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Opinión

Zika, Yerbicidas, pepticidas y otras quinientas

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Por Narciso Isa Conde

NARCISO-ISA-CONDE11111121El zika-virus hizo sus primeras apariciones a finales de la década de los 40 y principio de los 50, transmitido por el mismo mosquito del “dengue” y la “chicunguya”: el aede aegyipti.

Por muchos años, incluso en días pasados, se le consideró solo capaz de inducir a una enfermedad, suave, leve, manejable y con menos impactos negativos que las otras dos; lo que no excluye mutaciones más agresivas y daños mayores a causa de tratamientos defectuosos o tardíos.

De repente, después de detectar su reactivación en Brasil, El Salvador y EEUU, sin razón demostrada, todavía sin pruebas científicas que lo avalen, a este virus se le culpa -mediante una intensa campaña mediática mundial- del nacimiento de bebes con cabezas muy pequeñas (microcefalia), cerebros dañados y otras enfermedades neurológicas; incluido el  síndrome de Guillain-Barré (enfermedad del sistema nervioso que se traduce en debilidad muscular y parálisis progresiva).

En este caso -sin negar la posibilidad de su acción directa contra el sistema nervioso en una fase de la evolución del ataque viral o su asociación con otros factores con parecidos resultados- hay que advertir de que el tema del zika-virus esté siendo sometido a manejos tramposos a cargo de  inescrupulosas transnacionales y de gobiernos irresponsables, atribuyéndole lo propio y lo ajeno, incluidos daños mayores de los que provoca o de los que no  solo él podría causar.

Así lo han demostrado importantísimas investigaciones relacionadas con otros virus como el VIH, West Nile, Gripe Porcina, SARS, Ébola..… con las que se ha descubierto haberles endilgado  enfermedades graves y muertes que responden a otras causas o a combinaciones con otros factores presentes en los conglomerados afectados.

BRASIL COMO CENTRO DEL CASO ZIKA

Brasil se ha convertido ahora en el centro y referente fundamental de los “graves daños” atribuidos exclusivamente al  zika-virus.

Sin embargo, se ha podido constatar que allí un número sensible de madres embarazadas que han parido bebes micro-cefálicos, no han sido previamente afectadas por el zika ni por ningún otro virus.

Pero hay más.

En Brasil, precisamente en las zonas donde se dice abundan los casos de infectados/as por el zika, se están dando las siguientes situaciones de acuerdo al reportaje titulado “DEBATE SOBRE ZIKA: EL FRAUDE Y LA OPERACIÓN ENCUBIERTA CONTINÚAN” del periodista investigador Jon Rappoport, basado en aportes científicos de investigadores como Jim Stone, Khaty Ford, Jim West, Martin Maloney y Claus Jensen.*

Atención a estos 6 factores:

1.-Uso exagerado de pecticidas, plaguicidas y yerbicidas con componentes como la ATRAZINA-METABOLITO y METALACLOR, que se ha confirmado dañan el sistema nervioso; provocando incluso microcefalia en los bebes de las mujeres embarazadas expuestas a esos venenos. La MUFARN, MONSANTO; FML, NORTOX Y ADAMA, responsables de esos daños, han sido demandadas ante los tribunales brasileños, todas carentes de permisos para emplear esos productos en sus países de origen.

2.-Distribución y aplicación masiva en el 2014 a todas las mujeres embarazadas de dos vacunas TdaP  contra la influeza,por decisión del Ministerio de Salud de Brasil; comprobándose posteriormente  una alta incidencia de microcefalia. Dichas vacunas, por demás, no fueron, sometidas previamente a pruebas en seres humanos.

3.-El magnate estadounidense Bill Gate financió a la empresa OXITTEE para crear un mosquito mediante técnica deingeniería genética que fue liberado por primera vez en Brasil para supuestamente contrarrestar al mosquito transmisor del dengue, la chicunguya y el zika; generando un efecto contrario y registrándose altos niveles de dengue en las zonas de su aplicación.

4.-Gran cantidad de aerosoles, con componentes como el ORNAFOSFATO, que causan daños irreparables al sistema nervioso, han sido distribuidos a mujeres embarazadas para contrarrestar los mosquitos.

