Opinión
¿Y si usted fuera ciego?
Published
5 años agoon
Por Rosario Espinal
No he usado el término invidente ni ningún otro porque ciego lo entiende todo el mundo. He usado ciego, no ciega, porque quienes toman las decisiones en ese país son fundamentalmente los hombres (no es invento mío, miren las fotos del alto funcionariado gubernamental, empresarial y religioso para que lo comprueben). Aclarados estos dos puntos, pasemos al asunto.
Imagine que usted es ciego, que tiene un salario promedio; es decir, unos 20 mil pesos mensuales (muchos ganan menos). Imagine que usted no tiene carro y debe salir todos los días a tomar transporte público para llegar al trabajo y hacer diligencias. Imagine que usted tiene que caminar varias cuadras de su casa a la ruta del transporte público. Imagine que usted no tiene una persona disponible todo el día para acompañarle a transitar. Imagine que su ayuda es un bastón.
En esas condiciones, ¿diría usted que Santo Domingo, o cualquier otra ciudad dominicana, facilita o dificulta la vida de los ciegos? Pensemos en conjunto.
En cualquier ciudad de este país, las aceras tienen hoyos; son troneras rompe-huesos si usted cae en ellas (y caen muchas personas no ciegas). Imagine entonces el riesgo para los ciegos al transitar por las aceras. No hay bastón blanco tan inteligente con capacidad de detectar tantos hoyos y anunciar tantos riesgos.
En ninguna ciudad de este país hay un sistema de transporte público adecuado para acomodar personas que necesiten accesibilidad especial. No solo ciegos. Si usted se desplaza en una silla de ruedas, salir a la calle es una odisea.
La inclusión social es fundamental para alcanzar la justicia y la democracia
Y no piense que la solución es transporte en vehículos privados. La inmensa mayoría de las personas con discapacidad son de ingreso bajo o medio, sin posibilidad de tener un vehículo propio y chofer.
Siempre es fácil ver la vida desde la posición de privilegio que nos toca. Si usted no necesita una silla de ruedas para moverse, ni ha estado muy cerca de una persona que la necesite, no tiene idea del esfuerzo que hay que hacer para tener movilidad un tanto normal en la ciudad. Si usted no es ciego, ni ha estado muy cerca de una persona en esa situación, tampoco tiene idea del esfuerzo que hay que hacer para salir todos los días a las calles.
¡Inténtelo! Salga un día caminando con una venda puesta, o en una silla de ruedas.
Quizás usted piense que las personas con algún tipo de discapacidad deben quedarse en su casa. Pero ¿es justo? ¿Por qué condenarlos al ostracismo?
Todo país con decencia y consideración hacia toda la ciudadanía necesita tener ciudades accesibles. ¿Qué quiere decir esto? Que existan facilidades públicas y privadas para que toda la población, independientemente de la condición especial que tengan, pueda movilizarse con cierta facilidad.
Forjar ciudades accesibles requiere de mucha voluntad y recursos para lograrlo. Y no se conseguirá si seguimos viendo la vida en función de los beneficios que nos han tocado.
La inclusión social es fundamental para alcanzar la justicia y la democracia. Si usted ve las aceras con hoyos; esa no es una ciudad inclusiva. Si usted ve que las esquinas no tienen bajaderos para sillas de rueda o cochecitos de bebés; esa no es una ciudad inclusiva. Si usted ve que el transporte público no tiene accesibilidad para personas con discapacidad física; esa no es una ciudad inclusiva. Y estos son solo algunos ejemplos.
Luchemos por ciudades accesibles, por ciudades inclusivas. ¡Es lo justo!
Artículo publicado originalmente en el periódico HOY
Opinión
Cuestiones de admisibilidad ante la Corte Penal Internacional
Published
3 días agoon
febrero 6, 2025Por Rommel Santos Díaz
La Corte Penal Internacional teniendo en cuenta el décimo párrafo del preámbulo 1 del Estatuto de Roma, resolverá la admisibilidad de un asunto atendiendo a una serie de circunstancias que se analizaran en este artículo.
Cuando el asunto sea objeto de una investigación o enjuiciamiento por un Estado que tenga jurisdicción sobre él salvo que este no esté dispuesto a llevar a cabo la investigación o el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo.
La otra circunstancia es cuando el asunto haya sido objeto de investigación por un Estado que tenga jurisdicción sobre el y este haya decidido no incoar acción penal contra la persona de que se trate salvo que la decisión haya obedecido a que no esté dispuesto a llevar a cabo el enjuiciamiento o no pueda realmente hacerlo
Otra situación resulta si la persona de que se trate haya sido enjuiciada por la conducta a que se refiere la denuncia y la Corte Penal Internacional no pueda adelantar el juicio con arreglo a lo dispuesto en el párrafo 3 del artículo 20 del Estatuto de Roma.
