liberaciones sociales), al incrementar la inseguridad y situar al victimario frente a una rebeldía y una demanda de derechos que antes o no se registraba -o se producía en casos excepcionales-, podría estar aumentando su agresividad y generando más hechos de sangre y más violencia; amén de que antes se podían ocultar con más facilidad.
En casos en que la represalia o venganza machista se ejerce contra mujeres pobres o de familias pobres, menores, negras, mulatas o de origen haitiano… el cuadro de violación de derechos, desprotección e impunidad del crimen, se torna todavía más dramático.
• INDICADORES DE QUE CRECE LA CONTRAPARTIDA FEMENISTA.
Esto podría indicar que estamos entrando en una etapa de confrontación en la cual en el incremento de la criminalidad en la lucha por la equidad de género y por la plenitud de los derechos de las mujeres, tiene que ver no tanto con la fortaleza del dominio patriarcal -que sigue siendo tan brutal como inaceptable- sino probablemente con los albores de su decadencia. No olvidemos que los opresores no ceden voluntariamente sus status privilegiados, sino que lo defienden con garras criminales, ensañándose siempre contra la parte contraria… hasta que puedan.
Presiento no es una medición científica- que en medio de la tragedia descrita, la República Dominicana se encuentre entre los países del Continente que cuenta con un movimiento feminista, que si bien todavía es muy débil orgánicamente y sensiblemente deficitario en la asunción de la lucha antiimperialista y anticapitalista, en la asunción de la lucha por la emancipación social y política de las fuerzas del trabajo y en lo concerniente a otras liberaciones… ha sido muy eficaz en la defensa de los derechos de la mujer y en la creación de una conciencia sobre la cuestión de género, cada vez más colectiva y en constante y promisorio en crecimiento. Actúa como contrapartida promisoria.
Este aporte merece un reconocimiento, porque se trata de una labor heroica que será preciso intensificar, profundizar y complementar para derrotar la criminal ofensiva patriarcal en una fase dura, pero a la vez crucial; frente a un poder en descomposición, cada vez más ilegitimado en sus impugnables vertientes opresivas y mafiosas.
Ese valioso aporte femenino ha forzado al Estado patriarcal a ceder limitadamente en materia de leyes, mecanismos y representaciones formales, las cuales favorecen a la mujer en relación con otros tiempos de controles más absolutos; excluyendo la penalización del aborto terapéutico y otros arcaísmos grotescos impuestos por la curia católica y comparsa.
Estos limitados logros institucionales hay que aprovecharlos, pero siempre teniendo en cuenta que esos cambios son muy formales y cargados de simulaciones publicitarias y poses hipócritas.
En los centros fundamentales de poder y dominación, la cultura machista no solo es hegemónica, sino que se sigue reproduciendo y re-alimentando en grande; por lo que el esfuerzo decisivo consiste en subvertirla sin contemplaciones, junto a todas las modalidades imperantes de explotación, exclusión y opresión. No hay de otra. ( noticiassin.com, tercera semana de noviembre).
Por Narciso Isa Conde
¡Habría que intentar tumbarlas o aplastarlas con armas e invasiones de alto calibre!, y eso no es fácil, porque los invasores corren el riego de empantanarse como le ha pasado en otras partes del planeta.
Esta América es nuestra, la de ellos es la del “Norte Revuelto y Brutal”, destinado a «sembrar de miseria” nuestra América.
No somos “patio trasero” de nadie.
A estas alturas del proceso, consideramos inaceptable una nueva apelación al monroísmo y más aún las demenciales pretensiones del trumpismo y otras variantes del neofascismo.
En esta América…el oro, el litio, las tierras raras, el titanio, la Amazonía, la biodiversidad, las costas, las playas y los ríos, no son de EEUU.
Son nuestros y los vamos a defender.
¡Que lo sepan bien Trump, Elon Musk, Laura Richardson y Marco Rubio!
¡Que lo sepan su CIA, USAID, Comando Sur, el Pentágono y su gabinete de halcones!
Ni su retórica de terror, ni el coloniaje racista, ni sus guerras de variadas intensidades y generaciones, nos asustan.
Carecen de capacidad para intimidar los estados y pueblos que ejercen el derecho a la autodeterminación
Son huesos duros de roer.
Ni Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua se caen con palabras y fantocherías cobardes, tampoco con guerras de baja intensidad.
Eso está requeté demostrado.
¡Habría que intentar tumbarlas o aplastarlas con armas e invasiones de alto calibre!, y eso no es fácil, porque los invasores corren el riego de empantanarse como le ha pasado en otras partes del planeta.
Pero, además, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia no están solas en el mundo, ni en este continente.