5.-Años después de ser introducidos los llamados transgénico en la vida vegetal y animal, las hormonas y fármacos veterinarios, no sometidos a pruebas de largo aliento con el debido rigor científico,  se han podido comprobar los enormes estragos que han causado a la salud del planeta y sus seres vivientes. El campo brasileño también es testigo de esa manera de burlar la ciencia en interés de acumular riquezas.

6.- A todo eso se unen la desnutrición, la insalubridad, la “pobreza demoledora” y la “feminización brutal de la pobreza” que le sirve de caldo de cultivo a todas estas terribles agresiones contra los seres humanos, el medio ambiente y la vida planetaria.

LA OMS: PRUDENCIA, DIPLOMACIA Y PREVENCIÓN CORTA DE MIRAS

La relación directa entre el Zika y la microcefalia es “fuertemente sospechosa pero no ha sido probada científicamente”, confirmó la directora de la OMS, Margaret Chan.

Chan dijo que “los casos de microcefalia y otros desórdenes neurológicos por sí mismos, por su gravedad y por la carga que conllevan para las familias constituyen una amenaza por sí sola y por eso he aceptado la recomendación del Comité (de emergencias de la OMS)” **.

El propio Comité de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que promovió la idea de declarar el estado de alerta y emergencia mundial, ha reaccionado con bastante prudencia y cierta diplomacia frente a las culpas atribuidas recientemente al zika-virus, recomendando estandarizar y mejorar “la vigilancia” de los casos de microcefalia y síndrome Guillain-Barré (especialmente en la zonas de transmisión conocidas del virus zika), y activar la “investigación de la etiología” (causas) en las situaciones y los conglomerados humanos donde aparecen asociados esos problemas, para así determinar si hay relación de causalidad entre ese virus y otros factores o co-factores en esas afecciones neurológicas.***

El referido Comité señaló además que a “falta de otra explicación para esos conglomerados” es importante “tomar medidas enérgicas a fin de reducir el número de casos de infección por el virus del Zika, en particular en las embarazadas mujeres en edad fértil”, pasándole por arriba, ignorando o menospreciando otras explicaciones y causas ya estudiadas y publicadas.

Sin embargo, pese a que posiblemente la OMS no haya tenido tiempo,, no haya querido, o no haya considerado prioritario examinar detenidamente el conjunto de factores o co-factores diferentes al zika-virus que pueden causar esas enfermedades neurológicas y esas deformaciones congénitas, los datos ofrecidos por los investigadores mencionados son demasiado precisos, contundentes y  preocupantes para ser obviados.

Buena parte de las medidas preventivas recomendadas por la OMS frente a la “falta de otras explicaciones” son válidas en sentido general, pero de todas maneras es imperioso abordar a más profundidad este tema, intensificar y ampliar las investigaciones científicas con todo el rigor que la gravedad de los hechos y casos amerita; incluyendo la problemática específica de las mujeres y las deudas sociales y culturales históricas del sistema para con ellas (“educación sexual, acceso a servicios y a insumos anticonceptivos y la despenalización del aborto o el acceso a él para aquellas que así lo decida”)****.

El principio de que “no existe una sola causa para una enfermedad” debe ser respetado y, por tanto, hay que asumir el tema con seriedad, sin ignorar los resultados de investigaciones hechas por otras entidades y actores en esa y otras situaciones parecidas; y sin obviar el necesario enfoque de género, esta vez agredido con el insistente llamado unilateral a las mujeres a no embarazarse como si para la gestación del nuevo ser no fuera imprescindible la pareja; y agredido también  con el silencio sobre el derecho al aborto en tales situaciones.

 NO ES LA PRIMERA VEZ: EL MAL ES SISTÉMICO

No es la primera vez, reiteramos, que se asume el tema de las epidemias y pandemias virales con alarmas y recomendaciones generales muy tradicionales, atribuyéndole daños no propios para encubrir prácticas inescrupulosas y realidades sociales dramáticas responsables de enfermedades graves, secuelas dramáticas y de muertes inducidas por el afán de lucro en el capítulo de la salud y la corrupción incontenible en el contexto de un capitalismo decadente y putrefacto.

