Opinión
Yo, el peor de todos
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12 años agoon
La palabra entre nosotros los dominicanos ha descalificado su magia, la hipnosis de lo verosímil, su poder de significación. De ese espacio de asombro, admiración, pensamiento y creatividad infinita, la palabra se ha convertido en un estéril y desolado territorio. Y los plumíferos oficialistas creen que yo soy el peor de todos porque lo digo.
Lo cierto es que estamos aturdidos de palabras vacías, de la burda manipulación del espíritu que caracteriza a la sociedad dominicana de hoy, del frío cinismo que ha convertido el saber implícito de la expresión en un equívoco. Y cuando se oye hablar a un político, a un “estratega”, a un “comentarista”, a un plumífero enriquecido, ya no sabemos si habla para que podamos entendernos o solo para engañarnos. Nuestro signo es la desvalorización de la palabra, que se convierte en lo contrario de su naturaleza comunicativa, en un instrumento de ocultamiento. La palabra es aquí una maldita ramera que sólo sirve para hurtarnos la verdad. Y quien quiera comprobarlo que oiga los programas radiales, que pinche el control de su televisor y haga un paneo a los programas de opinión, que se detenga un instante en los análisis sin el lastre de la inteligencia de los plumíferos multimillonarios que han agotado el catálogo de todo lo que ya no asombra a nadie en esta extendida prostitución de los valores. Que escuche los informes del Gobernador del Banco Central, que se muera de la risa buscando la carne de los Salamis que dicen las etiquetas que tienen, que vea un documental de Sandra Severino en el que Leonel Fernández, más que un Presidente de un país pobre, es un Ser superior que nos hace el favor de gobernarnos; que estudie la imagen en la televisión del vicepresidente Alburquerque desgañitándose para decir que se acabó la pobreza, que mire con asombro la gesticulación opresiva de Reynaldo Pared (“Marqués de Los Mogotes” y “Príncipe del barrilito”), y que se dé golpes de pecho tratando de penetrar las insondables agruras de Bauta Rojas cuando describe las “bondades” de nuestro sistema de salud pública.
La sociedad dominicana es la sociedad de la mentira, una suerte de comedia del arte con un gracioso decorado en el que aplauden obispos, alguaciles y declamadores, políticos y comerciantes, beatos y corruptos de toda laya, muchachas lánguidas y putas rejugadas que tienen muchas muecas en la cacha del revólver, diputados con chamarras y cabilderos con leontina, funcionarios que tienen una querida en cada edificio que construye el gobierno, truchimanes que manejan el arte de mover cuentas en bancos extranjeros como si fueran prestidigitadores, generales a granel cuyas únicas batallas han sido sobre el vientre de sus amantes, politicastros que arman ventorrillos políticos para venderlos al mejor postor, “líderes” por yardas, traficantes de sueños que orillan las madrugadas repletos de balseros rumbo a las costas de Puerto Rico, izquierdistas trasnochados con sus sacos cruzados de cuatro botones y el chequecito que les ensucia la conciencia en el bolsillo, damas piadosas que dedican sus días a combatir la pobreza que sus maridos producen, predicadores enronquecidos bridándote la última oportunidad para tu salvación, proyecteros incansables que te asaltan en la calle El Conde con la fórmula final para la salvación de la patria.
¡Oh, Dios, qué fauna, la de las ciudades! ¿Cómo pedirle a un pobre maestro que su discurso se parezca a la vida?
Mordida por el ángel de la muerte que le desgarraba el alma, Sor Juana Inés de la Cruz pasó inventario a su vida, y la halló mala. Entonces miró a los ojos de Dios en el espejo de la misericordia, y lanzó aquel grito famoso que ha recorrido más de tres siglos de un dolor universal: “Yo, mi Dios, soy la peor de todas”. Esa confesión era el remordimiento, el cúmulo de sueños y aspiraciones fallidas que trató de inculcar en sus relaciones humanas, el malestar porque al mirar hacia atrás la condición del prójimo seguía siendo la misma, pese a que su corazón había impulsado la imagen utópica de un mundo que buscaba reconciliarse obstinadamente con su espiritualidad. Lo más parecido a Sor Juana es un maestro y un escribidor. Rata de biblioteca (como dijo el plumífero), mis reflexiones pueden estar alejadas de la tierra sólida del sentido común que define a los “hombres exitosos” de nuestros días, a los nuevos millonarios que alguna vez fueron humildes profesores universitarios en la UASD, como yo; pero reúnen pensamiento y voluntad que parecen extraer fuerza de un bello sueño interior. Y eso sí que no lo pueden decir quienes usan la palabra para encanallecerla, aunque, como Sor Juana, yo sea el peor de todos.
Artículo publicado originalmente en el periódico Hoy.
Opinión
Más Allá de los Brillos de ‘La Semanal’: La Verdad Oculta del Sistema Eléctrico»
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4 días agoon
septiembre 5, 2024Por Isaías Ramos
«La Semanal», el programa del Presidente de la República que se realiza todos los lunes, destaca por la notable ausencia de símbolos patrios. Esta falta podría ser una táctica deliberada para desviar la atención hacia el personalismo del presidente y alejarla de los símbolos nacionales. Esto podría enviar un mensaje subliminal de debilitar nuestra identidad como nación y convertirnos en un territorio controlado por un gobierno corporativista, donde el capital domina lo público.
