No hay otra explicación de que lo que se produce entre los que defienden y los que rechazan las candidaturas independientes no es otra cosa que lo que muchos tratadistas del tema han calificado como una fuerte confrontación entre la ciencia política y el derecho.
Y no es menos de ahí, porque todo el mundo sabe que los partidos políticos tienen el control total del poder público, desde el poder Legislativo hasta el Ejecutivo y el Judicial, pero además este tipo de organización también tiene el monopolio del sistema electoral.
De tal suerte que cuenta con las herramientas para sabotear cualquier alternativa de participación democrática que permita por lo menos modificar la democracia que se ha construido en el país, la cual hasta el año 2010 era totalmente desigual, pero que falta ver si toma fuerza la corriente de proteger los derechos fundamentales o que la Constitución sea un pedazo de papel o una pantalla, que no tiene nada que ver con el nuevo constitucionalismo que se practica e impacta mundo.
El derecho comparado habla muy claro con respecto a la referida figura jurídica de las candidaturas independientes, las cuales tienen su aparición y vigencia en prácticamente todos los países del hemisferio, como Colombia, Paraguay, argentina, Chile, El Salvador, Honduras, entre muchos otros.
El director de este diario ha dicho en muchos de los escenarios en los que ha hecho sentir su enfoque sobre las candidaturas independientes, que éstas no representan necesariamente una vía para que por ahí aparezca sólo un santo, sino también un diablo, pero que en razón de que los partidos son instrumentos muy corrompidos, las mismas tienen que ser una opción inaplazable para buscar mejorar la democracia nacional.
Este es un riesgo que debe correrse la democracia nacional, porque ya ha habido otros tantos que sólo han traído malestar y violación de los derechos sociales y fundamentales, total que tanto los que preconizan el Estado Liberal como el Estado Social defienden la libertad individual y la igualdad social, es decir, que ambos al final de cuentas abogan por causas que giran alrededor de los derechos ciudadanos.
Lo otro es que con esta figura jurídica se pone a prueba el Estado Social Democrático y de Derecho de que tanto se habla en el país y que está consignado en el artículo 8 de la Constitución de la República.
Es un verdadero reto para la democracia nacional, la cual es un principio de la Constitución, cuya amenaza a este respecto proviene del órgano que tiene la misión de dirigir y montar el proceso electoral, el cual ha presentado un proyecto de ley para reglamentar las candidaturas independientes que borra los avances que ha tenido el país en torno al derecho, valor y principio de igualdad.
El tema luce interesante en función de que el constitucionalismo dominicano siga por el camino trazado por la Constitución del 2010 y todo el derecho internacional, lo cual parece distorsionarse de una mala manera en algunas circunstancias como la que ocurre actualmente con las candidaturas independientes.
Todas las violaciones que se cometan en los actuales momentos implican que el país se dirige a un sistema de fuerza que se sale del principio de razonabilidad y de legalidad que caracteriza a todas las sociedades que han abrazado el neo-constitucionalismo y consecuentemente el Estado Social Democrático y de Derecho.