Cuba y Venezuela tienen poder militar para devolver. Como pasa, en otras latitudes con Corea del Norte en la cercanía de Corea de Sur y Japón, aliados carnales y sedes de base militares de EEUU.
El odio colonial neofascista incluso apunta contra México, Colombia y Brasil en favor de las ultraderechas de esas naciones, a pesar de la traición de Lula a Venezuela y las recientes inconsecuencias de Petro con la patria de Bolívar y de Chávez.
Hacia México el trumpismo derrama hiel y desde sus entrañas se esgrimen sanciones y amenazas inaceptables para la dignidad de su gobierno y de su pueblo, y no le será fácil al Gobierno de Trump imponer sus designios; como tampoco le será fácil ejecutar su xenofobia brutal, ni cumplir sus promesas racistas contra los flujos migratorios y la inmigración “tercermundista” que las propias potencias neocoloniales han provocado
· LOS DESIGNIOS NEFASTOS DEL TRUMPISMO HAN SIDO CONFESADOS.
Todas esas pretensiones imperiales han sido confesadas por los halcones “electos” o designados, con todo el descaro del mundo.
Sabemos, además, para que pueden dar Trump, Vance, Musk, Laura Richardson y Rubio, para solo dejarlo en ese nefasto quinteto, hermanado en el anticomunismo, el racismo, la xenofobia y la voracidad sobre riquezas naturales ajenas.
Rubio es más rubio que Trump y más colonialista y neofascista que la sombra de los dos nuevos principales inquilinos de la Casa Blanca. Se crio y formó políticamente en la madriguera de Miami, mientras Musk es un producto del apartheid sudafricano, del elitismo capitalista y de su opulenta existencia.
Estamos enterados, por sus propios alardes que sus “panas full” en estos lares son Milei, Noboa, Bukele, Bolsonaro, Kast, Murillo, Uribe, Duque, Marie Corina-González Urrutia … y con ellos y con otros de parecida calaña, se propone construir el bloque regional de neofascismo mundial; que de seguro va ha ser bendecido por Trump, Netanhau, Zelensky, Giorgia Meloni y la Len Pen…
El plan incluye la ampliación de ese bloque, el asalto a otros estados del continente y el programa para intentar revertir por la fuerza todos los procesos que a escala continental EEUU no controla.
A Puerto Rico le esperan las agresiones consabidas del trumpismo y de su envenenada oferta de estadidad, ahora con menos posibilidades de éxitos, dados acontecimientos (electorales y no electorales) que revelan el ascenso de la conciencia independentista del pueblo de Borinquén.
Y a Haití una mayor dosis de violencia, racismo y opresión.
Entre los/as candidatos/as con “méritos” para esa ampliación están Luis Abinader, el nuevo primer ministro de Haití, Alí Dipré Fil Bien Amé, la presidenta Buluarte de Perú, el presidente Santiago Peña Palacios de Paraguay, entre otros y otras.
· CAUSAS DEL REPLIEGUE VIOLENTO HACIA NUESTRA AMÉRICA.
Trump y sus halcones, no lo confiesan así, pero realmente se trata de un repliegue al “patio trasero”, con un fuerte énfasis en desplazar a China, Rusia e Irán de esta región; desestabilizar y tumbar los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y la determinación de apoderarse por cualquier medio de su patrimonio natural.
La voracidad minera y el nuevo asalto a la naturaleza no humana tiene portavoces.
La Generala Laura Richardson, Jefa del Comando Sur, organismo encargado de preservar militarmente para EEUU esas riquezas ajenas, ha proclamado abiertamente el interés que tiene esa súper potencia en “el triángulo del litio (Argentina, Chile y Bolivia)”, en “las reservas de petróleo (la más grande del mundo), gas natural, cobre y oro de Venezuela”, en “los bosques de la Amazonia (los pulmones del planeta)” y en “el 31 % del agua dulce del mundo”.
Por su parte, Elon Musk confesó su auspicio al golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia y declaró que tras el litio y los minerales imprescindibles para las tecnologías de punta estaba en disposición de dar golpe de estado donde fuera necesario.
Corporaciones petroleras, mineras, químicas e informáticas y el Pentágono, su Comando Sur, la CIA y el Departamento de Estado, confluyen en la misma dirección rapaz. Su hambre de combustibles fósiles, litio, titanio, oro, tierras raras, agua y biodiversidad, potencia la voracidad imperial.
La hostilidad contra China ha tenido una matriz bipartidista y un carácter estratégico hasta hace poco, y está claro que Trump y sus halcones estas prestos a subirle el tono.
Pero recientemente la momia de Biden ha sido usada en la transición por una facción del fracturado poder estadounidense, para meterle una piedra en el camino a TRUMP; asumiendo sorpresivamente la actual Administración una actitud conciliadora con China, la cual ha sido aprovechada por el liderazgo del gigante oriental para reiterar y dejar aún más claro lo que esa súper potencia no aceptaría ni de Biden, ni de Trump, ni de nadie.