La reciente presentación del presidente del Consejo Unificado de las Edes, repleta de datos manipulados y argumentos infundados, fue profundamente desalentadora. No se presentó un plan serio para abordar la insostenibilidad financiera del sistema eléctrico dominicano. Es una burla pretender reducir las “pérdidas técnicas” solo en un 11% en tres años.
En lugar de enfrentar la crisis, se perpetúa mediante más endeudamiento. En los últimos cuatro años, se tomaron 1,279 millones de dólares para “mejorar” el sistema de transmisión. Según el Sr. Celso Marranzini, no se realizó ninguna inversión significativa. Ahora se presentan nuevas carpetas de préstamos, incluyendo 225 millones de dólares que él calificó como “el préstamo más importante del sector eléctrico”, destinados a cambiar el sistema comercial de las distribuidoras.
Toda la presentación se centró en soluciones superficiales y parches, sin abordar el verdadero origen de la crisis económica del sistema eléctrico nacional. Esta crisis se remonta a la Ley 141-97 de 1997, que favoreció al sector privado en detrimento de la eficiencia y seguridad del suministro eléctrico, transformando un servicio estratégico en un negocio especulativo.
Volver a privatizar el sector eléctrico en busca de lucro y especulación es una afrenta al Estado Social y Democrático de Derecho consagrado en nuestra Constitución. Persistir en este modelo especulativo es una aberración para el desarrollo y bienestar del pueblo y de sus futuras generaciones.
Para lograr una reforma verdadera en el sector eléctrico, es crucial cambiar la estructura insostenible por un modelo vertical bajo control total del Estado. Esto garantizará la seguridad, sostenibilidad, progreso de la población y soberanía energética.
Hemos acumulado una deuda social inconmensurable y desperdiciado más de 25 mil millones de dólares, reflejándose en un enorme endeudamiento externo que nuestras futuras generaciones tendrán que pagar, solo por insistir en un modelo insostenible e ineficiente desde su inicio.
En mayo de 2009, la distribuidora eléctrica en República Dominicana volvió a ser propiedad del Estado tras el fracaso del modelo de capitalización. La experiencia demostró que la capitalización no funcionaba; el problema radicaba en la estructura del modelo, no en la gestión. Desde entonces, una reforma era necesaria para corregir este error y garantizar un sistema eléctrico eficiente y sostenible.
Sin embargo, 15 años después seguimos cometiendo los mismos errores y pretendiendo regresar a un pasado desastroso. Es esencial que el pueblo dominicano conozca la verdadera situación de nuestro sistema eléctrico y no se deje engañar por grupos de interés manipuladores.
En el Frente Cívico y Social entendemos que se debe desmantelar la estructura actual del sector eléctrico y reemplazarla por un modelo que promueva el desarrollo económico de la sociedad basado en principios sólidos. Estamos convencidos de que una nueva reforma es urgente y mandatoria para evitar repetir los errores del pasado. ¡No más parches, necesitamos una transformación real! ¡Despierta, RD!
Opinión
La violación sexual y la doble moral de los políticos.
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4 días agoon
septiembre 4, 2024Por José Cabral
En los últimos meses han sido varios los casos de políticos que son acusados de violación sexual, pero que se han apoyado para defenderse en la doble moral predominante en la sociedad dominicana.
El primero en verse envuelto en un incesto en contra de su propio hijo fue Roque Espaillat, quien en todo momento ha manipulado lo ocurrido, mientras su vástago es re-victimizado con una campaña de descredito en su contra, quien sufre además las consecuencias de lo que implica el hecho en sí, el cual es muy grave y aberrante.
Ahora resulta que el otro que aparece involucrado en una violación sexual de una menor es el excandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Abel Martínez, cuyo abogado ha querido quitarle la trascendencia que tiene el caso.
En el primer caso, es decir, el de Roque Espaillat, el mismo sirve para medir en medio de que pantano se mueve la sociedad dominicana, porque personas de esa procedencia son los que pretenden sustituir a los que actualmente detentan el poder.
Resulta impresionante ver como una serie de individuos se sumaron a desarrollar una campaña de descrédito en contra de la víctima de la violación sexual e incluso de lo último que lo acusaron es de haber recibido dinero del Gobierno para que hiciera la denuncia sobre el caso.
El propio Espaillat informó que procedería en contra de la periodista Nuria Piera, quien llevó la voz cantante en el caso, pero nadie ha visto el inicio del anunciado proceso legal.
Todo ello deja clara la doble moral de personas que buscan sumarse a los que por décadas han engañado al pueblo dominicano con la adopción de una pose de supuesta seriedad, pero que no es más que parte de los farsantes que aparecen por doquier en el país.
En lo que respecta al segundo caso de Abel Martínez, la denunciante dice que ella fue víctima de este personaje, carente de credibilidad, cuando se sumó a la campaña que él desarrollaba para convertirse en diputado.