También cuando el asunto no sea de gravedad suficiente para justificar la adopción de otras medidas por la Corte Penal Internacional.
A fin de determinar si hay o no disposición a actuar en un asunto determinado, la Corte Penal Internacional examinará, teniendo en cuenta los principios de un proceso con las debidas garantías reconocidos por el derecho internacional, si se da una o varias de las siguientes circunstancias, según el caso:
a) Que el juicio ya haya estado o esté en marcha o que la decisión nacional haya sido adoptada con el propósito de sustraer a la persona de que se trate de su responsabilidad penal por crímenes de la competencia de la Corte Penal Internacional, según el artículo 5 del Estatuto de Roma;
b) Que haya habido una demora injustificada en el juicio que, dadas las circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la justicia;
c) Que el proceso no haya sido o no esté siendo sustanciado de manera independiente o imparcial y haya sido o esté siendo sustanciado de forma en que, dadas las circunstancias, sea incompatible con la intención de hacer comparecer a la persona de que se trate ante la justicia.
Finalmente, a fin de determinar la incapacidad para investigar o enjuiciar en un asunto determinado la Corte Penal Internacional examinará si el Estado, debido al colapso total o sustancial de su administración nacional de justicia o al hecho de que carece de ella, no puede hacer comparecer al acusado, no dispone de las pruebas y los testimonios necesarios o no esta por otras razones en condiciones de llevar a cabo el juicio.
Rommelsantosdiaz@gmailcom
Por: Edgard Paniagua Miguel
¿Era verdaderamente un sueño que se aprobara mediante una sentencia del TCRD la figura de las Candidaturas Independientes, una utopía?
Al parecer, para muchos Juristas y Políticos, la respuesta era un sí, rotundo. Era un sueño imposible, una utopía.
Las razones para que no se aprobara esa figura podrían ser las siguientes:
- El sistema partidario vigente no lo permitiría.
- La gran influencia negativa que desde el ámbito político partidario tradicional se produce cuando algo no le favorece o le perjudica.
- Porque los jueces de las altas Cortes responden en ese tipo de materia a los políticos y partidos que facilitaron o le negociaron sus respectivos puestos. Siendo así mas fieles a los políticos que a la Constitución y las Leyes de la Republica.
- Porque la Constitución es un pedazo de papel y podía seguir siendo desdeñada y opacada.
Pero un joven, brillante y valiente Jurista, académico y profesor en materia Constitucional decidió, harto del sistema y las opciones que nos da, hacer lo siguiente:
- Hacer cumplir la Constitución de la Republica.
- Se retó así mismo, por cuanto es profesor en esa Materia
- Se retó ante sus alumnos, presentes y pasados para que ellos vean la necesidad de la acción de hacer cumplir la Constitución por parte del Profesor que le enseñó.
¿Que hizo el Joven Jurista?
- Constitución en manos, inscribió su candidatura independiente ante la JCE en las elecciones generales del 2024-2028
- La respuesta del Sistema fue, RECHAZADO.
- Escaló convencido de lo que hacía, en reclamo ante el Tribunal Superior Electoral.
- La respuesta del Sistema fue, RECHAZADO.
- Sabiendo lo que hacía y quería, y con determinación, escaló otro peldaño, esta vez ante el TCRD
La espera debió ser tensa, pero la respuesta del TCRD fue una tremenda sorpresa, y el Joven Jurista debió haber exclamado, ¡¡EURKA!! Ante la sentencia.
La Providencia Divina debió haber iluminado a esos 9 jueces para que la justa demanda del Lic. Alberto Fiallo obtuviera ganancia de causa.
En ese momento de la sentencia la Constitución de la Republica dejó de ser un pedazo de papel y tomó su validez.
Alberto Fiallo logró vencer sus propios retos. Logró despertar la legalidad y vigencia de la Constitución en los 9 jueces. Logró acertar un duro golpe al sistema político partidario que tenía secuestrada, monopolizado el tema de las candidaturas en el País en la forma de elegir y ser elegido.
Alberto Fiallo logró con tenacidad, valentía y Constitución en manos devolverle al País una esperanza democrática, otra oportunidad.
Alberto Fiallo ha logrado junto al TCRD evitar que el País se hunda más en el sistema partidario actual, ha evitado el caos en la Republica, ha arrebatado a los secuestradores la falsa democracia que solo ha podido ofrecer, corruptos a menos corruptos, a más corruptos, sin que el pueblo pueda darse el lujo de elegir un Candidato Independiente alejado de ellos.
Y no porque los Partidos sean malos, sino porque allí dentro todavía no han sido capaces de reformarse, purgar sus escorias y limpiarse.
¿Que nos queda?
El sensato y honesto, aquellos que desean democracia abierta y más creíble, apoyar la Constitución de la Republica para que esto sea una realidad, y no aparezcan estorbos en el camino. Pues ya se oyen las voces y los lamentos de los Partidos, las quejas y los gritos de aquellos que se sentían dueños y señores del sistema.