El repliegue hacia acá, con la contraofensiva anunciada, tiene su razón de ser en la derrota de la OTAN en Ucrania y en el criterio de importantes sectores de poder que auparon al trumpismo, sobre la necesidad de apaciguar ese capítulo desgastante de la guerra global infinita desatada por EEUU, no otros.
A esa negociación, el mismo Biden, ha respondido autorizando a Ucrania a usar de misiles de largo alcance contra Rusia, lo que ha sido rechazado por Francia e Inglaterra; otra evidencia de la creciente fractura de las elites imperialistas europeas y estadounidenses, y de los riesgos que asechan a la humanidad en medio de este tumultuoso proceso de decadencia y descomposición del sistema imperialista occidental.
· TRUMP Y SUS HALCONES NO REPRESENTAN LA PAZ.
No es que Trump y sus halcones son pacifistas, sino que EEUU ha perdido esa guerra y de continuarla le puede ir peor.
El poder político-militar estadounidense está obligado a negociar con Rusia y el ascenso de Trump ofrece esa oportunidad. La condición no la impondrá Trump, sino Putin que controla territorio y podría avanzar más. De todas formas, se trata de una negociación necesaria y a la vez compleja, que puede dilatar.
El complejo militar-industrial-financiero-informático en estos últimos años ha obtenido enormes beneficios y se puede dar el lujo de un receso de guerra en Europa, en favor del alivio a la carga sobre el deficitario presupuesto de EEUU y su colosal endeudamiento. Así opera el poder profundo de ese Coloso decadente.
La carga económica estadounidense en la OTAN es alta y Europa Occidental, sensiblemente diezmada, está bajo la presión de Trump en materia de financiamiento, forzada también a ceder frente a Rusia.
No es el caso de la guerra contra Palestina, ya sensiblemente regionalizada en el Oriente Medio.
Las relaciones carnales con Israel y el lobby estadounidense del gran capital sionista, obligan a continuarla.
Trump no admite la existencia del Estado Palestino e incita a Netanhau a completar el holocausto palestino, para luego intentar colonizar el litoral occidental de Gaza, cesar los combates y concentrar la presión contra IRÁN.
Sigue siendo difícil aplastar a Hamas y más aún derrotar los Huties yemenitas y a Hebollag,
El “pacifismo” de Trump se fue al carajo al referirse a la guerra en esa región, donde, además existe una resistencia palestina que no cree en cuento y con demostrada capacidad ofensiva frente un sionismo cada vez más desacreditado y vulnerable.
Cierto que los jefes del Partido Demócratas-PD y sus enclaves globalistas son terriblemente guerreristas, pero suponer adversidad a las guerras en las entrañas del pacto neofascista que sustenta a Trump, al trumpismo y a su nueva admiración, es más que una tontería, dado que su esencia es la dominación violenta y que el repliegue en Ucrania es fruto de un gran revés militar, como lo fue en Afganistán. Incluso ese pacto contiene fuertes ingredientes del globalismo “demócrata”, traspasado a los “republicanos” leales a Trump.
Del neofascismo como producto de una decadencia agresiva del imperialismo occidental y su súper potencia dominante, en el contexto de un endurecimiento del neoliberalismo neocolonial, en general solo puede esperarse una continuidad de la política con la modalidad de variadas combinaciones de guerras.
Solo la insurgencia global de la humanidad amenazada de extinción. puede derrotar esos designios imperiales y crear lo nuevo, combinando todos los actores de esa gran transformación hacia un mundo justo, diverso, multicultural y solidario.
Por Isaías Ramos
Las recientes declaraciones del gobierno dominicano sobre el llamado “abastecimiento navideño” han generado indignación y descontento en un sector importante de la población. Con anuncios de 10 millones de raciones de alimentos cocidos y productos festivos como manzanas y dulces, se nos presenta un espectáculo que oculta la dura realidad de miles de familias que enfrentan hambre y pobreza durante todo el año.
El director de comedores económicos afirmó que personas hacen filas desde las 11:00 p. m. del día anterior para recibir su ración navideña. Esto no es motivo de celebración; es una muestra alarmante de la humillación y la dependencia extrema que este modelo asistencialista perpetúa. Que miles tengan que someterse a estas condiciones para acceder a lo más básico evidencia el fracaso de un sistema que prioriza lo mediático sobre lo estructural.
En lugar de atacar las raíces del hambre y la pobreza, el gobierno opta por paliativos temporales. La pregunta es inevitable: ¿por qué esperar hasta diciembre para responder a una crisis alimentaria constante? Estas acciones parecen diseñadas más para apaciguar críticas y desviar la atención pública que para ofrecer soluciones reales. Mientras tanto, el campo dominicano continúa en abandono, con agricultores que trabajan arduamente sin el apoyo necesario del Estado.