En ese momento la denunciante era una adolescente de apenas 16 años de edad, pero estos descarados son tan hábiles que antes de que lo emplacen ante el Ministerio Público se aparecen ante la autoridad competente como una forma de manipular lo ocurrido.
Nótese que Abel Martínez en ningún momento niega lo ocurrido, aunque plantea someterse a un examen de ADN para determinar si realmente el niño es su hijo, lo cual implica admitir que la violación ocurrió.
Pero en ningún momento habla sobre este particular, lo cual parece tener un agravante porque la hoy madre del supuesto hijo de excandidato presidencial del PLD dice saber que hay otras jóvenes que también han sido víctimas del político de doble moral.
Sin embargo, debe decirse que la admisión de la posibilidad de que el niño sea su hijo, ya de por sí plantea un problema de violación si el asunto se ve desde la perspectiva de la ley.
Lo otro es que ahí se configura el adulterio, ya que este político de doble moral tiene su esposa que la conoce todo el mundo, ya que es una figura de la televisión.
Entonces, podrá negar la ocurrencia de la violación, pero recurre a la misma doble moral del primero e incluso hasta con una campaña de descrédito por las redes muy parecida a la del primer caso, lo cual lo descalifica para querer ser ejemplo en un país que demanda de gente con otra conducta política, social, moral y ética.
En ambos casos hay definitivamente un problema de doble moral, es decir, que son aparentemente violadores que debían también ser sometidos a lo que manda la psiquiatría en este caso, porque en realidad son casos clínicos, ya que de no ocurrir así pueden ser muchas más las victimas de estos individuos que no tienen miramiento para cometer hechos de una gravedad que no pueden ser tolerables por una sociedad sana.
Opinión
Privilegios e Inmunidades del Abogado Defensor ante la Corte Penal Internacional
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4 días agoon
septiembre 4, 2024Por Rommel Santos Díaz
El ejercicio de los derechos del acusado detallados en el artículo 55 y 67 del Estatuto de Roma están concedidos por la disposición general referente a los privilegios e inmunidades estipulados por el artículo 48 del Estatuto de Roma.
El artículo 48(4), especialmente, concede a los abogados, peritos, testigos, y cualquier otra persona cuya presencia se requiere en la sede de la CPI¨ tratamiento que sea necesario para el funcionamiento adecuado de la Corte, de conformidad con el acuerdo sobre privilegios e inmunidades de la Corte¨.
Los Estados Partes deberán asegurar que este acuerdo se implemente una vez redactado, para que todas las personas involucradas en la labor de la CPI sean tratadas adecuadamente.
Con el fin de asegurar un juicio justo y efectivo , con una defensa plena y efectiva, el Estado dentro del cual la Sala de Cuestiones Preliminares está llevando a cabo sus funciones según el artículo 57 del Estatuto de Roma, deberá asegurar que se nombre un defensor lo más pronto posible.
Los Estados Partes deberán también facilitar el trabajo de la Sala de Cuestiones Preliminares para salvaguardar y hacer disponible cualquier prueba que se considere necesaria.
Las autoridades locales serán los actores claves en esta etapa investigativa. Las Escuelas Judiciales serán de gran ayuda para facultar el nombramiento de un abogado local durante el proceso
El artículo 65 (5) estipula que cualquier consulta que celebren el Fiscal y la defensa respecto de la modificación de los cargos, la declaración de culpabilidad o la pena que habrá de imponerse no serán obligatorias para la CPI.
Las Escuelas Judiciales deberán asegurarse de que todos los miembros de la Defensa involucrados en el proceso estén debidamente capacitados y plenamente conscientes de que la declaración de culpabilidad no es obligatoria para la CPI.
El artículo 68 (5) del Estatuto de Roma, en especial trata los temas referentes a los derechos del acusado. El artículo 68 (5) dispone las situaciones en las cuales la divulgación de prueba podrá entrañar un peligro grave para la seguridad de un testigo o su familia.
A la luz de los derechos previstos para el acusado, el Fiscal deberá considerar cuidadosamente estos derechos al determinar suprimir tales pruebas .Tales medidas podrán ejercerse de manera que no sean perjudiciales o inconsistentes con los derechos del acusado y la disposición de un proceso justo e imparcial según el Estatuto de Roma.
Tomando en cuenta las Reglas de Procedimiento y Evidencia, el Secretario podrá estar obligado a proveer asistencia a los abogados defensores. Por ejemplo, la defensa podría requerir copiar de resoluciones recientes de la CPI que normalmente no están disponibles.
El Secretario podrá también estar involucrado en el desarrollo de un código de conducta profesional y consultar a las asociaciones legales independientes sobre cuestiones de importancia mutua.
La necesaria capacitación y educación continua de los posibles abogados defensores no puede ser sobreestimada con el fin de asegurar el poder y legitimidad de la CPI, los Estados deberán contactar sus Escuelas Judiciales Nacionales y solicitarles que designen un coordinador/contacto podría establecer una relación con la Asociación Internacional de Abogados Defensores , la cual estará preparada para asistir en la capacitación de abogados defensores para que asi se asegure su conocimiento del funcionamiento de la CPI.