Hacer un frente, un movimiento Cívico y Social que se una a Alberto Fiallo en la defensa de la sentencia, en todo terreno. Porque, hasta ex jueces del TCRD han opinado que dicha sentencia no debió darse de esa forma, sino “Exhortativa”
Por mi parte felicito a Alberto Fiallo por su iniciativa y nos unimos a Él en todos esto.
Felicito también a los jueces del TCRD que mostraron independencia de criterio, valentía, coraje y supieron entender su papel. Son jueces puestos por Dios para ejercer Justicia. Cuya lealtad primero es a Dios mediante el ejercicio correcto de la aplicación de las leyes y la Constitución de la República, luego lealtad a ellos mismos y finalmente al Pueblo.
Por Isaías Ramos
La reciente participación de la República Dominicana en la feria turística FITUR ha sido anunciada como un “éxito rotundo”. Se habla de inversiones por 6,750 millones de dólares, la construcción de 7,400 nuevas habitaciones, la llegada de 713,000 turistas adicionales y la creación de 47,800 empleos.
Pero detrás de estos titulares optimistas se esconde una realidad alarmante: el sector financiero nacional está siendo utilizado como apalancamiento de empresas extranjeras del turismo, asumiendo todos los riesgos mientras los beneficios quedan en manos foráneas.
Muchos creen que estas cifras reflejan capital extranjero inyectado en el país. Nada más lejos de la verdad. Gran parte de estos recursos no provienen de inversión extranjera directa (IED), sino de endeudamiento interno y externo, en su mayoría dinero de los propios dominicanos a través del sistema bancario.
Un verdadero inversionista extranjero arriesga su propio capital y asume los riesgos del mercado. Pero en este modelo, es la banca nacional la que está prestando los recursos, comprometiendo su estabilidad y, con ella, la seguridad de los ahorrantes y los fondos de pensiones del país.
El turismo dominicano, basado en el modelo de “todo incluido”, es fiscalmente privilegiado pero económicamente vulnerable. Genera empleos mal pagados, mientras goza de exenciones fiscales masivas. Al mismo tiempo, sectores estratégicos como la agroindustria, la manufactura y el emprendimiento local enfrentan enormes dificultades para acceder a financiamiento.
El crédito nacional, en lugar de impulsar la producción y fortalecer la soberanía económica, se está desviando hacia el turismo extranjero, dejando a la economía productiva en el abandono. Esto ha provocado consecuencias devastadoras para el país.
El campo dominicano se estanca. Sin inversión en infraestructura, riego y tecnología, la producción local cae, las importaciones aumentan y la soberanía alimentaria se debilita. La agroindustria no crece, pues empresas que podrían generar miles de empleos se ven obligadas a paralizar proyectos por falta de financiamiento, mientras que grandes cadenas hoteleras extranjeras reciben préstamos multimillonarios con condiciones preferenciales.
La industria local queda rezagada. Mientras los productos importados entran con ventajas arancelarias, la manufactura dominicana pierde competitividad y cada vez depende más de insumos y tecnología extranjera.
El emprendimiento se asfixia. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que generan más del 50% del empleo en el país, se enfrentan a barreras financieras que limitan su crecimiento y sostenibilidad. Es inaceptable que estos sectores tengan que luchar por financiamiento mientras las grandes cadenas hoteleras extranjeras reciben miles de millones con condiciones privilegiadas.
El turismo es un sector altamente vulnerable. Una crisis internacional, una pandemia, un desastre natural o una caída en la demanda global puede colapsarlo de inmediato. Cuando eso ocurra, ¿qué pasará con la banca dominicana, que ha apostado todo a este sector? El sistema financiero nacional quedará expuesto, los ahorrantes y pensionados pagarán las consecuencias y el país enfrentará una crisis de endeudamiento interno con impactos devastadores.
Desde el Frente Cívico y Social (FCS) demandamos medidas urgentes para corregir este desbalance. Es necesario establecer políticas públicas que obliguen a la banca a financiar la producción nacional con tasas preferenciales y garantías estatales. Se requieren reformas que establezcan un mínimo obligatorio de crédito para el sector agropecuario, agroindustrial e industrial.
Es urgente reducir los incentivos fiscales al turismo extranjero y fomentar más estímulos a la producción local. Se debe fortalecer un banco de desarrollo nacional que impulse proyectos estratégicos en sectores clave en lugar de favorecer la especulación y el enriquecimiento de cadenas extranjeras.
El turismo, bajo un modelo de responsabilidad social y equidad, es importante. Pero no puede seguir absorbiendo los recursos que deberían fortalecer la economía productiva del país. Si no se cambia esta política de financiamiento, seguiremos siendo un país dependiente, vulnerable y al servicio de intereses particulares y ajenos al desarrollo de la nación.
¡Despierta, RD!