Hablar de “multiplicar lo que se da al pueblo”, como mencionó el presidente, es irónico cuando ese mismo pueblo ha sido despojado de oportunidades dignas y sostenibles. El acceso a alimentos no debería depender de campañas temporales, sino ser el resultado de políticas agrarias efectivas que fortalezcan la producción nacional, garanticen la seguridad alimentaria y promuevan el desarrollo rural.
La dependencia del clientelismo o asistencialismo crea un ciclo vicioso: cada diciembre, las familias esperan con resignación una mano tendida, mientras el resto del año se ignoran sus necesidades. Esto no solo perpetúa la pobreza, sino que se convierte en una forma de control social, diseñada para mantener el poder en lugar de empoderar al pueblo.
Más preocupante aún es cómo estas medidas superficiales distraen de los problemas estructurales: falta de empleo digno, educación adecuada y sistemas de salud funcionales. Ofrecer comida en épocas festivas es insuficiente e inaceptable. La solución pasa por un cambio profundo en la gestión de los recursos y en la priorización de las necesidades del pueblo.
El “abastecimiento navideño” debería ser un recordatorio de lo que está mal con nuestro sistema actual. No podemos permitir que nuestras autoridades sigan utilizando estas medidas como herramientas para maquillar el hambre y la pobreza. Es hora de exigir políticas públicas basadas en justicia social, que aseguren salarios justos, inviertan en infraestructura rural y fortalezcan a los agricultores locales.
En el Frente Cívico y Social hacemos un llamado al pueblo dominicano: despertemos ante esta realidad. Cada vez que hacemos fila por un plato de comida, aceptamos la normalización del hambre y la precariedad. Debemos rechazar este sistema que perpetúa ciclos de pobreza y vulnerabilidad.
Movilicémonos por nuestros derechos. Exijamos transparencia, rendición de cuentas y acciones concretas que prioricen las necesidades del pueblo. Las festividades no deberían ser un recordatorio de nuestro fracaso institucional, sino una celebración de logros fruto del esfuerzo colectivo entre el gobierno y su gente.
En el FCS creemos que llegó el momento de construir un país donde la dignidad, la justicia y la igualdad sean accesibles para todos. La lucha por un futuro mejor comienza aquí y ahora.
¡Despierta, RD!
Por Nelson Encarnación
El plan de seguridad vial anunciado el lunes por el presidente Luis Abinader y varios funcionarios es una iniciativa que si se llevara a la práctica debería tener un impacto significativo en la reducción de la siniestralidad en el tránsito, un renglón negativo en el cual nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en la región como principal causa de muerte.
Lo delineado apunta a una relevancia si se implementa en su plenitud, aunque se generan interrogantes que deben ser despejadas. Una de ellas—probablemente la más trascendental—es qué hacer con los 3.7 millones de motocicletas que circulan sin ningún control por toda la República Dominicana, que representan el factor determinante para que el país tenga tan elevado sitial en las mediciones sobre siniestralidad vial.
La preocupación no es solo eso, sino que se fundamenta en las estadísticas disponibles—que son muy pobres, por cierto—sobre el impacto de los motores en el flagelo de los accidentes y en el papel que estos juegan como causantes de fallecimientos y lesiones permanentes.
Las únicas estadísticas disponibles las recibimos luego de ocasiones especiales, como Semana Santa, Navidad y festividades que incrementan la movilidad vial, cuando las autoridades montan los llamados operativos. Al pasar balance de esos operativos puntuales nos enteramos de que, en promedio, el 70% de los eventos viales, las muertes y las lesiones es aportado por las motocicletas, un medio de transporte que se ha masificado de manera inimaginable y sin controles efectivos.
Es decir, que al desagregar el factor motocicletas, las estadísticas relacionadas a accidentes viales tenderían a una reducción significativa, y, por consiguiente, nuestro país bajaría a los lugares menos punteros en cuanto a muertes, heridos y discapacidades permanentes que se derivan de ellos.
Esta dramática circunstancia nos lleva a ser escépticos respecto del resultado a obtener del importante plan que se ejecutará, pero también representa una decisión retadora para las autoridades.
¿Qué se contempla frente al desafío de millones motocicletas conducidas por desaprensivos para quienes no existen normas?
Y lo más relevante todavía: ¿Cuál será la conducta de los agentes encargados de hacer cumplir las leyes, y para quienes—frente a motoristas y “padres de familia” que conducen “conchos” y voladoras—las disposiciones son nulas? Esta es una cuestión determinante para que el plan vial alcance el éxito que todos esperamos.