Por Rosario Espinal
Los grandes flujos migratorios en los últimos 60 años llevaron a cambios importantes en el funcionamiento de las economías y plantearon desafíos de integración política de los inmigrantes tanto en su país de origen como en el país de destino migratorio.
En el caso de la República Dominicana, la gran migración se inició en la década de 1960 a Estados Unidos, específicamente a la zona de Nueva York y New Jersey, y aún no se detiene. Solo en la ciudad de Nueva York se estima una población dominicana de alrededor de 800 mil personas.
Según el padrón de la Junta Central Electoral (JCE), de un total de 7,529,932 dominicanos aptos para votar en el 2020, hay 595,879 dominicanos registrados en el exterior, lo que equivale al 7.9% del padrón.
De los inscritos como votantes en el exterior, 406,538 residen en los Estados Unidos, equivalente a un 68%, y el segundo grupo mayor se concentra en España con 81,506 dominicanos registrados, equivalente al 13.6%. Esto significa que el 81.6% de los dominicanos registrados para votar en el exterior están en Estados Unidos y España, dos de los países más afectados por el COVID-19.
Estados Unidos informó ya a la República Dominicana que en su territorio no se podrán celebrar elecciones presenciales mientras el virus siga afectando. Esto plantea un serio problema para la realización de las elecciones dominicanas de 2020.
Miremos una situación hipotética: la JCE ya estableció que las elecciones presidenciales y legislativas se realizarán el domingo 5 de julio (primera vuelta) y la segunda, de ser necesaria, el domingo 26 de julio.
¿Qué sucedería si para el 5 de julio Estados Unidos o España dicen que no permitirán realizar elecciones presenciales en sus territorios? ¿Suspendería la República Dominicana sus elecciones nacionales porque los votantes en el exterior no podrían votar de manera presencial en esos países? ¿Cambiaría la República Dominicana su Constitución para permitir el voto en el exterior por correo? ¿Se realizarían las elecciones en territorio dominicano sin la participación de los dominicanos en el exterior? ¿O necesitarían los dominicanos en el exterior viajar a la República Dominicana para ejercer su derecho al voto? Y de ser esto último, ¿en qué colegios electorales votarían?
Las respuestas a estas preguntas quedan, por el momento, en suspenso porque la JCE indicó en su Resolución 42-2020 que determinará al respecto más adelante.
Muchos dominicanos viven en el exterior, es cierto. Muchos hacen una valiosa contribución a la economía dominicana, también es cierto. Pero tener un sistema de votación masivo en el exterior implica un inmenso riesgo porque la República Dominicana no tiene jurisdicción sobre esos países donde se han radicado muchos dominicanos.
En este momento el inconveniente es el coronavirus, pero en otra ocasión podría ser otro factor, o una prohibición en el futuro de algunos países impidiendo que en sus territorios se realicen votaciones masivas presenciales de ciudadanos de otros países.
Esta situación del coronavirus debe llevar a entender que el voto exterior es un invento problemático porque ese derecho al voto está supuesto a ejercerse en una jurisdicción donde no aplican ni la Constitución ni las leyes dominicanas.
Tarde o temprano el voto en el exterior tendrá que ser evaluado en la República Dominicana, y quizás sea en estas elecciones 2020, porque, aunque la JCE ha fijado ahora las elecciones presidenciales y legislativas para el domingo 5 de julio, nadie sabe si Estados Unidos y España permitirán en esa fecha elecciones presenciales en sus territorios.
Artículo publicado originalmente en el periódico HOY