La hipocresía y el oportunismo fríamente calculado asoman frecuentemente en medio de las expresiones teatrales de los agentes de la muerte al servicio del gran capital, reproducido y amplificado por un coro mediático apabullante que persigue sembrar y multiplicar el miedo y reducir la capacidad de pensar.

Presidentes, Ministros, funcionarios, corporaciones criminales cierran fila  y anuncian cruzadas antivirus y anti-mosquitos encubridoras de otros males e impactos negativos; ocultando la multiplicidad de sujetos y causas de las enfermedades derivadas, conexas o no, provocadas casi siempre por su perversa gestión política, económica y social, por empresas y funcionarios inescrupulosos, por la conversión de la salud en negocio, por el afán de lucro a costa de la salud humana y por los trágicos empobrecimientos que generan las políticas públicas neoliberales y el creciente predominio de lo privado sobre lo social.

Y tras la trampa, el negocio, las distorsiones en las historias de los virus, los encubrimientos, las operaciones camuflajadas y los “inventos” comerciales inseguros, vienen las VACUNAS Y RECETAS SALVADORAS que rebozan sus arcas repletas y abren nuevas alcancías gigantes y nuevas degradaciones físicas y mentales.

El poder concentrado y súper-enriquecido genera el caos y las tragedias, como lo hace con sus guerras y las especulaciones financieras, al tiempo que sus consorcios aparecen como “salvadores” de sociedades colmadas de basura, desperdicios tóxicos, bacterias, virus, heces fecales, venenos, aguas contaminadas, corruptelas, desnutrición, hambre, inequidades, desigualdades, ignorancias y exclusión social. Y la historia se sigue repitiendo en trágica espiral.

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Opinión

La CIA, Mockingbird y los periodistas

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(I)

Por Oscar López Reyes

Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.

En estos 78 años, la CIA ha invertido miles de millones de dólares en el enlistamiento de periodistas anti-éticos y anti-democráticos y en infiltración en medios de comunicación para divulgar programas propagandísticos, engendrando el descrédito y la desconfianza ciudadana, así como la animadversión de adversarios en guerras.

La operación Mockingbird, que inicialmente consistió en escuchas telefónicas periodísticas sin orden judicial, fue llevada a cabo por la CIA para identificar fuentes de filtraciones de datos de alta inteligencia. Principió grabando conversaciones privadas de Hanson Baldwin, reportero de seguridad nacional del New York Times, entre el 12 de marzo y el 15 de junio de 1963, desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Las grabaciones fueron por iniciativa del presidente de Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, luego que se incomodara por un reportaje de primera plana publicado por Baldwin (ganador del Premio Pulitzer en 1943 por su cobertura de la Segunda Guerra Mundial) en la edición del 26 de julio de 1962 del New York Times en el que, amparado en una información clasificada, revelaba el número de misiles nucleares en el arsenal estadounidense. A su vez, comparaba esos depósitos atómicos de Estados Unidos con los de la Unión Soviética, y el afán de esta última superpotencia por resguardar sus emplazamientos de misiles balísticos intercontinentales.

A seguidas, la CIA también intervino los teléfonos residenciales de los columnistas Robert S. Allen y Paul Scott (The Allen-Scott Report, publicada en unos 300 periódicos), tras estos dar a conocer secretos clasificados de Estados Unidos. Más adelante, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se incorporó a las averiguaciones y vigilancia para detectar quienes desde los organismos de inteligencia estaban infiltrando informaciones a la prensa. También produjo la intercepción telefónica a la periodista de Newsweek, Lloyd Nornam, y el secretario de Estado Dean Rusk presionó para que CBS News no difundiera un reportaje del periodista Daniel Schorr sobre el espectacular escape de ciudadanos de Alemania Oriental a través de un túnel bajo el Muro de Berlín.

Por intermedio del proyecto Mockingbird -según variadas fuentes- para divulgar propaganda proestadounidense y truquear a la opinión pública contra la influencia comunista, aceptaron ser asalariados de la CIA cientos de periodistas de The New York Times, The Washington Post, Newsweek, ABC, CBS, NBC, la revista Time, Louisville Courier Jounal, Copley News Service, la agencia internacional Reuters y otros medios de América Latina, Europa y otras regiones.

