La República Dominicana está inmersa en una contienda electoral que permite que se junten mansos con cimarrones.
Sin embargo, lo que más se ve en esta época es el nivel de la crisis ético-moral que prácticamente se traga al Estado y a la sociedad.
Ya lo dijimos en un editorial anterior, que todas las crápulas del partidarismo político dominicano, donde prácticamente no hay excepción, se acomodan al lado del que detenta el poder para satisfacer sus apetencias nacionales, lo cual está más que demostrado.
Pero hay casos que despiertan mayor interés que otros, como por ejemplo la decisión de Opción Democrática de inclinarse para participar en las elecciones del 2024 en alianza con lo peor.
Esa táctica política se come la estrategia, porque después de esta alianza quién podrá creer en Opción Democrática, porque ella misma ha matado su discurso de ética, moral y transparencia.
Hay una expresión muy popular que dice dime con quien anda y te diré quién eres, la cual es perfectamente aplicable a este partido que ahora tendrá que andar en el mismo escenario de aquellos que se han robado el patrimonio público en busca de una diputación o una senaduría.
Alguien podría decir que se puede hablar de transparencia y de combate a la corrupción con los ladrones de siempre en la retaguardia?
Parece definitivamente contraproducente que alguien pretenda promoverse en la política con un doble rostro o con una doble moral, es decir, con posiciones y principios duales.
Resulta que ahora Minú Tavárez Mirabal anda de las manos de Félix Bautista y de otros tantos que han depredado el Estado.
Es importante saber cuál sería su propuesta para solucionar la crisis moral que padecen los dominicanos, porque la alianza firmada por Opción Democrática con el PRD de Miguel Vargas Maldonado, la Fuerza del Pueblo de Leonel Fernández y el PLD de Danilo, le ha matado cualquier discurso moralista y ético que quiera asumir, a menos que no sea para que el mal se profundice.
Esta alianza de Opción Democrática parece ser una jugada con el fin de pelear o jugar entre los grandes siendo pequeño, pero se olvidan sus artífices que es tanta la sangre derramada y tan grande el tufo a ladrón que puede dejarlos muy hediondos y atollados.
Que no tengan la menor duda de que así es.