Los objetivos bien definidos de la contratación a sueldo de la red de periodistas, publicaciones, televisoras y emisoras tengo que segmentarlos en siete:

1.- Difundir relatos preescritos por la CIA, para tratar de cambiar la percepción global sobre situaciones y personas, siempre favorables a Estados Unidos.

2.- Controlar la política editorial de medios comunicativos, a través de altos ejecutivos y editores, en una novedosa interacción subrepticia gobierno-prensa.

3.- Ocultar informaciones perjudiciales o desfavorables a Estados Unidos, en una intromisión estatal sin precedentes.

4.- Inclinar la balanza para conveniencia estratégica de Estados Unidos en coberturas informativas, artículos de opinión, editoriales y otros géneros periodísticos.

5.- Contrarrestar la propaganda e influencia de la Unión Soviética, con mecanismos sofisticados de persuasión pública.

6.- Suministrar datos de inteligencia, en una típica tarea de espionaje.

7.- Detectar a agentes o empleados de organismos de inteligencia que confidencialmente suministraban informaciones a periodistas.

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El autor: Redactor principal del Código de Ética del Periodista Dominicano y autor exclusivo del libro “La Ética en el Periodismo. Los cinco factores que interactúan en la deontología profesional”.

 

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Opinión

Cuando el privilegio pesa más que el salario

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Por Isaías Ramos

En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?

La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.

No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.

Primero derechos; después privilegios.

La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.

Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.

Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.

Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:

  • ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
  • ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
  • ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?

Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.

Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.

A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.

Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.

Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.

La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.

¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?

¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?

En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.

Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.

En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.

Despierta RD

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Opinión

La Corte Penal Internacional y los Tribunales Penales Internacionales  (1 de 2)

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Por Rommel Santos Díaz

A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia  y Ruanda  son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.

Fue precisamente la gravedad de las circunstancias lo que obligó al Consejo de Seguridad a ejercer las atribuciones que le confiere el  Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para crear las jurisdicciones penales Ad – Hoc para la Ex Yugoslavia ( Resolución  827 de 1993) y para Ruanda (Resolución 955 de 1994)

En estos casos, ambos tribunales tienen virtualmente estatutos idénticos y también compartieron algunas instituciones comunes, como  por ejemplo el Fiscal, dado que a partir del 15 de septiembre del 2003, el Consejo de Seguridad designo a Hassan Bubacar Jallow como Fiscal del  Tribunal Penal Internacional  para Ruanda.

La Fiscal Carla Del Ponte ejerce su competencia exclusivamente en relación al Tribunal Penal Internacional  para la Ex Yugoslavia. Las características comunes entre ambos tribunales han tenido como consecuencia, al menos en el ámbito teórico, la economía y uniformidad en el ámbito fiscal  hasta el año 2003 así como en el desarrollo de una línea jurisprudencial sólida y constante en el análisis de sus respectivos casos.

De esta forma la creación de dichos tribunales Ad-Hoc constituye un desarrollo sin precedentes a favor de la implementación de las normas sobre derechos humanos que a su vez ha favorecido una dinámica positiva en el proceso de creación de un sistema de justicia penal internacional  que se concreta casi una década después con el inicio de las funciones  de la Corte Penal Internacional.

Por su lado el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda fueron creados por resoluciones del Consejo de Seguridad en virtud de las cuales son considerados como órganos judiciales subsidiarios del mismo.

Se ha establecido que aun cuando fueron creados por el Consejo de Seguridad, el cual no es un órgano judicial, esto no afecta la validez del acto jurídico de creación puesto que ambos son el reflejo del ejercicio del mandato del principal órgano de las Naciones Unidas  para mantener la seguridad y la paz internacional.

Esta línea de razonamiento concuerda con la establecida por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión Consultiva sobre los efectos de las compensaciones concedidas por el tribunal administrativo de las Naciones Unidas de 1954.

Por tanto, mientras la Corte Penal Internacional es un tribunal internacional independiente, el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda son órganos judiciales subsidiarios del Consejo de Seguridad Conforme al Artículo 2 del Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional mantiene relaciones de cooperación con el sistema de de las Naciones Unidas, pero ello no afecta su  independencia con respecto a dicha organización internacional.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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